Me indicó dónde estaban las cosas y me dispuse a hacer un poco de café para ambos, mientras él, sentado sobre la mesada de la cocina, me observaba atentamente y sacaba una cantidad de temas de conversación para entretenerme. Era increíble lo mucho que le gustaba hablar, tanto que si no fuera porque ya tenemos algo de confianza, quizás hasta me cohibiría un poco.- Me tendría que ir yendo - murmuré apenada una vez que terminé de tomar el café- No, de acá no te vas a ir - contestó serio, por lo que levanté una ceja, algo confusa- Perdón? - Si, te perdono - dijo divertido y reí - pero te vas a quedar, aunque sea a comer, después sí te dejo ir - Ah sí? Y pensás cocinarme vos? - Mmm no, a menos que quieras intoxicarte - Entonces dejame ir, y al mediodía vienen los dos a comer a casa, les cocino algo y la invito a Jenny - propuse y sonrió bastante entusiasmado - Hubiera sido mejor si solo me invitabas a mí - hizo puchero y me mordí el labio mientras negaba con la cabeza - pero suena bien, así que ahí vamos a estar - Buenísimo - sonreí satisfecha y me levanté de la silla, dispuesta a irme.Tapé a Agus con la manta y cuando estaba llegando a la puerta de entrada sentí su mano en mi cintura. Me detuve automáticamente y sin hacer ningún esfuerzo me giró en el lugar, quedando de frente a él. Me acorraló hasta el punto de quedar contra la puerta y con su cuerpo pegado al mío, dejándome inmovilizada. Largué un suspiro y él apoyó su frente sobre la mía, mientras sus dos manos pasaban delicadamente de mi cintura a mi espalda y viceversa. - No te cansas nunca de hacérmela más difícil, no? - pregunté llevando mi mano derecha a su nuca, dejando suaves caricias allí- No, jamás - sonrió victorioso y bufé, lo cual aparentemente le hizo bastante gracia- No te rías, tarado - me quejé, provocando que uniera de golpe sus labios a los míos, callándome de una buena vez.Fue una despedida como la de una pareja que no se va a ver por muchos años. Eso no coincidía con nosotros en absoluto porque, punto número uno: no era mi novio, y punto número dos: lo iba a volver a ver en pocas horas. Le sonreí embobada cuando nos separamos, provocando que volviera a besarme, generando un ciclo que no terminaba nunca, de tal forma que me retenía en su apartamento cada vez más tiempo. Puse un límite definitivo unos minutos más tarde y prácticamente lo obligué a que me abriera la puerta, a lo que él accedió, algo desganado. Luego de dejar un corto beso en mis labios, vigiló, recostado sobre el marco de su puerta, que entrara sana y salva a casa, como si algo fuera a pasarme en el trayecto de su puerta a la mía.Tiró un beso al aire antes de que cerrara la puerta y le dediqué una seña no muy amable con el dedo, provocando una carcajada de su parte, lo cual me dejó con una sonrisa patética en la cara durante todo el camino hasta mi cuarto.Me tiré así como estaba en la cama y se me hizo imposible no pensar en todo lo ocurrido esa noche. Cómo era posible que me haya dejado llevar tanto por lo que sentía cuando yo jamás había sido así antes? Era increíble como mi vida había dado un giro inesperado de la noche a la mañana, literalmente. Y lo peor de todo, era que pesaba mucho más lo bien que me hacía sentir Julian, que la culpa por hacerle algo así a Benja.Creo que me quedé dormida de tanto pensar, porque cuando abrí los ojos, el reloj de mi mesita de luz ya marcaba las diez y media, lo cual me alteró bastante. Di un salto y corrí al baño, para, luego de darme una ducha rápida, salir envuelta en una toalla y por fin cambiarme de ropa. Me puse un jean clarito y una remera sencilla pero linda. No me produje mucho, ya que después de haberme visto a las siete de la mañana con terrible cara de dormida y tan destruida, supuse que no se iba a espantar por eso.Me volví loca buscando el celular, obviamente me había olvidado que lo había dejado en el sillón y cuando lo encontré casi me vienen mil ataques con todos los mensajes que me había dejado Benjamín."Que haces Ori?""Dónde estás?""Me podés atender?""Como me molesta cuando haces estas cosas, pendeja""Si tenes ganas algún día llamame, dale?"Finalizó la ronda de mensajes con un "chau" y obviamente no le pensaba contestar. En este caso lo entiendo, porque realmente estuve muy mal, y no se lo merece, pero, podría perfectamente haber estado durmiendo y él haciéndome escenitas porque no le contesto los mensajes. Si hay algo que me molesta mucho, es que me quiera tener controlada las 24 horas del día.Para distraerme un poco me dirigí a la cocina, y agradecí haber hecho las compras en esta semana, porque tener la heladera llena cuando invito gente a comer no es algo que suele pasar seguido ahora que vivo sola. Había comprado pasta y tenía a mano la receta de una salsa que me había enseñado mamá cuando aún vivíamos juntas, y era algo que verdaderamente me quedaba rico, porque justamente yo con la cocina no me llevo muy bien. Dejé todo preparado para cuando se hiciera la hora y luego de avisarle a Jenny, el timbre sonó, desconcertándome por completo.
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Del Otro Lado
FanfictionTenía sus ojos café clavados en mí y juro que no existía nada mejor que esa sensación. Sonreí, algo tímida a medida que se acercaba, con seguridad, hasta el punto de chocar su frente con la mía. Sus manos se deslizaron desde mis hombros, recorriendo...