CAPÍTULO 36

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  No se en qué momento me quedé dormida, pero me desperté con los murmullos y risas de las chicas que llegaban desde el cuarto. Me senté con algo de dificultad en el sillón y estiré un poco las piernas antes de levantarme e ir con ellas. Entré a mi cuarto y sin decir nada me tiré en la cama, boca abajo, entre las dos. Se corrieron un poco para dejarme espacio y no me dieron ni tiempo de abrir completamente los ojos, que ya me estaban matando a preguntas.

- No hablo de mi vida privada - dije con la voz algo ronca, volviendo a cerrar los ojos
- Callate y contá todo, cómo fue?
- Sin muchos detalles, por favor - interrumpió mi hermana y reí
- Es que no se que contarles, solo lo apuré un poco, bueno, un poco mucho, y nada, al final aflojó - dije e inevitablemente sonreí como una tarada

Más o menos les conté lo que había pasado, sin muchos detalles obviamente, y ellas no paraban de gritar y hacer más preguntas. Creo que estaban más emocionadas que yo con este tema.

- Oriana! - gritó Jenny en un momento e inconscientemente tapé mis oídos
- Qué pasa? No grites - me quejé dándole un codazo y ella tapó su boca, riendo a más no poder
- Que lindo chupón - largó cuando por fin pudo parar de reírse, y mi cara se transformó
- Qué? - grité tocándome instantáneamente el cuello - Que pendejo, lo voy a matar - agregué con bronca, mientras ellas solo reían.

Corrí al baño y lo maldije en cuanto me mire al espejo. Qué necesidad? Me había dejado todo el cuello marcado y muy difícilmente podría taparlo. Sin dudarlo demasiado busqué el celular en el sillón y lo primero que hice al desbloquearlo fue abrir su conversación. Sonreí al ver que me había escrito, y por una milésima de segundo olvidé lo que había hecho.

"Buen día pendeja, cómo estas?"

"Furiosa"

"Por qué? Que pasó?"

No dudé en activar la cámara y sacarle una foto a las marcas, para luego mandársela junto con un "Sos un hijo de puta".

"JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ"

Sí, confirmado, lo odiaba. Odio que me haga reír hasta cuando quiero estar enojada

"No te rías estúpido, no se como carajo tapar esto"

"Jajajajaja, qué? Ahora la única que puede marcar territorio sos vos?"

"Sos un tarado, esta me la voy a cobrar"

"Cuando quieras" - envió junto con una guiñada y bufé.

Nos habremos quedado media hora hablando por whatsapp, hasta que las chicas me apuraron para cambiarme porque llegarían mis padres a buscarnos para salir a comer. Intenté tapar las marcas con base pero ante el fracaso opté por ponerme un pañuelo que no dejara evidencias muy notorias.

Nos pasaron a buscar y fuimos a comer a un lugar cerca, al cual solíamos ir juntos hace años. Jenny vino con nosotros, tenía suficiente confianza y mis padres la querían como si fuese su propia hija. Todavía no puedo creer que estemos juntos y llevándonos bien todos, con lo que había soñado este último tiempo con una cosa así.

Luego de comer pasamos a comprar helado para compartir en mi departamento. Papá no pudo quedarse porque tenía una especie de reunión con sus amigos, supongo que ellos lo extrañan casi tanto como yo cuando no está en el país. Así que me despedí con un abrazo tan fuerte que hasta se quejó, y lo mismo hizo Titi.

- Y? Cómo les fue anoche? - preguntó mamá en cuanto nos quedamos solas.

Siempre habíamos sido muy cómplices y solía contarle todo, aunque obviamente hay ciertas cosas que hasta el día de hoy me da cosa hablar con ella.

- Genial - dije nerviosa al ver la cara de Jenny
- Si, a vos más que a nosotras - dijo mi hermana y la fulminé con la mirada
- Por qué? Qué pasó? - preguntó analizando las caras de cada una
- Por nada mamá - me quejé y ellas rieron.

El resto de la tarde pasó algo rápido, creo que lo sentí así porque estaba intentando aprovechar al máximo nuestro último día juntas hasta quien sabe cuando.

- Te llaman afuera - me dijo Jenny en cuanto volvió de buscar su ropa ya seca del balcón.

Sin decir nada salí prácticamente corriendo, quién más que él iba a ser?

Estaba sentado sobre el murito que separaba su balcón del mío, mirando para el lado contrario por lo que me dio tiempo a observarlo bien. Tuve que contener el aire al darme cuenta de la visión que tenía de su espalda desde mi punto de vista. Llevaba puesta una remera blanca, lisa, y eso hacía que indirectamente se pudiera apreciar cada detalle de aquella maravilla.

Sin hacer mucho ruido me acerqué y rodeé su cintura por detrás para luego dejar un beso sobre su espalda. No me dio tiempo ni de disfrutarlo que ya se dio vuelta, bajándose del muro para pasarse a mi balcón.

- Ey - dije con una sonrisa mientras él se recostaba y depositaba sus manos en mi cintura, acercándome más
- Ey - respondió, devolviéndome la sonrisa
- Para qué me llamabas?
- Quería verte un ratito aunque sea - dijo con una cara de tierno terrible
- Entonces qué estas esperando para darme un beso?

Y lo dije en serio, me venía conteniendo y si no lo hacía él lo iba a hacer yo.

No tardó mucho en, luego de una sonrisa, capturar mis labios con la combinación justa de ternura y desesperación. Sin pensarlo llevé rápidamente una mano a su nuca y la otra a un lado de su cara, con el fin de profundizar el beso.

Nos separamos al poco rato, por falta de aire, y acomodé su pelo hacia atrás mientras él me miraba con atención.

- Me tengo que ir
- Ya?
- Si, es que está mi mamá adentro y...
- Y no querés que te vea conmigo - interrumpió
- Sí - dije y levantó ambas cejas - pero porque es muy metida, en serio, no te das una idea de cómo es, y te quiero evitar el momento incómodo
- Entiendo, anda tranquila - dijo y le sonreí.

Dejé un beso corto en sus labios y me soltó para que pudiera alejarme, viéndolo saltar hacia su departamento en cuestión de segundos, mientras cerraba la puerta.  

Del Otro LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora