20. Tu lunar

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Flavio llego a su rancho muy contento con los últimos acontecimientos en su vida y llegaba deseoso de compartirlos con su familia, entro en la sala y allí siguió las voces de Samuel y Aurora que provenían de la cocina.

Flavio: ¡hola!-entró contento mientras los veía comer helado-no comáis mucho.

Aurora: ¿Por qué lo dices?-lo miró con suspicacia-¿me estas llamando gorda?

Flavio: no tonta-le dio un sonoro beso en la mejilla-es que tenemos una cena.

Samuel: ¿una cena? ¿Dónde?

Flavio: en el rancho Alcázar...-Samuel abrió los ojos.

Aurora: ¡qué bien! ¿Y eso porque tío?

Flavio Irina y yo nos hemos hecho novios y ella me invitó a cenar para celebrarlo con Andrea, pero ella me dijo que si quería traer a mi familia podía.

Aurora: ¡FELICIDADES!-corrió a abrazarlo-Irina me pareció tan linda y tan tierna, que bueno que sea tu novia-dio saltitos.

Samuel: Me alegro un montón por ti hermano-le dio un abrazo- Pero lo de cenar nosotros... ¿ella te dijo eso?-Flavio afirmó y Samuel ladeó la cabeza con dudas.

Flavio: a lo mejor le pasó algo esta tarde que la está haciendo cambiar...-Aurora miro a su padrino.

Aurora: ¿Qué le pasaría?

Flavio: pues... no sé-sonrió mirando a Samuel-lo que si es que tenemos que prepararnos para ir ya, ellas quedaban preparándolo todo.

Samuel: podéis ir vosotros...

Aurora: no, no, no y no-levantó las cejas-tú te vienes, ni loca te dejo aquí solito.

Flavio: yo quiero que estés presente-Flavio lo miró suplicante.

Samuel: bueno, como queráis.

Andrea se miraba al espejo llevaba un sencillo vestido de color verde agua que llegaba por encima de las rodillas, estaba un poco nerviosa pues no sabía si Samuel aceptaría lo de la cena, en verdad deseaba con todas sus fuerzas que aceptase y verlo de nuevo.

Irina: estas muy hermosa...

Andrea: tú también-observó la felicidad de Irina en su rostro acompañado de un vestido de azul oscuro con lunares blancos.

Irina: me alegro que hayas invitado a la familia de Flavio-la abrazó-sé qué haces esto por mí.

Andrea: si tu felicidad es ese hombre yo te apoyaré al 100%, nunca lo dudes...

Irina: no sé porque te empeñas en aparentar ser tan mala con lo maravillosa persona que eres conmigo... y-la miró-hay una cambio en ti-apartó un mechón de su pelo-hay un brillo en tu mirada.

Andrea: Irina...

Irina: no digas nada, deja que todo fluya y surja, algo está naciendo, él es perfecto.

Escucharon un ruido de un coche desde la ventana y ambas se asomaron para ver como el coche de Flavio aparcaba enfrente de la casa principal, miraron atentamente quien bajaba del coche y Andrea respiró aliviada al ver a Samuel bajando del coche.

Irina: vinieron los tres...

Andrea: si-respiró hondo.

Irina: ¿bajamos?

Andrea: dame unos minutos, en seguida voy-Irina abandonó la habitación de Andrea y ella se acercó a una de las fotos que tenía en su tocador-no pienses que te estoy traicionando-miró los ojos de su difunto marido-ya pasaron 15 años y... de todos los hombres que he visto por estas tierras, nadie es como él-sus ojos se aguaron-¿sabes? tiene un carácter así como el que tenía tu padre, justo y noble... es muy guapo y dulce, sobre todo con su ahijada-bajó la cabeza-tiene la misma edad de nuestra pequeña Tatiana...-suspiró profundo y soltó una lágrima-aunque posiblemente ella este muerta, quisiera saber dónde está, llevarle flores...-las voces provenientes de la sala le alertaron de que pasarían a cenar en breves, se retocó un poco el maquillaje y bajo con las escaleras con la misma firmeza a la que estaba acostumbrada-buenas noches.

LA VIUDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora