51. ¿Qué ha sido eso?

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Un nuevo día llegó al rancho Alcázar, las investigaciones de la policía habían concluido de madrugada, por lo que todos se fueron a la cama muy tarde, el servicio recogía los recuerdos de la fiesta de anoche así como se limpiaban los alrededores sin tocar la escena en la que Lucas había muerto.

Sintió un pequeño cosquilleo sobre su espalda, sonrió al darse cuenta de quien provenía ese cosquilleo, notó unas manos acariciando sus caderas y posteriormente su vientre.

Samuel: buenos días...

Andrea: no vas a dejar que duerma un rato más ¿verdad?

Samuel: nah... quiero ver esos ojitos que tanto me gustan-ella abrió los ojos y él la admiró.

Andrea: ¿así?

Samuel: así mismo-besó sus labios.

Andrea: oye, quería preguntarte algo-él la miró-bueno más bien comentarte, he dejado de ir a ver a mi suegra...

Samuel: eso está bien, es hora de que dejes atrás todo el pasado que tanto daño te hizo y te des la oportunidad de ser feliz.

Andrea: lo sé-sonrió-pero... sé que has ido a visitarla, aparece tu nombre en el registro de visitas y en verdad hemos hablado poco del tema... yo, quería preguntarte ¿a que ibas?

Samuel: verás-suspiró-cuando me contaste todo lo que había hecho antes de que yo llegase al rancho Alcázar con 17 años, entré en cólera, tuve que ir a verla, ensañarme con ella-su tono se volvió seco y serio-la atormenté igual que lo hacías tu...

Andrea: Samuel...

Samuel: me sentía culpable, por no haberme dado la vuelta y ayudarte cuando más necesitabas a una buena persona... y en ese momento yo era la única persona que podría haber hecho algo y simplemente seguí mi camino.

Andrea: mi amor-agarró su rostro entre sus manos-hiciste lo que cualquier chico de 17 años hubiese hecho, además, gracias a eso fue que encontraste a mi hija, ¿Qué hubiese sido de ella sin ti? ¿eh?-sonrió con lágrimas en los ojos-jamás, óyeme, jamás te culparé por no haber vuelto por mi aquel día, todo lo contrario, te agradezco que no lo hicieras porque eso provocó que te cruzaras en el destino de mi hija para traérmela de nuevo conmigo.

Samuel: sabía que eras buena, pero no sabía que tanto, condenada-ella soltó una carcajada-eres lo más bueno y puro que jamás he conocido...

Andrea: vas a conseguir sonrojarme-besó dulcemente sus mejillas-fui una tonta alejándome de tu lado cuando en verdad te elegiría mil veces Samuel... a pesar de ser la viuda de tu hermano, siempre estaré contigo.

Irina se levantó de la cama con pesadez, había tenido recuerdos y pesadillas durante la madrugada, observó a Flavio quien desde hace rato estaba en un pequeño sofá observando el amanecer del día.

Irina: no has dormido en toda la noche ¿verdad?

Flavio: tengo una extraña sensación de alivio y culpa que no puedo con ella-Irina suspiró.

Irina: ya oíste a la policía, todos nos defendimos de sus ataques y al final lo que le paso fue un accidente...

Flavio: si lo sé...-sonrió y la agarró de las caderas para sentarla sobre sus piernas, ella acarició sus golpes-lo bueno de todo esto es que por fin todo está yendo como tiene que ir... ahora si no me dirás que no a venirte a vivir conmigo ¿verdad?

Irina: me alaga tanta insistencia-rodeó su cuello con sus brazos.

Flavio: necesito ver este angelical rostro todos los días de mi vida.

LA VIUDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora