54. ¿Por qué?

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Los días pasaron en el rancho Alcázar y por fin el algodón tenía la forma aproximada a la adecuada para pensar en cosechar después de todo un verano de plantación y cuidados, todos permanecían pendientes los unos de los otros por si en algún momento Beatriz decidía hacer de las suyas, sobre todo vivían pendientes de Aurora y Andrea, quienes no se separaban...

Andrea: te deseo mucha suerte en tu primer día de clase-besó su frente-seguro harás muchos amigos y si necesitas algo no dudes en llamarnos ¿vale?

Aurora: ni que me fuera a la guerra, solo voy a pasar el día más aburrido de la historia de mi vida, ¿no podía tener clases particulares en casa?

Samuel: no señora, es hora de que empieces las clases, bastante has vagueado durante todo el verano.

Aurora: está bien-abrazó a su padrino y a Andrea-hasta después-ambos la vieron desaparecer entrando por la puerta del colegio.

Andrea: yo tampoco descartaba las clases particulares.

Samuel: cielo, queremos que Aurora tenga una vida normal y corriente...

Andrea: ¿y si esa loca intenta algo dentro del colegio?-trató de entrar y Samuel la detuvo.

Samuel: Andrea, Andrea...-agarró su rostro-va estar bien, ¿vale? Como dice ella no va a la guerra-soltó una risa-tiene que seguir creciendo, estudiando y formándose, pronto esta pesadilla terminará, daremos con Beatriz y la volveremos al lugar de donde escapó, le diremos a Aurora que es tu hija y seremos felices, seremos esa familia que siempre soñaste tener...-besó sus labios con extrema dulzura, ella se separó y sonrió inundada por su calma.

Andrea: está bien, volvamos al rancho.

Caminaron hacia el coche tomados de la mano mientras seguían hablando de sus cosas, cuando llegaron al coche observaron los cristales del mismo completamente hechos pedazos, avanzaron con cuidado mientras a su paso dejaban el crujido de los cristales a la vez que pisaban con sus zapatos.

Andrea: no puede ser...-avanzaron hasta mirar por dentro del coche y observaron dos piedras, una en el asiento de Samuel y otra en el de Andrea, cada uno cogió la suya y en ella leyeron lo que estaba escrito-"él es mío"

Samuel: "eres mío bastardo"-Andrea tragó saliva.

Andrea: te quiere a ti.

$: te estás exponiendo demasiado, ¿no que ibas a ser discreta?

Beatriz: no pude... esa zorra tiene algo mío debo actuar ya, esta noche pienso quitarla de en medio, él será mío...

$: debes pensar las cosas en frío Beatriz, te estás exponiendo, ya saben que eres tú, ya no tienes ese factor sorpresa, por encima en el sanatorio se enteraron de tu escapada y la de otro paciente, yo ya no puedo hacer nada para evitar tu búsqueda, la policía empezará a meter sus narices en él asunto.

Beatriz: tú haz tu trabajo, déjate investigar y actúa normal, no pueden descubrir lo que nos une, si no se destaparía todo y te necesito para que averigües el paso de esta gente...

$: entiendo, pero no me lo estás poniendo fácil.

Beatriz: tú ocúpate de tapar lo que nos relaciona, de esa gente ya me encargo yo...

Samuel y Flavio mientras tanto se habían apresurado en sus decisiones y mantenían una conversación con el jefe de policía alertado en el caso de Lucas.

Samuel: la suegra de mi novia escapó del sanatorio en el que estaba, hemos recibido ya algunas amenazas y a atentado contra nuestras vidas... necesitamos de su protección y que actúen eficientemente para encontrar a esa mujer.

LA VIUDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora