LA VIUDA

68. Simplemente Andrea

Frente a sus ojos no podía evitar solapar las imágenes de su pasado con su presente, los bomberos trataban de apagar el fuego como hace 15 años, la policía hacia el levantamiento del cuerpo de Beatriz así como lo hicieron con el de Ignacio en su día y ella permanecía en una ambulancia siendo revisada por algunos médicos, pese a las circunstancias sentía alivio en su alma, por fin todo había terminado, entre la multitud distinguió a su hija y sus miradas se cruzaron, ella corrió a sus brazos.

Aurora: ¡MAMA!-comenzó a llorar mientras la tocaba corroborando que estuviese bien-¿Y mi padrino y mi padre?

Andrea: tranquila cielo...-respiró hondo con lágrimas en los ojos-uno de los dos resulto herido, pero tranquila ya lo están revisando... todo irá bien

Aurora: ¿CUAL DE LOS DOS?

5 MESES MÁS TARDE.

Andrea alzó los brazos sobre su cabeza y colocó una pequeña peineta de oro blanco sobre su pelo, sobre su espalda descendió un interminable velo blanco que casi llegaba hasta la mitad de la habitación, acarició su cintura y respiró con felicidad.

Su vestido blanco lucía impoluto frente al espejo, un diseño exclusivo ceñido a su cuerpo y a sus caderas, le sentaba como un guante, el encaje hacía presencia en todo el vestido, su pelo estaba estratégicamente recogido en un pequeño moño bajo desenredado, el maquillaje era suave y claro.

Andrea: estás preciosa-acarició su abultado vientre de 6 meses con lágrimas en los ojos-ahora si estás lista para ser completamente feliz-Irina extendió la mano y Andrea la tomó.

Irina: hemos pasado tantas cosas juntas, no me llegaba la hora de llegar aquí-posó su otra mano sobre su vientre-jamás me imaginé verte así, radiando pura felicidad a pesar de todo lo que viviste hasta hace poco...-Andrea suspiró.

Andrea: lo sé-se admiró en el espejo-yo tampoco me imaginé volviendo a estar embarazada, mi pequeño Ignacio vendrá a un mundo diferente que cuando llego Aurora...

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Las olas del mar tocaban ligeramente sus pies, se encontraba caminando por una de las playas más hermosas que jamás habían visto sus ojos, le había costado mucho dar ese paso pero después de esos 5 meses de reflexión era la mejor decisión que podía haber tomado, su teléfono sonó.

Fabio: ¿diga?

Aurora: ¡hola, hola, papi!

Fabio: cielo, que bueno escucharte, ¿Cómo estás?

Aurora: echándote de menos, ¿Por qué te has ido justo esta semana? ¿No podía ser después de la boda de los tíos?

Fabio: lo siento cariño, sé que te hacía ilusión que os acompañase a todos pero, me nació hacer esto.

Aurora: de verdad... en la vida me libraré de esa...

Fabio: Aurora...-soltó una risa-lo hemos hablando ya...

Aurora: aún no puedo superar que vayas a buscar a esa enana por el mundo adelante, sabe dios en donde estas ¿y si te hace algo? No quiero quedarme sin padre a poco me quedo sin padrino.

Fabio: iremos poco a poco cielo, si en algo te perjudica esto sabes que seré el primero en dejarlo todo por ti.

Aurora: no... yo-suspiró-solo quiero tu felicidad, veremos a ver como encajamos después yo y esa tosca-su padre soltó otra risa.

Fabio: cielo, tengo que dejarte ¿vale? Pasarlo bien en la boda.

Aurora:-suspiró-está bien papá, te quiero mucho, vuelve pronto y entero...