30. Dulce tortura

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La habitación estaba en una inmensa penumbra en la que apenas se distinguían las cosas, en ella la luna iluminaba el rostro golpeado de Irina que descansaba plácidamente después de aquel fatídico día.

La puerta se abrió lentamente y unos zapatos se asomaron por la puerta sigilosamente, observó el panorama, con una sonrisa maliciosa entró en la misma habitación observando el semblante de Irina magullado por los golpes, Lucas se colocó frente a Irina admirando con grande satisfacción su obra, lejos de quedarse quieto se inclinó para coger una almohada.

Lucas: créeme que esto lo hago por tu bien, porque te quiero mi pequeña Irina.

Posó la almohada sobre su rostro y cuando se apoyó sobre ella contra el rostro de ella para ahogarla Irina despertó y comenzó a patalear con dolor y sufrimiento, de pronto notó el ruido de una escopeta sobre su cabeza y lo siguiente que sintió fue la fría boquilla del arma sobre su nuca.

Andrea: los criminales siempre regresan a la escena de su crimen-poco a poco Lucas se levantó mientras tragaba saliva en seco-¡Date la vuelta!-lentamente él se dio la vuelta soltando la almohada con la que pretendía matar a Irina y ella se alejó brevemente mientras no dejaba de apuntarle

Lucas: baja eso.

Irina: Andr...Andrea n...no lo hagas

Andrea: lo siento, pero te mereces ser libre, ¡CAMINA!

Con la escopeta de Andrea sobre la nuca Lucas, caminaron por la habitación hasta abandonarla por completo dejando a Irina con los ojos vidriosos incapaz de moverse por los dolores. Ambos salieron de la casa.

Andrea: ¡JACINTO!-el hombre doblo la esquina de la casa y la encontró-¡Este es el intruso!

Jacinto lo agarró por las manos y lo inmovilizó, lo obligó a caminar con Andrea a su lado sin bajar la guardia apuntándolo con el arma hasta la parte de atrás del rancho, allí, Jacinto lo amarró a un poste.

Samuel: ¿no puedes dormir?-entró en la sala observando a Flavio con lágrimas en los ojos.

Flavio: no me saco la imagen de Irina de mi cabeza... ese mal nacido la dejó destrozada-soltó unas lágrimas.

Samuel: encontraremos a ese tipo-se sentó y pasó una mano sobre su espalda-lo refundiremos en la cárcel.

Flavio: de que me sirve eso... si ella no quiere estar a mi lado.

Samuel: te aseguro que recapacitará, seguro ahora está muy confundida, Flavio no acaba de pasar un episodio muy agradable, dale tiempo a Irina de sanar sus heridas...

Flavio: tal vez tengas razón y deba darle espacio... y si, contrata unos investigadores, quiero saber todo de ese hombre y darle lo que se merece.

Samuel: eso está echo...y no te preocupes, trataré de hablar con Andrea del tema para informarte-Flavio afirmó miró su reloj-ya es tarde ve a dormir

Flavio obedeció y se levantó con pesadez del sofá, arrastrando sus pies hasta las escaleras y yéndose a dormir aunque sabía a la perfección que no lo iba hacer pensando en lo sucedido con Irina. Samuel también estaba atormentado, miró su reloj nuevamente, tenía una ligera sensación en el estómago que no podía definir, tal vez no era tan tarde como decía para algunos, levantó el teléfono y tras varios intentos nadie le contestó... se quedó mirando a la ventana con incertidumbre y decidido abandono su rancho.

Jacinto golpeaba a Lucas sin descanso bajo la intensa mirada de Andrea mientras este se quejaba continuamente de los golpes, estaba inmóvil atado a un poste como si fuese un animal mientras sentía como se le rompían los huesos.

LA VIUDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora