Plan de conquista

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PLAN DE CONQUISTA

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PLAN DE CONQUISTA

La distancia entre Julieta y Sebastian era elástica, algunos días se escribían hasta hartarse mientras otras veces los mensajes escaseaban.

A Julieta no le molestaba la cantidad de comunicación sino la calidad, le gustaría escribirse al menos una vez al día, pero sin sentir que le estaba molestando, ¿debería dejar pasar los días?

- ¿Qué sucede?

Preguntó Marcia una noche que decidieron realizar una cena con amigos al ver a Julieta taciturna con una copa de vino mirando hacia la nada.

- ¿Crees que sale con otra?

Marcia rodó sus ojos y bufó, después de enterarse por Jessica que Sebastian seguía utilizando apps de citas decidió una táctica diferente para tratar con su mejor amiga angustiada y sufriente, pero sobre todo ansiosa frente a la actitud del único hombre que le había importado.

-Quizás si, deberías darte cuenta que si a alguien le interesas te busca.

-Él lo hace, cuando chateamos y tenemos un buen tema para hablar lo hacemos por horas.

-Juli... ¿Cuándo cambiaste tanto?, antes de conocer a ese tipo eran los hombres quienes te buscaban hasta hartarse y tu apenas si contestabas sus mensajes.

Julieta rodó sus ojos, era cierto, el trato que tenía con Sebastian no se parecía en nada a como había actuado con los chicos antes de conocerle.

Esa Julieta había muerto, o quizás estaba en coma. La chica inalcanzable que en la discoteca se apoyaba en la barra del bar a escuchar la conversación barata de algún hombre estaba fuera de servicio. La joven que recibía mensajes de los compañeros de sus amigos para invitarla a salir había caducado, no existía otro hombre interesante, solo Sebastian.

Ahora entendía a los hombres que buscaban mujeres difíciles de conquistar, mantener la atención de Sebastian le costaba, pero a la misma vez se alegraba cuando le demostraba un ápice de interés, la esperanza y adrenalina aumentaban en partes iguales.

-Esa Julieta está muerta, no me importan otros hombres, menos ese amigo de tu novio que mueres por presentarme. Déjame vivir esto a mi manera, es un desafío y me gusta. Si una vez él me escribía a diario y quería verme seguido quizás encuentre la solución para que vuelva a hacerlo tarde o temprano. Quizás falle, pero voy a intentarlo.

Marcia volvió a bufar, cuando a su mejor amiga se le metía una idea a la cabeza era muy difícil hacerle cambiar de opinión, a pesar de que sus consejos siempre eran tomados como algo valioso Julieta era una cabeza dura, y si Sebastian era el único hombre que le interesaba tendría que dejarle intentar, al menos hasta que su corazón lo soporte.

-No digas que no te advertí, el tipo es un adulto y tiene comportamientos inmaduros y extraños. ¿Quieres sufrir?, adelante. Ve y date la cabeza contra la pared no una sino mil veces, conociéndote no darás el brazo a torcer.

-Le quiero Marcia, no voy a dejar de sentir lo que siento por más que dejemos de comunicarnos. Viviré amargada y abnegada toda mi vida si no lucho por esto que pienso. ¿Y si solo es una etapa y luego volvemos a esa pasión de los primeros meses?, ¿y si algún día nos hacemos amigos?

-Novios Julieta, novios.

-Novios no, estoy segura de que Sebastian es un desastre como novio y yo sinceramente nunca quise uno teniendo mil oportunidades para tenerlo, ¿Por qué ahora voy a querer cambiar mi pensamiento?, ya sabes lo que opino sobre esa palabra.

-Es tu primer hombre.

- ¿Y eso que?, ¿por quitarme la virginidad debo casarme con él?, no vivimos en la Edad Media Marcia.

-A mí me gustaría.

-A ti te gustaría que yo fuera feliz.

-Y no lo eres, no por la forma en que te trata.

Julieta se quedó enmudecida buscando refutar las sabias y sinceras palabras de la mujer que más la conocía en el mundo.

-Soy feliz intentando conquistarle otra vez.

- ¿Y si no puedes cumplir tu objetivo?

La joven sonrió, esa respuesta era fácil y obvia, la forma más inteligente de zanjar el escabroso tema de conversación.

-Y si no puedo ganar yo voy a tener la conciencia tranquila porque lo di todo. Papá siempre decía que si lo das todo no tienes nada de que arrepentirte.

-Entiendo tu operación kamikaze, pero vas a sufrir, ese hombre no sabe lo que quiere y a su edad me parece raro que juegue con alguien demasiado pura como tú.

-No soy una tierna ovejita Marcia.

-Sentimentalmente si, a él no le importa lo que sientas, lo he notado. Te mueves en su órbita como un planeta con el sol, pero estas a punto de quemarte.

-Ya estoy jugada, no me vas a hacer cambiar de opinión, me estoy guiando por motivos que mi cabeza no comprende y no me importa.

Marcia bufó por milésima vez, definitivamente no iba a cambiar de parecer, no importaba cuanto le advirtiera Julieta estaba decidida.

-Realmente deseo que esto resulte como quieres, mereces todo lo bueno del mundo, has esperado tanto.

-Marcia.... Yo no estoy enamorada de Sebastian.

La joven rodó los ojos y sonrió, no podía seguir contradiciendo a su mejor amiga o comenzaría una batalla sin fin.

-Ok, dejaré de dramatizar tanto.

Julieta le guiñó un ojo y se terminó la copa de vino.

-Además esto está muy bueno, cambiar las reglas. Ser yo la que trate de conquistarle, feminismo puro.

Su amiga soltó una carcajada, ahora estaba todo dicho, Julieta tenía un objetivo en mente y un tropezón no significaba una caída para su mejor amiga.

-Sebastian tiene suerte o quizás comience su peor infierno, no hay una mujer más tenaz, inteligente, astuta y perseverante que Julieta Molinari.

-Él va a ser mi amigo y amante tarde o temprano, lo que deseas y lanzas al universo siempre vuelve, todo lo que siento por Sebastian es bueno y puro, confío en mí.

-Y yo también confío en ti.

La joven le dio unas palmaditas de ánimo en la espalda, sabía que no iba a ser fácil pero valía la pena intentarlo.


El Maestro del SonidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora