DECISIONES
Si quieres cambio verdadero debes caminar distinto, Julieta lo sabía y estaba en estado de permanente evolución.
Las clases iban bien, los amigos también, su madre estaba ocupada con sus proyectos y Sebastian había puesto de su parte.
Sebastian había puesto de su parte, eso era tan importante para ella que debió decírselo, aun así, no lo hizo.
Cada vez que alguien le comunicaba que alguna acción realizada por Julieta le ayudó en algo o le hizo bien la joven trataba de repetirla una y mil veces para generar una cadena de acciones positivas que mejoraban el día, debió decírselo a Sebastian, hubiese ganado mucho, la próxima vez no perdería la oportunidad de hacerle saber lo feliz que era.
La joven se puso sus zapatos deportivos y caminó hacia el centro de Jabbalah, llevaba una musculosa blanca y pantalones a juego, su calzado también era del mismo color, si estuviesen grabando un comercial de detergentes para ropa claramente podría ser la protagonista, la chica sonrió ante el tonto pensamiento y golpeó la puerta.
-Bienvenida Julieta.
Murmuró Agustina colocándose a un lado para que la joven entrara a su hogar, Julieta se descalzó y le dio un breve abrazo, fue un impulso del que no se avergonzó.
-Gracias, estoy segura de que quiero seguir viniendo, esto me hace muy bien.
Murmuró la joven viendo como la mujer sonreía, ambas caminaron por un pasillo que llevaba a la habitación de las mandalas.
-Me alegra oír eso, te veo luchando internamente, pero las energías positivas están ahí, eso es lo que importa.
Agustina era una mujer multifacética, era instructora de yoga, tenía su centro de Jabbalah y además era peluquera, pero lo que a Julieta más le gustaba de ella era esa luz que irradiaba con la mirada, ese bienestar interior que extendía a quienes la rodeaban, algunas veces Julieta se sentía igual, aunque últimamente no sucedía con tanta frecuencia.
-Cuando inhales atrae la energía positiva, cuando exhales expulsa la negativa. Encuentra el equilibrio interno y deja que este sea tu guía para comunicarte en el mundo exterior.
Las palabras entraban por sus oídos y armonizaban su ser, una hora más tarde la chica se despedía con una sonrisa luego de agendar su próxima sesión.
Al llegar a casa las cosas comenzaron a empeorar, Jessica estaba sentada tomando un café mientras leía un libro.
- ¿Merendamos juntas?
-Claro.
Dijo Julieta y suspiró, la prueba de que el exterior no podía contaminar el interior estaba servida en la mesa, la cara de su amiga lo decía todo.
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El Maestro del Sonido
RomanceJulieta es una joven estudiante de abogacía con persistentes sueños de cambiar el mundo. Astuta, ansiosa, filantrópica, feminista, gran devoradora de libros y con creencias filosóficas sumamente definidas la chica construía su propi...