ADMIRACIÓN
Cuando Julieta se subió al primer taxi que vio pasar por la calle trató de no pensar en nada mas, su cabeza no dejaba de torturarla con pensamientos negativos sobre que debía haber optado por quedarse en casa ese día.
Pero ahí estaba, unos minutos después Sebastian caminaba a su encuentro para abrir la puerta de su edificio.
Julieta vivía dentro de una película constantemente y no tenía muy claro cómo debía de actuar ahora, podría haber hecho una entrada dramática, pero escogió darle un beso y caminar junto a él hasta el ascensor, sus piernas temblaban como gelatina, eso ya era algo normal.
Sebastian poseía una extraña cualidad, su belleza era aún más notable al transcurrir los días, algo que aumentaba los niveles de oxitocina en el cerebro de Julieta, estaba embelesada...
¿Cuál era el motivo de su débil enfado?, ah sí, Sebastian la había ignorado cuando quiso realizar algo diferente con el pretexto de cumplir seis meses de conocerse.
Hay que olvidarlo, seguramente cuando se conmemorara el aniversario importante, el primero de octubre, tendrían una real ocasión para celebrar su relación.
De todos modos, la joven siempre agradecía estar junto a un hombre que verdaderamente pudo doblegar su personalidad avasallante y atraparla de una forma que nadie jamás pudo así que toda ocasión era un real acontecimiento, las fechas especiales podían esperar.
A pesar de todo Julieta se sentía triste, ella no le pedía verle a diario ni hacerle el amor todas las noches, solo esos momentos que le sobraban, un mensaje, unas lindas palabras, no pedía más de lo que merecía.
Tenía miedo de esperar y que el día en que Sebastian se diera cuenta de todo lo que hacía por su relación no llegara, ¿acaso era ciego o simplemente no podía comportarse con respeto? Julieta salió de su ensimismamiento, Sebastian no era un poco hombre, no podía aceptar eso.
No quería olvidarse del mundo que habían construido, de su risa, su espalda suave, sus besos robados... además Sebastian siempre parecía estar pensando en nada, imperturbable, tranquilo, sus pensamientos eran todo un misterio para Julieta.
Sebastian descorchó un vino y lo sirvió en copas, conectó su portátil a la televisión y la miró con una sonrisa despreocupada.
- ¿Miramos la última película de Harry Potter?, ya terminé el séptimo libro otra vez.
Y ahí estaba su recompensa...Julieta le dedicó una sonrisa y asintió, él era su persona favorita para compartir su adicción al mundo mágico, sus observaciones siempre eran interesantes y enriquecedoras, ese era el momento de complicidad que siempre buscaba para acercarse, tratar de formar la amistad que tanto quería, su meta secreta, ser su amiga además de amante.
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El Maestro del Sonido
RomanceJulieta es una joven estudiante de abogacía con persistentes sueños de cambiar el mundo. Astuta, ansiosa, filantrópica, feminista, gran devoradora de libros y con creencias filosóficas sumamente definidas la chica construía su propi...