CAPÍTULO 7

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Después de pulsar enviar, termino arrepintiéndome. Ahora dudo sí en verdad quiero a Logan sabiendo dónde vivo. Creo que no medité lo suficiente, de solo pensar en nosotros solos en una misma habitación hace que me ponga nerviosa.

Me levanto del sofá para preparar un poco de café para pasar el rato. Además a Logan le gusta; lo que sea para no estar solo mirándonos. En lo que el agua se calienta, veo que aún me queda tiempo para limpiar. Hago lo que puedo hasta que el telefónico del timbre suena.

Camino hacia la puerta y me acerco al aparato, presiono el botón para abrir la puerta de la entrada. No tarda ni 2 minutos en subir cuando ya se encuentra tocando mi puerta.

Cuando abro evito que se me caiga la baba. Viste una chamarra negra, dándole su aspecto agradable a la vista. Su cabello castaño esta un poco mojado y tengo la tentación de sacudir las gotas..

¿Pero que cosas piensas, Camille? –me riño.

Me muevo a un lado para invitarlo a pasar.

—Gracias —se adentra en mi apartamento y al rozar por mi lado puedo oler su colonia. El inconfundible aroma que siempre asocié con él. Recuerdo que le gustaba mucho y siempre la usaba, imagino que era algo que no podía dejar. —¿Tienes café? —dice al olfatear un poco. Punto para mí. Hay cosas que nunca cambian.

—Eh, sí. Acabo de hacerlo, ¿gustas?

—Eso me vendría bien —sonríe. Le ofrezco lugar en el sofá de la sala y me voy a la cocina para servir dos tazas.

—Aquí tienes —le doy el suyo, tomo lugar frente a él y casi al mismo tiempo ambos damos un sorbo. Me mira por encima del recipiente en todo momento.

—Tu amiga la enfermera... ¿Maggie? —asiento —me contó mucho sobre tu actual vida.

—Sí... suele ser muy comunicativa.

Expreso una media sonrisa. Habrá que hablar con ella.

—También dijo que trabajan juntas. No te vi en el tiempo que estuve internado.

¿Por qué me hace sentir intimidada? ¿Y a qué quiere llegar con estos comentarios?

—Estoy en otro sector, así que muy pocas veces estamos juntas —contesto sin dar más detalles. No creo que le interese. Con lo que le habrá contado Maggie, tendrá suficiente. Aunque aún no sé exactamente qué cosas le mencionó.

El silencio me hace recordar la situación presente. Por experiencia sé que siempre que estoy a su lado soy incapaz de controlarme. Me llevo la mano a mi cabello en un intento por calmarme.

—Y... ¿cuál es la buena noticia? —cambio de tema. Finjo interés.

—Siempre tan impaciente —sonríe, se inclina a la mesa de centro y coloca la taza sobre el lugar —. Pero tienes razón, a eso vine.

Sigo sus movimientos, opta por una posición más relajada en el sofá. Envidio su seguridad.

—Quería decirte personalmente que aún estás a tiempo, Camille —dice con seriedad y frunzo el ceño.

—¿Disculpa? —pregunto totalmente perdida, creyendo no haber escuchado bien.

—Sabes de lo que hablo —dice tranquilo —. Haz lo correcto.

—¿De qué hablas? —mi rostro es de completa confusión y como no —. No tengo ni idea de lo que dices —me defiendo.

—No sigas este juego —advierte y su mirada se vuelve fría.

—A ver, creo que soy la única que no entiende de de qué se está tratando esto —contesto desconcertada.

Finalmente bufa y se levanta.

—¡Entonces fueron casualidades de la vida! —casi me grita y doy un brinco —. ¡Justamente apareciste y me rescataste! ¡Llámame loco, pero es demasiada coincidencia que precisamente fueras tú! —me pongo de pie en reflejo. Tengo la sospecha que se ha estado conteniendo todo el tiempo y por fin ha estallado.

—Logan, tranquilízate. Estás confundido —digo rápidamente angustiada. Quiero que recapacite lo que sea que haya sido su detonador, pero no encuentro cómo ayudarlo si yo tampoco entiendo lo que pasa.

Camina hacia mí mientras retrocedo, cada vez está más cerca. Su mirada es acusatoria. El pánico me invade y no me viene a la mente una manera de hacerlo entrar en razón.

Sigo retrocediendo hasta que la pared me lo impide. Mi pecho se comprime al ver su mirada de odio hacia mí y mis ojos se cristalizan, intento volver a hablar pero temo que mi voz salga quebrada.

Se detiene a centímetros de mí, me mira por unos segundos. Sorbo por la nariz y espero cualquier reacción, pero me importaría poco, de todo, su acusación es lo que más me ha dolido.

—Más vale que sea la verdad —espeta, antes de girarse para salir dando un portazo.

Miro la puerta incrédula. Sin comprender nada de lo ocurrido. Cierro fuertemente mis ojos y lágrimas contenidas caen. Exhalo todo el aire que tengo en los pulmones y escucho a mi corazón exaltado tan fuerte que parece salirse de mi pecho.

¿Cómo puede dudar así de mí? Me conoció como soy realmente. Pareciera que solo quiere hacerme la vida imposible. Me acusa de cosas que no entiendo y si fuera poco, es cruel.

Me parece injusto que se encaje conmigo cuando no tengo nada que ver. Estoy segura que el mismo se hace ideas erróneas desde que casualmente nos encontramos aquel día. No estaba planeado y si hubiera tenido opción, por mí jamás hubiera querido topármelo de nuevo.

Había decidido retomar mi vida y evitar que él volviera a impedirme seguir adelante. A pesar de lo mal que estuviera, eso no me detendría. Pero desde hace tiempo me he dado cuenta que aún me detiene. Lo amé tanto que todavía me importa lo que piense sobre mí.

Por la noche no logro conciliar el sueño por más vueltas que doy en la cama.

Las palabras y la mirada hiriente de Logan permanecen en mi cabeza sin encontrarle un sentido. ¿Qué será eso que lo tiene tan alterado?

Casi a las 4 de la madrugada, por fin mis párpados se rinden. Al despertar me doy un baño y todo un café muy cargado para soportar el día, efectivamente me siento mejor pero no quiero quedarme en casa. Decido ir al trabajo a hacer mis labores y distraerme. Quiero terminar lo más tarde posible para cansar mi cuerpo y así poder dormir.

Por suerte para mí hoy el trabajo es pesado y puedo distraer mi mente para no pensar en el asunto de Logan. Antes de irme a casa aprovecho para hablar con Maggie, y vaya que no paró de hablar. Se disculpó unas mil veces por ser cómplice de Logan, pero sostuvo su justificación.

"¿Cómo le iba a decir que no a ese bombón?" esas fueron sus palabras. Logan solo quería información pero con mi número de teléfono fue suficiente. No me sorprendería que ya supiera donde vivía antes de que yo se lo dijera.

La sentencié con mi mirada, claro solo como un juego. Sé que lo hizo con bien. Pero le advertí que no volviera a hablar con él sobre mí. Después de lo qué pasó no tengo claras sus intensiones y sé que tengo que tener precaución.

Debo mantenerme alejada de él, a pesar de tener la esta intensa necesidad de saber lo que le sucede tengo que entender que la vida de Logan ya no es un asunto del que tenga que preocuparme.

Siempre me dijeron que me gustaba meter la cuchara donde no debía y tenían razón. Pero era mi sentido de la justicia la que me ha hecho actuar ante la mayoría de ciertas situaciones. En toda mi vida siempre se me ha presentado ser testigo de abusos, y quiero creer que es porque simplemente nunca he podido pasar por encima como si nada.

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