Estaciono el auto y aseguro las puertas. Al salir, el aire fresco me golpea haciendo que me sumerja más en mi abrigo.
Subo los escalones con cuidado, recién ha llovido y están húmedos. No quisiera irme de espaldas llevándome una vergüenza o una fractura. Atravieso la puerta y el oficial, anticipando mi llegada, se gira para mi encuentro.
El mismo que me interrogó en el hospital.—Señorita Leone, la estábamos esperando —dice tendiendo su mano.
—¿Estabamos? —la estrecho y mi pregunta es respondida cuando miro a Logan por encima de su hombro. No creí que llegaría antes que yo.
—Síganme por aquí —da la vuelta y caminamos tras él.
Logan se hace a la par de mí, demasiado cerca. Una presión se instala en mi pecho y me indigna saber que he llegado al punto de bajar la cabeza. Él no puede intimidarme.
—¿Hasta qué grado eres capaz de llegar con tal de hacerte la víctima? —aprieto los labios —pudimos ahorrarnos todo este show —me detengo. Al notarlo, él también lo hace, colocándose frente a mí.
No entiendo por qué insiste en hacerme sentir mal. Sus insultos me han humillado lo suficiente para sentirme acorralada y ya he llegado al límite de mi paciencia.
—¿Y tú hasta cuando dejarás de ser idiota? No has cambiado nada —levanta sus cejas sorprendido.
Yo tampoco esperaba esa respuesta de mi parte, pero llega un momento que provoca quedarte en el rincón o atacar con las mismas armas.
—Adelante —nos llama el oficial. Está deteniendo una puerta, esperando a que pasemos.
Rodeo a Logan y continuo caminando con la frente en alto. Una vez dentro, cierra la puerta y nos ofrece asiento en las únicas dos sillas frente al escritorio metálico. Y no solo se veían incómodas, lo eran.
Varios cuadros importantes adornan las paredes, incluyendo un pizarrón con imágenes de personas desparecidas, delincuentes buscados, entre otros casos. Presto atención a las caras intentando identificar a alguien, hay tanta gente en esta ciudad que creo sería imposible haberla visto o recordarlas pero finjo interés para no tener que ver a Logan.
Nunca me ha gustado hablarle de esa manera a nadie, y aunque siempre he podido soportar mucho, lo hago solo cuando no tengo otra opción. Hoy no me sentiré mal por su culpa. El mismo consiguió que le respondiera, que no crea que seguiré soportando sus frías e hirientes palabras. No más.
La voz del agente nos hace mirarlo, ya ha tomado su lugar en la silla giratoria, dando la espalda a una ventana con las persianas abiertas.
—Lamento hacerlos venir —dice por compromiso, no creo que lo sienta más que yo —. Pero basándome en las primeras notas de sus versiones, parece haber algunas inconsistencias, así que formulé algunas preguntas cuando me di cuenta también de algunos datos faltantes. Partiremos desde estas para cerrar el archivo y continuar con la investigación, ¿de acuerdo?
Ambos acordamos y varias preguntas son lanzadas. Las pocas que se dirigen a mí son para confirmar los detalles del vehículo y para ver si no recordaba nada más, cosa que no.
Y a pesar de querer evitarlo, mi atención estuvo en Logan y en todo lo que decía. Debo admitir que es imposible mientras lo hace. Su voz es tan hipnotizante que podría hablar de astrofísica y aun así lo escucharía.
Mientras cuenta lo que pasó ese día, me entero que recién había regresado a Nueva York y tomaba unos tragos en un bar cerca de la zona. Al salir hubo un par de tipos que quisieron hostigarlo para que les pagara unos tragos y cuando se opuso. Comenzaron a acusarlo de que les había robado dinero apostando contra ellos, entonces lo siguieron. El resto ya lo conocía.
—Por último —dice leyendo un papel —¿recuerda haber tenido algún inconveniente con alguien más desde que llegó a la ciudad? —lo observa inquisitivo.
—Para nada. Únicamente visité el bar porque conocí al antiguo dueño y quise ver cómo había quedado con las nuevas remodelaciones.
—Entiendo, por el cambio de administración hemos tenido problemas para conseguir las las grabaciones de seguridad —escribe —ya tenemos tu informe clínico para anexarlo y los datos necesarios. Sería de ayuda si te quedaras al final para mostrarte algunas fotografías. Tenemos algunos posibles perfiles, puede que tus agresores ya tengan un historial —vuelve a mirar el folio —. ¿Algo que quieran añadir? —alterna su mirada entre ambos. Negamos —. Enseguida vuelvo —dice tomando algunos documentos y notas para salir por la puerta.
A diferencia de otras veces, especialmente hoy no me siento nerviosa al estar en la misma habitación con él. Tomo mi teléfono y contesto algunos mensajes de Sara para distraer mi atención.
No pasan ni dos minutos cuando regresa el oficial. Era un poco incómodo, pero me sorprendió que no aprovechara para molestarme dado que estábamos solos. Fue prudente de su parte.
—Eso sería todo. Señorita Leone, la acompaño a la puerta —me hace un gesto para que salga. Una vez fuera de su oficina caminamos hasta la entrada. Le agradezco cuando abre la puerta para mí.
Me detengo antes de bajar por la escaleras para atender mi teléfono que no ha dejado de vibrar. Más mensajes de Sara, parece que mi madre le ha dicho que quiere venir a visitarme. Al bajar más por la bandeja de mensajes miro qué hay también de ella y llamadas perdidas. Al no contestarle debió contactar con Sara. Les contesto a ambas y al no entender todo lo que mi madre contesta en diferentes notas de voz, decido llamarle. Atiende al segundo tono y charlamos unos minutos, básicamente me regaña por no llamar estos días pero me disculpo diciendo que he tenido mucho trabajo. Me paseo por la orilla al principio de los escalones durante la llamada hasta que por fin colgamos.
Suspiro y mientras busco mis llaves del auto, siento como alguien se coloca a mi lado. Levanto la vista solo para encontrarme con el ojiazul. Parece que va a hablar pero lo ignoro bajando los escalones hasta el final. Con las llaves en mano entro al auto y coloco mi bolso en el asiento del copiloto. Miro por el cristal, Logan sigue donde mismo, observándome. Coloco la llave en el conducto y enciendo el auto sin dejar de mirarnos. Por un momento y sin importar lo que pasa, lo quiero memorizar. Esta será la última vez que nos veamos.
Niego levemente mientras fijo la mirada ahora al frente para acelerar. Después de todo sigue doliéndome.
¿En qué momento mi tranquilidad se fue al demonio?
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Recuerden que la historia ya tiene Instagram por si gustan ir, he subido imágenes de cómo imagino a Camille. 💕
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Y mi cuenta personal @Paoliv_98
Gracias por las vistas. Poco a poco gente esta sabiendo de esta historia. No sean tímidos, voten y comenten. 👀
😬 ¡Nos leemos!
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Malas Decisiones [EN EDICIÓN]
RomanceCamille creía saber cómo mantenerse fuerte ante las adversidades, sin embrago cuando una noche presencia un intento de asesinato y se ve envuelta en las consecuencias de haberse involucrado, su verdadera resistencia es puesta aprueba. Reviviendo her...