CAPÍTULO 24

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Mi respiración se agita, temo lo que pueda pasar en este momento y es porque me queda claro que este sujeto habla en serio. Me suelto de su agarre bruscamente y retrocedo asustada. Todo estaba claro, este tipo estaba involucrado.

—Tranquila, no vine a hacerte daño. No soy tan tonto como para hacer algo así con tantos testigos —me guiña un ojo —, por ahora solo necesito que me ayudes dándole un pequeño recado —estoy atenta a sus movimientos —. Dile a tu novio, que el tiempo se agota —pasa la mirada por todo mi cuerpo y sonríe triunfante antes de marcharse.

Saco todo el aire de mis pulmones cuando verifico que ha salido del lugar. Me doy cuenta que mi cuerpo comienza a temblar y mi vista falla provocando que parpadeé varias veces para alejar las posibles lágrimas.

Mi paz está yéndose por un tubo y si es verdad lo que dice ese tipo, aún no sé todas las razones. Me confié de la palabra de Logan cuando me hizo creer que todo estaba bien. Tengo que hablar con él cuanto antes. No me gusta el rumbo que está dirigiéndose mi vida. Todo parece tan irreal.

Me esfuerzo por tranquilizarme y fingir frente a todos. No fue nada sencillo, un par de veces me crucé con la mirada de Marco por el retrovisor y me ponía nerviosa pensar que sospechaba sobre mi falsa actitud. Solo esperaba no meterlo en problemas.

Incluso tuve que mentirle a mi madre y a Sara diciendo que algo que había comido me había sentado mal.

Una vez en el departamento, dejo a mi madre con Sara haciendo la cena y me alejo diciendo que voy al baño. No puedo esperar más, la ansiedad y el miedo me tienen en un estrés que nunca había experimentado y siento mi cabeza estallar.

Doy en llamar y acerco el celular a mi oreja. Tras varios tonos cuelgo antes que mande a buzón. Debe estar ocupado, no quiero ser insistente. Mañana lo intentaré de nuevo.

Trato de meter el celular en mi bolsillo pero vibra en mi mano sobresaltándome. Miro el contacto y la emoción aparece al ver que es Logan.

—Hola —descuelgo con timidez.

—Hola —contesta adormilado —. ¿Por qué llamaste? ¿Estás bien? —va directo al grano. Incluso el sabe lo sospechoso de esto.

Abro la boca para decir algo pero al final no sale ni media palabra, no tengo como iniciar. Suspiro frustrada.

—Camille, ¿qué sucede? —dice con seriedad en cada palabra, intuye que algo anda mal.

—Esta tarde... —me atraganto con mi saliva. ¿Por qué es tan difícil? un hombre se acercó a mí y... habló conmigo.

—¿Qué hombre? ¿Te hizo algo? ¿Qué te dijo? — cada pregunta iba cambiando su tono anterior a uno más ansioso y furioso. Aunque estaba conteniéndose.

—Dijo que su nombre era Robert —cierro los ojos anticipando su respuesta.

–¡Maldito hijo de...! —masculla —¿Te tocó? ¿Por qué Marco no me ha avisado?

—No hizo nada, solo hablamos. Marco no lo sabe, no fue su culpa, él estaba vigilándonos, yo me alejé —me apresuro a decir —. Entré en una tienda y no noté cuando se acercó.

Escucho como inhala y exhala sonoramente tratando de calmarse. Está bastante exaltado.

—Te estaba siguiendo —afirma.

Malas Decisiones [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora