CAPÍTULO 22

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Al llegar al hospital, veo que Ian está en recepción y aunque intento pasar desapercibida, no lo logro.

—¡Camille, espera! —casi grita para que lo escuche. Me detengo —. Sostenme esto —le da unos folios a otra enfermera y llega hasta mi lado. —¿Por qué haz venido a trabajar? Mínimo tendrías que estar en casa dos semanas y no haz terminado ni la primera —seguimos caminado por los largos pasillos.

—Me encuentro mucho mejor, Ian. No podría soportar más tiempo sentada sin aburrirme, no hay algo mejor que estar en la acción y tú lo sabes.

Sonríe y abre la boca para hablar pero no pronuncia palabra al ser interrumpido.

—¡Escuchen! —una doctora alza la voz, inmediatamente todo mundo se detiene y le presta total atención —. Acaban de llamar, hubo un gran choque y hay múltiples heridos. Los recibiremos en menos de quince minutos así que tengan a su equipo listo y organícense. Necesitaremos todo el apoyo posible —el personal comienza a moverse apenas lo dice y agrega —. Estén listos para lo que viene.

Es lo que necesitaban los demás para hacer más preparativos, incluyéndome. Siento empujones y tengo que caminar para no obstruirles el paso.

—Bienvenida a la acción –dice Ian siguiéndome el ritmo.

Le sonrió y se desvía hacia el área de ingresos. Apresuro el paso para entrar en vestidores y colocarme el uniforme. Escuchar a todos de allá para acá y viceversa, me hace contener los nervios como el primer día, pero siempre mezclados con emoción.

Tener la oportunidad de salvar vidas es por lo que básicamente respiro. Desde que tengo memoria, siempre he intentado ayudar a las personas que me rodeaban y conforme iba creciendo, me daba cuenta de la importancia de ejercer una profesión que me motivara de esa manera. Así como mi padre fue oficial de policía en su momento. Y atualmente no hay nada que me motive diariamente que dedicarme a la medicia, de ayudar a todo aquel que lo necesite, sea quien sea.

Despúes de cambiarme, salgo con prisa para reunirme con todos en la zona. Apenas pasan segundos cuando vemos entrar las camillas con los pacientes y el ambiente comienza a hacerse más tenso.

—Leone, me asistirás en el quirofano —me llama Ian. Frente a situaciones laborales siempre me llama por mi apellido. En cada cirugía, soy su primer opción desde que ingresé al hospital y podría decirse que su mano derecha.

Tras una larga cirugía de emergencia para salvarle la pierna a un hombre, la operación resulta con éxito y las expectativas son favorables con algo de rehabilitación.

Es lamentable que por una persona que comete imprudencias, los demás corran el riesgo de perder su vida. Este día fue un conductor de camión que se durmío al volante y al rededor de ocho autos resultaron afectados. Por desgracia el conductor llegó sin vida y un hombre que había tenido contacto directo, falleció en el quirófano. Frente a mí. La impotencia que sentimos es típica pero debíamos seguir con nuestro trabajo. Certificamos sus muertes y seguimos adelante.

Creo que lo unico bueno de mi noche fue el pequeño de 5 años que me tocó atender. Ingresó con solo una ligera herida abierta en la frente, me impactó demasiado dado que uno de los médicos mencionó que el accidente había sido aparatoso. De no haber sido por que sus padres habían tomado conciencia colocándole el cinturón, hubiera sido algo demasiado fuerte con lo que no haya podido lidiar.

Una vez más el destino me demostró que es más grande que nosotros y que nunca podremos predecir el futuro, pero sí hay cosas que están a nuestro alcance. Como evitar tragedias.

A mi alrededor todos están exhaustos pero satisfechos con el desempeño invertido. Esto es lo que me llena de felicidad al finalizar el día, ver a tantas personas tan comprometidas con su trabajo, que incluso interponen su vida personal por salvar la de otros.

Tomo una gran bocanada de aire y me deslizo por la pared.

—¿Como va todo? —levanto la vista encontrandome con una compañera de pie frente a mí.

—Estuve cerca de doce horas de pie y siento que no puedo ni con mi alma. Fuera de eso y las presiones, todo salió bien. ¿Que tal tú?

—Igual —sonríe con cansancio —. ¿Hay espacio?

—Adelante —se coloca a mi lado y suspira.

—Siento que al llegar a casa dormiré por tres días.

—Me duelen los pies —agrego y reímos.

Con tantas cosas en las que pensar, Logan pasó desapercibido por mi mente y agradecí eso. Pero ahora que la calma reina, su distracción hace aparición. Sin ya nada por hacer, finalmente me envían a casa e Ian fue el primero en hacerme obedecer. Dice que aunque me sienta mejor, podría tener secuelas. Y no discutiré con él ya que yo también ansiaba irme. Llamo a Marco y no tarda en llegar.

—Lamento hacerte venir a estas horas —me disculpo sabiendo que le habia dicho que mi salida sería más tarde.

—¿Se siente bien? —me mira por el retrovisor.

—Sí, Marco. Solo necesito descansar, tuve una noche muy pesada —asiente conforme con mi respuesta y mira al frente para acelerar.

Durante los siguientes minutos de trayecto, mi cabeza cayó varias veces y bostecé incontables más. Por lo general cuando me tocan turnos largos, tomo pequeñas sientas pero obviamente hoy no tuve la posiblidad de hacerlo dado que terminaba algo y ya tenía que realizar algo diferente.

Llegamos, le agradezco y como siempre me contesta que no es nada. Si a mí me llamaran a las 7 de la mañana estaría enojada, sin embargo no creo haberlo despertado ya que no sonaba como tal. Me despido para subir a mi habitación y me recuesto en la cama boca abajo sin quitarme lo que traigo encima. Apenas voy a cubrirme con el manto de morfeo cuando escucho que abren una puerta.

—¿Quién es? —digo soñolienta.

—Dios, Camille. Me asustaste —escucho la voz de mi madre. Levanto la cabeza para ver que viene del baño y tiene una de sus manos sobre su pecho —. No creí que llegarías tan temprano. Iba a dormir con Sara pero preferí darle su espacio —me empuja levemente de la cadera en tanto se acomoda en la cama a mi lado —. Tendrás que compartir, vamos.

Me muevo y siento como se hunde el colchón a mi lado. Tras unos largos segundos en los que intento reconciliar el sueño...

—Deberías darte un baño —me dice.

—Mamá... —gruño.

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Espero les haya gustado. Si fue así no olviden apoyar la historia con sus votos y comentarios.

Poco a poco irán sabiendo más de nuestra Camille y de los personajes. Sí, también de Logan 😏💕

¡Gracias por leer! ¡Nos leemos!

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Malas Decisiones [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora