Me recuesto en el sofá y exhalo sonoramente. A estas alturas realmente creo en la mala suerte. Mi pie duele a horrores cuando trato de apoyarlo y anoche no pude dormir correctamente por la inflamación. Intenté diferentes posiciones pero de cualquier forma los punzones no desaparecían. Lo que me llevó a preocuparme por un desgarre.
—Por hacerte la orgullosa terminarás perdiendo el pie —me dice Sara mientras me observa retorciendome por querer subir el pie a la mesa de centro.
—No digas esas cosas, Sara. Ya me encuentro bastante preocupada por su color –
—lo observo con angustia, de la noche a la mañana adquirió un extraño color violeta/verduzco. Doy un suspiro pesado y miro a mi amiga —. Estoy molesta con él, pero es el único que conozco que podría ayudarme y hacerme una visita ahora mismo.Sara me ha insistido en llamar a Ian desde que vio cómo se me dificultaba caminar sin hacer quejas. Asiente y saca su teléfono del bolsillo, teclea y lo coloca en su oreja.
—Ian, hola. Disculpa que te moleste pero quería pedirte un favor. Sí, se trata de Camille —me mira sonriendo —. Anoche sufrió un esguince y no puede caminar sin llorar —me muestra la lengua y escucha por unos segundos —gracias —cuelga y se gira hacia mí –. Aceptó.
Pongo mis ojos en blanco, al fin consiguió lo que quería.
***
—¿Duele esto? —lo gira un poco hacia la derecha e izquierda con cuidado mientras yo solo hago un gesto de dolor con cada movimiento. Continúa palpando con los dedos por toda la zona afectada —. Efectivamente es un esguince, pero por suerte solo se trata de uno leve. Tendrás que tomar analgésicos para ayudarte a bajar la inflamación, también te ayudarán con el dolor —se pone en pie y me mira con desaprobación —. Debiste atenderte antes.
—Te lo dije —me reprocha Sara. Elevo una ceja irónica indicándole un "no me ayudes".
–aSin asistencia médica se hubiera podido perjudicar —continúa con profesionalismo y me siento como una niña pequeña mientras es regañada —. Supongo que la cuidarás mientras está en reposo así que... —habla con Sara y le hace señas para que se acerque —. Recuerda que debe ir firme pero no muy apretado, esto es un vendaje funcional que le permita movilidad. Con esto poco a poco sanará por sí mismo.
Le explica y muestra como colocarme el vendaje en tanto pongo atención a lo que le dice. Es exactamente lo que le dije a Sara que hiciera, soy enfermera, en todo esto no escuché algo que no supiera. Claro que no podía hacerlo por mi cuenta por la complicación de que el dolor no me lo permitía. Pero estuvo insistiéndome mucho en ver a un profesional porque temía causarme algún daño peor o una secuela y el miedo me ganó.
—De acuerdo —asiente Sara entendiendo sus indicaciones.
Mientras termina de ocultar el extremo de la venda, continuamente me mira a los ojos y puedo notar tristeza en ellos. Al terminar se gira hacía Sara y mi amiga entiende el mensaje. Se marcha de la habitación y me siento traicionada. Sé lo bien que le cae Ian y ahora creo firmemente que hizo esto por él. De otro modo me habría llevado al hospital.
Volví a caer. Es increíble la facilidad con la que le permito a todos manejarme. Me acomodo en mi lugar dispuesta a que tengo que escucharlo.
—Siento mucho lo que dije. No tengo excusas que darte sobre mi actitud tan infantil, no pude evitar sentirme celoso eso es un hecho. La verdad es que, creo que siempre supe que en algún momento esto pasaría y que no sabría como afrontar perderte.
—Ian, nunca me tuviste. Yo te advertí que me sería casi imposible tener algo contigo, pero aún así decidiste arriesgarte. Ambos. No negaré que también esperé algo bueno. Pero no había motivo para exaltarte aún sabiendo eso.
—Lo sé y lo lamento. Actúe de la peor manera. Sentí que iba por buen camino, pero con lo que
dices, me queda más en claro que tuve menos oportunidades de las que creí —muestra una media sonrisa.—Y estás en tu derecho de sentirte ofendido y lo siento, no debí llevar las cosas tan lejos e ilusionarte.
Alza la mano restando importancia.
—No te preocupes por mí. Solo quiero que te encuentres bien y seas feliz. Espero que podamos seguir siendo amigos como antes. Creo que estabamos mejor de ese modo —ríe levemente.
—Por supuesto, Ian. Cuenta con eso —me alivia que se lo tome tan bien.
—Deberás descansar mucho para que te recuperes —señala mi tobillo vendado evitando seguir con el tema, sé que en el fondo aún le pesa aceptarlo.
—Gracias por todo —sonrío y saca un papel para escribir los medicamentos que me aconseja tomar. Me lo entrega y se despide con una sonrisa antes de salir por la puerta.
Es una lástima pero en otras circunstancias me habría enamorado de él. Y sé que no es así porque me siento tranquila ahora que esto ha terminado. Estoy segura que encontrará a alguien que lo merezca de verdad.
—Ahora sí, explícame que fue lo que sucedió —Sara toma asiento a mi lado y se ve bastante emocionada. Ni siquiera la vi entrar.
-–¿Antes o después?
—Comienza por dónde quieras —dice con impaciencia.
Le narro un breve resumen de lo ocurrido en la cafetería, cuando mi auto murió y cuando el pervertido me persiguió e intentó lastimarme en el lugar más típico al que no me evité entrar. Esa parte me cuesta más pero lo consigo.
Claramente mi mente está bien por poder recordar con detalle todas mis malas experiencias y me felicito por no haberme vuelto loca con todo lo que ha ocurrido a mi alrededor. Suelo bloquear muchas cosas y solo espero que no me quiebre un día que no pueda aguantar el estrés, la angustia, el dolor y termine explotando.
Una vez más mi amiga concuerda conmigo en que nací solamente para los infortunios ya que formo parte de ese porcentaje de personas a las que le pasan más de una cosa por semana de lo que un humano promedio debería lidiar.
En el transcurso de mi vida siempre he batallado con asuntos que han comprometido mi salud mental y física. Y no sé como cada vez encuentro la manera de seguir a pesar de todo lo que me afecta. Muchas personas me han dicho lo fuerte y valiente que soy ante las situaciones más estresantes que he pasado pero yo no me encasillaría de forma tan drástica, sé que hay a quienes les ha ido mucho peor en la vida. Yo soy creyente de que todos tomamos decisiones con lo que tenemos en el momento y mi verdad es que aunque yo veo algunas cosas difíciles, quizá sean fáciles para otros por eso juzgar a los demás desde la perspectiva y oportunidades de otros jamás será una idea inteligente. Empatizo con las personas pues conozco el sentimiento de frustración y en ocasiones eso nos sobrepasa.
Yo solo hago lo que creo mejor para mí y me enfoco en eso, en no caer, por tener diariamente una sonrisa en el rostro y brindar apoyo a personas que son completos deconocidos para mí trato que valga la pena para los demás y por resultado para mi. Así funciona para mí y es diferente para todos.
No es que pueda quejarme, finalmente me dedico a lo me gusta y soy una chica de la que me enorgullecería si pudiera verme una Camille de hace 10 años por lograr lo que me he propuesto. Amo ayudar y no me da miedo dar la cara por los que me necesitan. Aunque eso no me excluye que quizá en algún momento termine exhibiendo mis preocupaciones ante el mundo y demostrando en realidad que no soy la chica fuerte que todos creen que soy.
• • •
Espero les guste, si fue así no olviden apoyar la historia. Aquí abajo les dejo algunas redes sociales por si gustan seguirnos.
Instagram: @mdecisionespc
Personal: @ paoliv_98
¡Nos leemos, hasta el próximo capítulo!
ESTÁS LEYENDO
Malas Decisiones [EN EDICIÓN]
RomanceCamille creía saber cómo mantenerse fuerte ante las adversidades, sin embrago cuando una noche presencia un intento de asesinato y se ve envuelta en las consecuencias de haberse involucrado, su verdadera resistencia es puesta aprueba. Reviviendo her...