LOGAN
Semanas atrás...
Mientras los días siguen pasando, dudaba cada vez más sobre lo que creía de Camille. El tiempo que llevaba vigilándola no me mostraba nada anormal.
Y finalmente pude decir que estuve en un error, aunque injustamente tarde. La había herido con mis acusaciones y la poca confianza que había ganado, la destruí por completo. Estaba tan desesperado en encontrar algo que mi pensar y acciones ilógicas se fueron contra quien menos las merecía.
El teléfono vibra en mi bolsillo y tengo que estirarme un poco en el asiento para meter mi mano y sacarlo, despegando un momento la vista del camino.
Lanzo mi teléfono molesto al asiento del copiloto. Coloco los cambios y estrujo el volante. Solo era una transacción.
Voy demasiado rápido pero en algo tengo que desquitar mi rabia y la adrenalina que siento por la velocidad siempre me ha funcionado. Por algo tenía este auto y no era para dejarlo empolvarse en el garage.
Mi teléfono vuelve a timbrar, lo tomo con la intención de lanzarlo por la ventana pero cuando veo que es una llamada de John, me contengo.
—¿Qué pasó? —contento de mala gana.
—Uy pero qué humor. ¿Tengo que adivinar?
—John —lanzo la amenaza —. No es el momento. ¿Para qué llamas? Estoy conduciendo —aprisiono el teléfono entre mi mandíbula y hombro para maniobrar en el volante.
—Tengo lo que pediste.
—Voy para allá —cuelgo y acelero.
Estaciono frente al lugar que siempre nos vemos y espero por unos minutos hasta que tocan la ventana. Quito los seguros para que entre.
—Toma —me extiende un sobre sellado y mis manos sudan.
—Mierda —murmuro al mirar los papeles.
—¿Te sirven?
—De mucho —mi emoción es evidente —. Supongo que debo darte las gracias —oculto una sonrisa mientras el solo se encoge de hombros.
—Lo prefiero en efectivo.
—Por supuesto. Te lo ganaste.
—No me ofendas, Logan. ¿Cuando he fallado?
Lo miro de reojo, está sonriendo.
John era un astuto hacker que había conseguido robar decenas de cuentas bancarias. Hasta hace dos años cuando lo arrestaron. Fue entonces que le ofrecí trabajo a cambio de su libertad.
Nada justificaba lo que hizo, ni siquiera que le robara a millonarios despreciables. Sabía lo que era equivocarse y tenía un talento que no debía desperdiciarse. La policía y agencias de investigación recurrieron a él por sus habilidades, y aunque le han propuesto un lugar, prefiere seguir por su cuenta. Aunque mantiene su acuerdo conmigo.
—¿Como harás para hablar con ella?
—¿Eh? —me extraña su pregunta.
—No te hagas, sé que fuiste a verla y te mandó a volar —rápidamente pienso en Camille.
—¿Como sabes eso?
—Tengo mis medios —lo miro con recelo —. Es broma, no te puse un micrófono ni nada parecido. Veo todo lo que llega a tu celular y leí el mensaje que te envío.
Exhalo sonoramente.
—Sí... ese mensaje.
Cierro los ojos, aún puedo recordar cada palabra:
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Malas Decisiones [EN EDICIÓN]
RomanceCamille creía saber cómo mantenerse fuerte ante las adversidades, sin embrago cuando una noche presencia un intento de asesinato y se ve envuelta en las consecuencias de haberse involucrado, su verdadera resistencia es puesta aprueba. Reviviendo her...