CAPÍTULO 59

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CAMILLE

Mi corazón golpeaba con fuerza por lo que acababa de suceder. Completamente petrificada, no lograba apartar los ojos de la horrible escena de Logan sangrando sobre el piso. Me sentía tan ajena a este momento, como si estuviera frente a una pantalla, tan irreal...

—¿Las cosas no te están saliendo como querías? —oigo como Robert se jacta mientras nos acerca a él.

Logan alza la mirada y al conectarla con la mía, todo lo que veo es el reflejo de la preocupación en la suya.

—Logan... —apenas hablo en un susurro. Esto se veía muy mal.

No quería mirar al otro chico que yacía al fondo, sabía que había muerto al instante, no servía de nada torturarme también con esa imagen. No podía creer que a esta distancia consiguiera darle justo en la cabeza. Ojalá hubiera podido hacer algo, pero apenas si pude reaccionar cuando entramos a este espacio y para el instante en que vi a Logan, ya era tarde. Todo fue tan rápido.

—Levántate —ordena Robert, pero Logan no se inmuta, manteniendo su atención solo en mí.

Temía mucho poder leer sus pensamientos, aunque estaba segura de saber cuales eran, me negaba a aceptar que esto sería todo.

Robert deja de apuntarle y ahora coloca el cañón en mi cien apretando también más el brazo que tenía sobre mi cuello, incomodando el trabajo de llevar aire hacia mis pulmones.

—Está bien, está bien... detente —Logan se apresura a decir al ver mi desesperación y el ruidoso intento por respirar de nuevo, e indicando levantarse, consigue que Robert pare. Con la dificultad por el dolor en todos sus movimientos y sus gestos, comenzó su ascenso.

Me muevo inquieta, importándome poco el tener un arma sobre mí. Era imposible mirarlo y no querer intervenir. Logan me regala una rápida mirada para comunicarme que me detuviera. Me rompía el corazón. Se aguantaba el dolor y sabía que lo que dejaba ver no era ni una mínima de lo que claramente estaba experimentando.

—Aquí estoy, ya me tienes —respirar parecía ahora una tarea difícil para él. Mantenía una mano sobre sus costillas, la herida no paraba de sangrar y se filtraba por entre sus dedos —. Déjala ir.

—Antes harás algo más —presume su ventaja sobre nosotros con una posible y descarada sonrisa que no soy capaz de ver desde su posición detrás de mí pero apostaba que tenía sobre su estúpido rostro.

Logan no musita palabra alguna y pasa frente a nosotros, lento y cojeando. Al investigar un poco más el motivo, noto el torniquete improvisado que se ha hecho en la pierna izquierda. Y si bien era importante, era fácil decir que no se acercaba ni un poco a la gravedad de la herida que más me preocupaba. No podría seguir así por mucho tiempo, necesitaba ayuda médica urgente. Robert estaba llevándolo al límite y sabia que eso era lo que pretendía hacer antes de llevarnos tan lejos como fuera posible donde pudiera deshacerse de nosotros.

Lo pensó bien, alejó a los otros de la entrada para estar a solas con Logan. ¿Pero como supo que lo encontraríamos antes que los demás? Podría haber estado en cualquier parte de este lugar, pero Robert parecía saber dónde estaría, ¿cómo?

Tan rápido como lo pienso la respuesta llega por sí sola.

Si de lo que he sido testigo me es suficiente, con Robert creando sus propias reglas jamás dejaría ir la oportunidad de vengarse. Hasta apostaría que Logan también se aprovechó de eso y aún así decidiera entrar a su juego. Sabiendo que no llegaría a tal extremo de matarme pues hacerlo sin tenerlo cerca no sería divertido para Robert y su retorcida mente que solo quiere cumplir el objetivo de verlo sufrir mientras ocurren la cosas. Conmigo cómo rehén sabía que lo lograría, yo era la garantía de este psicopata para que se encontraran y así poder manipularlo a su antojo.

Malas Decisiones [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora