CAPÍTULO 33

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No hacemos ningún otro comentario por lo que resta del trayecto y nos mantenemos en silencio cada uno en su propia mente. Por cortos instantes me giro a observarlo, está tan concentrado en el camino que no veo indicios en él que me delaten. Su rostro siempre me ha parecido de lo más perfecto, su nariz, sus hermosos ojos azules adornados por esas largas pestañas y sus labios... dios esa boca que besaba tan bien.

¡Basta Camille!

Regreso la vista a la ventana y me reprendo mentalmente. La imagen de nuestro beso está marcado en mi memoria y no soy capaz de soltarlo. Es increíble que después de tanto tiempo aun pueda conseguir que me rinda a sus encantos. Y no sería raro ya que Logan es difícil de ignorar para mí, era debilidad y resultaba aterrador.

¡Demonios! Necesito mucha ayuda para poder controlarme cuanto está cerca.

Una vez tras identificarnos con un pase que Logan posee, nos avisan que ya nos esperan y no nos demoran en dejarnos pasar. Ingresamos por el estacionamiento subterráneo para después pasar por un control seguridad. Ahí nos realizan una revisión de rutina sobre nuestras pertenencias y me entregan una identificación de visitante una vez han tomado mis datos. Uno de los hombres trajeados nos guía hacía un área diferente donde ya finalmente estamos dentro de las instalaciones.

Caminamos por un impecable pasillo, yo detrás de Logan observando con admiración todo mi alrededor. Hay mucha gente caminando de aquí para allá haciendo su trabajo que ni se percatan de nosotros.

De pronto desaceleran el paso y cuando nos detenemos me doy cuenta de la puerta de vidrio esmerilado que tenemos al lado.

—Es aquí —informa el hombre antes de marcharse. Logan no espera un segundo más y comienza por girar la manija.

Entramos en una pequeña oficina y veo un hombre de no más de cuarenta y tantos mirando en nuestra dirección. Tenía una presencia imponente y formal, de ojos claros y serios, con algunas canas que ya nacían de su cabellera, trajeado y con una mirada impasible le daba esa imagen de líder incuestionable.

—Blair —dice levantándose de su asiento para venir hasta nosotros —. Lamento hacerte venir en tus vacaciones —expresa con marcado sarcasmo.

—Siempre estoy al pendiente de la investigación, señor. Aún en mis días libres —responde Logan y lo conozco lo suficiente para saber que no le agrada que le hablen de ese modo, pero intenta contenerse, puedo verlo en como aprieta sus puños —. Cam —me tenso cuando me nombra —él es el agente Harrison, está al frente del caso.

—Un placer —extiende su mano y la sujeto casi de inmediato.

—Igualmente —contesto ladeando una sonrisa.

—Hay algo de lo que tenemos que conversar antes —me mira antes de fijar sus ojos en Logan —. Imagino que se puede hablar con libertad.

—Totalmente.

—Entonces tomen asiento —demanda autoritario y obedezco, aunque a Logan le cuesta hacerlo de buena manera—. Bueno, no creemos que estés tomando esto en serio, Blair. Haz quebrantado muchas reglas y creí haber sido muy claro contigo cuando nos conocimos —mantiene la voz firme con una perfecta severidad contenida —. Estoy a nada de mandarte esposado de vuelta a Inglaterra donde seas responsabilidad de tus superiores. Yo tengo a los míos presionando para que me haga cargo de ti. Llegaste para respaldarnos con tus conocimientos, no para entrar al campo ni mucho menos para comenzar una investigación paralela a esta. He estado haciendo todo lo que puedo para que no te echen pero ya no soportarán otra tontería, así que te lo pregunto ahora mismo: ¿estás con nosotros o en nuestro camino?

Observo a Logan impaciente por su respuesta. Parece que nunca dejó de ser el rebelde de siempre que no quería seguir ordenes, pero esta vez su lugar está en riesgo.

Malas Decisiones [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora