CAPÍTULO 32

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–No me hagas esto... –sentencio en voz baja mientras niego levemente.

–Oye... –intenta tomarme del mentón pero yo aparto su mano.

–No, Logan –digo con firmeza —. Pon de tu parte por favor y ayúdame a colocar esa distancia necesaria entre nosotros dos. Sabes que no puede repetirse.

Lo miro directo a los ojos. Un pinchazo se instala en mi pecho pero tengo que dejar esto en claro. Aunque esté contradiciendome a lo que dictan mis deseos, no puedo dejarme ir así, no de nuevo. Sé como termina y la que sale sufriendo siempre soy yo.

El solo me observa. Oscilando sus iris entre los míos, pensando profundamente en mis palabras.
No sé si tratando de descifrar que tan convencida parecía de mi petición o si simplemente estaba considerando ignorarla. Estoy a punto de entrar en pánico, en el caso que decida lo segundo, estaré perdida. Ruego porque no insista y por algunos segundos, que me parecen eternos y llenos de preocupación, finalmente habla:

—De acuerdo —musita sin ninguna expresión y mi corazón se comprime al verlo girar para irse sin más.

Al momento que me he quedado sola, intento respirar pero la sensación de asfixia no desaparece. Busco estabilizarme colocando ambas manos sobre el mueble. Había algo en mí que me decía que disfrutara el momento pero también tenía bien planteadas las consecuencias y no las quería enfrentarlas. No de nuevo.

Por desgracia me he dado cuenta que sigo siendo la misma tonta que se dejaba enredar en sus provocaciones y flaqueaba ante su mirada, pero también por suerte mi razón pudo ser resistente y lograr usar toda la fuerza de voluntad que reuní. Yo y mis tontos sentimientos son los culpables de mantenerme así, y duele estar consciente de que debemos mantenernos alejados. Aunque me haya hecho sentir demasiadas cosas con solo un beso. También desarmada. Todavía podía sentir sus labios y la manera tan cariñosa en la que me besó me confundía muchísimo. Casi se sintió tan real.

Cierro la puerta al llegar a mi habitación y doy un sonoro suspiro. Así estamos mejor, esta vez debo ver por mí.

Al despertar tomo un baño y bajo para desayunar, o comer siendo que pasan de las dos de la tarde. A penas si logré conciliar el sueño cerca de las cuatro de la madrugada, y con mucho esfuerzo. Las imagenes del beso me torturaban más de lo que lo hacían el peligro al que estaba sometida por criminales.

Al encontrarme en el salón, por suerte no hay rastro de Logan y me da la libertad de adentarme a la cocina donde Rebecca se encuentra cocinando.

–Huele bien –comento sorprendiendola.

–Buen día –sonríe amable antes de regresar la vista a lo que está al fuego —. Es para la comida, aún no está pero dejé algunos hotcakes en la mesa, acaban de salir.

–Gracias —me ofrece fruta y me dirijo a sentarme. Un plato con su contenido a medio terminar se encuentra encima y la idea de que su dueño puede regresar me pone nerviosa —. ¿Ha visto a Logan? —pregunto con naturalidad, obviamente sé que es de él pero me extraña que no haya terminado.

—Está atendiendo una llamada —contesta de espaldas.

Me quejo internamente pero no es como que me deba esconder de él. Es muy diferente verlo para otras actividades cercanas como comer que... algo más íntimo.

Mientras no cruce esa línea, todo estará bien.

—Espero que hayan avanzado en lo suyo –dice acercandose con un vaso de licuado para mí —. Supe que ambos fueron a dormir muy tarde —murmura sonriendo de una manera que me hace sonrojar.

—No es lo que cree —intento no atragantarme con mi propia saliva.

—Yo no mencioné tal cosa —me guiña un ojo —además no tendría nada de malo. Ya están bastante grandecitos.

Malas Decisiones [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora