CAPÍTULO 14

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—Explícame otra vez cómo es eso que vas a salir con Logan.

Doy un rápido vistazo a mi amiga desde el espejo mientras me peino para ir al trabajo. Ya decía yo que trataba de decirme algo cuando había estado observándome en silencio la última media hora.

—No es una salida, Sarahí...

—Hey, hey, ¿que te he dicho? Ese no es mi nombre —frunce exageradamente las cejas.

—Claro que sí, está en tu identificación —contesto concentrada en colocarme la bufanda.

—Pero no me gusta —hace puchero —. Vuelve a decirme así y te depilo la cejas —me señala con su dedo índice y entrecierra los ojos —. ¿Decías? —sonríe con inocencia y tengo que aguantar no reírme. Mi amiga está tan loca que la creería capaz de secuestrar una nave espacial.

—¿Eres bipolar? —levanta las cejas y me advierte con su mirada marrón —. Decía que solo vamos a hablar como dos personas maduras que quieren estar en paz.

—Sí, claro. "Hablar" —hace comillas con los dedos para acompañar sus palabras —. Ajá. Perdón que me ría pero eso es lo que tú crees... o más bien lo que quieres hacerte creer —dice con tono.

—¿Qué insinúas? Puedo controlarme —finalmente me giro.

—No cuando se trata de Logan y lo sabes muy bien. Haz estado más rara de lo normal desde que hablaron.

—Dirás más tranquila. Me gusta la idea de por fin tener tranquilidad, de que este tema ya no me deje dormir  —continúo colocandome mi bolso al hombro —. Además aún no confirmo nada. Todavía lo estoy pensando.

—¿Se te olvida cómo se comportó?

—En parte lo entiendo, pasó por algo traumante.

—También tú, y no te volviste una paranoica.

—Sabes que no es lo mismo, yo me he acostumbrado a ver gente herida todo el tiempo. Parece que está lidiando con algo más.

—Oh no Camille, no te involucres.

—Creo que es demasiado tarde.

—Bueno, tú lo conoces mejor que yo, solo ten cuidado. Ya sabes lo que pasó la última vez y todavía no entiendo por qué quiere hacer las paces contigo, antes no le importaba —aspira ruidosamente y me mira asombrada —. ¿No crees que...? —frunzo las cejas y su respuesta es subir y bajar las suyas repetidas veces.

—¡Dios no! No es el caso —contesto de inmediato, con seguridad. Sería imposible que intente algo más.

—¿Y si lo fuera? Con ese hombre nunca se sabe, es difícil de descifrar, tú misma lo has dicho y sus encantos son peligrosos, Camille. Te lo advierto. Mi memoria está borrosa pero ya creo entender porqué estabas loquita por él.

–Gracias, Sara —emito una falsa sonrisa.

—Bueno ya vete al trabajo o llegarás tarde. ¿Dormiste bien? ¿Llevas tus llaves? —dice como si no acabara de traumatizarme.

—Adoro la facilidad con la que cambias de tema —me lanza un beso por aire y me empuja fuera.

—Te espero para la noche de películas —cierra la puerta con una enorme sonrisa.

Ahora sé lo que siente cuando la obligo a ir al trabajo, la maldad está en sus venas.

Tomo las escaleras y canturreo alguna canción mientras conduzco al hospital. El resto del día lo soporto con buen humor, incluso algunos compañeros me dicen que se los contagio. Es lo mejor que puedo hacer después de todos estos días grises. Dejo de lado las insinuaciones de Sara sobre Logan, está equivocada y no quiero hacerme ideas erróneas.

Malas Decisiones [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora