Malas Decisiones [EN EDICIÓN]

CAPÍTULO 18

—¿Hola? —siento mi corazón a mil por hora, además de la carrera que di para atender el teléfono, el contacto creo es la razón principal.

—¿Todo bien? Te escuchas... agitada.

—Sí, estaba bañándome así que tuve que correr —suelto una pequeña risa —, o lo intenté.

—Oh, lo siento. Puedo llamar en otro momento —dice serio.

—No, no... ya estoy aquí. Dime.

Hace una pausa y mi sonrisa se borra.

—Creí que no entraría la llamada.

—Sí, pensaba que llamarías pronto así que... —hay silencio —. Logan, ¿sucede algo?

Por un segundo pienso en nuestra última aventura con aquel depravado pero tampoco quería preguntar cómo iba todo al respecto, además algo me decía que era algo más.

Suspira y mi angustia aparece.

—Encontraron a los que me atacaron.

—Esa es una buena noticia, ¿no?

—No —dice seco.

—Esperaba algo más esperanzador —digo con decepción.

—También yo, pensaba que podría obtener algo de información pero ahora... —inspira y escucho maldiciones mezcladas con voces que no llego a entender a través de la línea, parece ocupado —, eso ya no será posible.

Trata de decirme algo más pero al tener compañía le cuesta concentrarse y hablar con tranquilidad.

Durante el silencio, no despego el auricular de mi oído mientras espero. Camino al baño y cierro la llave del agua. Estaba por darme un relajante baño de burbujas cuando llamó pero mi ánimo ha cambiado por completo.

El sonido de un golpeteo en la puerta me saca de mis pensamientos. Cuando estoy por llegar a ella la voz de Logan me interrumpe.

—En media hora estaré ahí para hablar en persona.

—¿Qué? —creo que escuché mal.

—Tengo que irme.

—No, espera... ¿Hola? —verifico en la pantalla de mi celular que me ha colgado. Espero que esté bien.

—Camille, no tengo llaves, ¿piensas abrirme?

El telefonillo suena y descuelgo mientras giro la manija para abrirle a Sara.

—Diga —le hago un gesto con los labios a mi amiga para que guarde silencio.

—Camille, llegó un paquete para tí en la entrada.

—Gracias, Lena, bajo enseguida —cuelgo —. Ya vengo —le digo a Sara y salgo.

—Ignorada —escucho que dice antes de cerrar la puerta.

Bajo a toda velocidad por las escaleras ya que el ascensor está ocupado. No puedo esperar, tengo un presentimiento y quiero llegar cuanto antes.

—Gracias, Lena —le digo a la encargada del edificio una vez que me lo entrega.

Esta vez subo por el ascensor, es más simple de lo que esperé. Se trata de una pequeña caja que apenas alcanza el tamaño de una de zapatos pero no puedo evitar gestionarme el contenido.

—Dudo que sean chocolates —digo en voz baja y la vecina que va pasando por mi lado, me mira sonriendo con pena. Debe pensar que estoy loca por hablar sola.

—¿Y eso? —pregunta Sara al verme por el pasillo.

—Creo que Logan lo envió —afirmo. Casí se le cae una galleta de la boca —. No te emociones, es Logan —enfatizo en su nombre.