El Intruso...

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Alex...

Después de un largo día de mucho trabajo, me dirigía a casa, había recogido a Nat, ya que habíamos quedado en hablar sobre el maquillaje, que iba a llevar, el día de la sesión de fotos para hacer pública la "barbie de cabello azul" nos decidimos por algo muy sobrio, ya que se suponía, era una barbie ejecutiva, pero a la moda.

- David está en tu casa - Nat revisaba su teléfono y sonreía.

- no tiene nada de raro - mire a Nat por un segundo -  le gusta hacer cocinar a Rosa.

- más bien es que le gusta ser gotera - Nat reía y  la mire frunciendo el ceño, no entendí a que se refería.

- ¿gotera? ¿Qué es eso? - Nat llevó un mechón de su cabello detrás de su oreja y resoplo.

- bien... Verás, gotera en Colombia, es una persona que no le gusta gastar el dinero, no le gusta invitar, solo que lo inviten, llega sin ser invitado, y nunca gasta nada, eso es ser gotera - sonreí Nat estaba loca.

- emmm, tu y tus términos colombianos Nat, pero si es eso, entonces David, es el más gotera de todos - se encogió de hombros,y reímos como locas, pobre David, es tema de burlas, pero eso le pasa por gotera.

- sólo digo la verdad, le gusta goterear comida en tu casa - reímos las dos, la verdad tenía muchos dichos, algunos los he aprendido otros... Bueno me han resultado difícil.

Llegamos a casa y, como Nat lo dijo, el auto de David estaba junto al de oliver, estacione mi auto y bajamos las dos de él, lo primero que nos recibió fue un olor exquisito, ambas  inhalamos luego suspiramos.

- debo admitir que entiendo a David - mire a Nat que caminaba rápido como siempre con sus zapatos tan altos - Rosa cocina delicioso - negué con la cabeza mientras ella se alejaba hacia la cocina y me guiñaba un ojo.

- hola - Oliver se acercaba con su sonrisa de lado, estaba en atuendo deportivo negro, y su cabello mojado, supuse que habían estado haciendo ejercicio con David,y se veía jodidamente sexy.

- hola - le sonreí y lo abracé, como siempre, me recibió con sus dulces besos, y yo como siempre estruje su trasero, Oliver se acostumbró ya, a que sus nalgas son mi punto débil.

- ¿como estuvo tu día? - suspiré y el beso mi cabello.

- pfffff agotador - me quité uno a uno los zapatos mientras seguía en los brazos de Oliver - necesitaba esto... - me colgué de su cuello mientras lo besé nuevamente.

- busquense un cuarto - la voz de David, interrumpió nuestro momento romántico, Oliver puso los ojos en blanco.

- David... ¿A que hora te largas? - reí, estos dos siempre tan tiernos.

- apenas Rosita me dé comida, idiota - Nat apareció tras David, comía un pedazo de pastel.

- lo siento... Pero esto está delicioso - hablaba con un pedazo en su boca, cerraba un ojo y hacía el símbolo de me gusta con su mano.

- niñosssssss - si, esa era Rosa - a comer, y no me pidan nada más, porque mi pablito también necesita comer y mucho amor.

-  gracias Rosa - nos dirigimos a la mesa y nos sentamos, Rosa nos servía la comida, un estofado, lo llevé a mi boca cerrando los ojos, estaba delicioso.

- David - Oliver le señalaba el salero en la mesa - pásame la sal.

- nunca me dejas comer en paz - Oliver entrecerró los ojos y señaló a David.

- ¡pásame la puta sal, idiota! - Nat y yo parecíamos viendo un partido de tenis, mirábamos a oliver luego a David y viceversa.

- ¡cógela tu! - no entiendo como estos dos son tan amigos - ¡intento comer!

Nosotros Somos Los Anderson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora