Nosotros Somos Los Anderson

Satanás

Oliver...

Toda acción, tiene su consecuencia, hace unos años, cuando me enteré de la traición de Kim, mi mundo se vino abajo  me volví frio y distante, me convertí en el hombre que se acostaba con cualquiera sin importar los sentimientos de nadie, para mí, no era más que sexo, nunca me detuve a pensar en cuantos corazones rompí, ni en cuantas mujeres a mi paso destruí, ahora ese hombre no existe, todo cambió, cuando una loca rubia de ojos hermosos y rostro de muñeca se cruzó en mi camino, no puedo siquiera ahora, imaginar volver a romper el corazón de Alex, ella significa todo para mí, me enseñó que se puede creer en el amor, que puedes entregar tu corazón sin miedo a ser destruido, que las palabras vacías, en un mundo de oscuridad, soledad y frialdad simplemente no existe, cuando alguien lo llena de color, y eso, eso fue justo lo que me pasó cuando yo, ya no creía en el amor...

Todo sucede tan rápido que no me da tiempo a nada, Alex está de pie en la puerta de mi oficina, nos mira alternadamente a Kim y a mi, se que debe estar pensando lo peor, su rostro enojado me lo deja claro - ¡ups creo que nos descubrieron - el tono irónico de Kim, me trae de vuelta a la realidad.

- ¿pero que mierda...? - el susurro casi imperceptible de Alex, retumba en mis oídos, niego rápidamente.

- Alex, se que sonará a frase de cajón, pero no es lo que estas pensando - Kim suelta una risita y se sujeta de mi cuello.

- ay cariño, no tienes que fingir, creo que a tu esposa ya le quedó claro ¿verdad Alex? - con fuerza hago que Kim me suelte, en un parpadeo, Alex se acerca, puedo jurar que vi al mismísimo satanás, Alex sonríe de lado y levanta una ceja.

- por supuesto que me queda claro Kim... - ¿que? Yo no estaba haciendo nada, soy inocente, pero ¿como le explicas eso a tu esposa, si te encuentra en una situación así? - ¡me queda clarisimo, que eres una zorra! ¡Resbalósa! ¡Calienta huevos! ¡Y quita maridos! - en cámara lenta, veo el brazo de Alex levantarse y, un golpe seco, impacta de lleno en el rostro de Kim, abro los ojos como platos, había visto a Alex enojada, pero hoy simplemente no es ella.

- Alex, te estás demorando mucho y yo tengo que... - Nat entra en escena, tras ella David, ambos quedan impactados, miran hacia el piso donde una Kim se encuentra.

- por favor Alex... Escúchame - tiembla y sus dientes castañean.

- ¡eres una maldita! ¡Me rompiste la boca! - Kim grita, y Alex la mira con odio, la levanta del cabello fuerte haciendo que un grito ahogado salga de la boca de Kim, veo con horror a Natalie y David que no reaccionan, siguen de pie en la puerta.

- y no es lo único que te voy a romper hoy, estúpida - rodeo a Alex de la cintura con mis dos brazos, ella patalea, debo admitir que, aunque es una mujer, cuando está enojada tiene una fuerza descomunal, Kim logra soltarse del agarre de Alex y comienza a vestirse rápido - ¡suéltame Oliver Anderson! ¡Ahora!

- ¡David! - grito, el muy idiota está mirando a Kim vestirse, Nat lo mira y levanta su ceja, David sale de su idiotez y me mira -¡saca a Kim de aquí! - David va a hacer lo que le pido pero una Nat muy enojada lo detiene.

- no David, ni se te ocurra - David no sabe que hacer, me mira y luego a Nat, yo aun  intento sujetar a Alex pero esta incontrolable - lo que esta... Zorra se merece es que la dejen sin dientes.

- Oliver... - Alex me habla - ya, ya me calmo, no voy a hacer nada, déjala que se vaya - Kim sale como rayo de mi oficina, suelto a Alex y la miro, ella me sonríe, y, de un movimiento rápido se quita los zapatos y sale corriendo empujando a David que está impidiendo el paso hacia la salida, detrás de ella salimos David, Nat, y yo, no la veo por ningún lado.

- Cristal - ella me mira - ¿hacia donde se fue mi esposa?

- salió corriendo detrás de la señorita que estaba en su oficina, y ambas se subieron en el ascensor - habla asustada, y yo solo puedo pensar, que Alex la va a matar, bajo lo más rápido que puedo las escaleras, hasta que llego al sótano, veo con horror que Alex tiene a Kim contra una pared, tuerce su brazo haciéndola gritar fuerte.