Irene

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Después de mucho pensarlo y meditarlo con mi almohada, he decidido darle esta imagen a nuestra Irene, creo que Mackenzie Foy, queda perfecta, ya que tiene una dulzura natural, y aparenta los quince años que tiene Irene en la historia, obvio es a mi imaginación pero, recuerden que ustedes la pueden imaginar a su gusto. Ahora si a leer!!

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Oliver...

Camino junto a David abrazando a Irene, hoy después de un mes, lograron agarrar a los hijos de puta que le hicieron tanto daño. Irene se ha convertido, según su abuelo, en una niña introvertida, según el señor Alberto ella no era así, le encantaba sonreír vivir, y ahora es solo una pequeña luz apuntó de extinguirse. Abrazo a Irene tanto como puedo, pues ella me lleva aferrado de la cintura así que uno de mis brazos está sobre sus hombros, la siento temblar se que esto debe ser muy difícil para ella.

- todo estará bien ¿si? - me planto frente a ella y levanto su rostro con mi índice, Irene asiente y mira nuevamente al suelo.

- escucha pequeña - ahora es David quien le habla - estamos aquí contigo, y sin importar que pase, nunca te dejaremos - Irene le sonríe a David y ambos se abrazan, han creado un vínculo muy bonito, y la verdad, jamás creí que David tuviera un instinto paternal tan marcado.

- es hora - uno de los oficiales se acerca, Irene nos mira con su gesto asustado pero David le da ánimos.

- vamos pequeña, es hora que esos hijos de perra paguen por lo que hicieron - ingresamos en una habitación donde un ventanal inmenso divide la habitación, dos oficiales en la parte derecha de la habitación, dos de nuestros abogados y la psicóloga que ha tratado a Irene durante el último mes, nos acompañan.

- bien cariño - la psicóloga le habla a Irene, es una mujer mayor quizá unos 45 o algo así - a través de ese ventanal vas a ver a una serie de chicos, tienes que verlos bien y decirnos a quien reconoces ¿de acuerdo?

- de acuerdo - Irene pronuncia con su dulce voz, nos toma de la mano a David y a mi y ambos le damos nuestro total apoyo, Alex y Nat querían venir, pero les dijimos que estaríamos bien y que quizá no nos dejarían ingresar a todos, así que con mucho pesar se quedaron en casa, la luz a través del ventanal se enciende y una serie de diez imbéciles ingresan en escena, escucho un suspiro ahogado de Irene al ver ingresar esa serie de sujetos, apreta más fuerte y tiembla.

- ¿reconoces alguno Irene? - ella no contesta, solo mira al frente con miedo marcado, respira fuerte y unas lágrimas bajan sin poderlo evitar por sus mejillas, no lo soporto, como odio ver una mujer llorar, más a alguien que se ha vuelto tan importante en mi vida, finalmente asiente y nos abraza a los dos.

- son ellos... - dice con su cabeza enterrada en mi pecho.

- ¿quien de todos pequeña? - David le habla tan suave que apenas es audible.

- ellos... - voltea suavemente y uno a uno los va señalando, ¡por dios! ¡Cinco! ¡Cinco hijos de su puta madre! Cierro mis ojos eso es horrible, David la abraza fuerte y acaricia su cabeza - el es Ja James - señala a un idiota de pelo rubio que sonríe cínicamente.

- shhh ya cariño, no llores por favor, me partes en dos - David me mira con la ira marcada en su rostro, se que piensa lo mismo que yo.

- quiero que paguen, Gerardo encárgate, esos hijos de puta nunca deben salir de prisión - mi abogado asiente y antes de hablar con uno de los agentes lo detengo - otra cosa, quiero ver al número siete a solas - mi abogado frunce el ceño pero no lo dejó hablar - no quiero que digas nada, consigue como sea que pueda hablar con él - sin más remedio asiente.

Nosotros Somos Los Anderson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora