Casate Conmigo. ||Chriserick||

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~ Marzo 4 ~

Christopher llegó a su casa sin ningún inconveniente, su casa que muy pocas veces pisaba, solo la compro para irse a vivir con su esposo.

Si, su mamá tuvo algo que ver.

La casa que estaba decorado de blanco contrastado con un azul y el verde del pasto afuera adornando el jardín, la casa se veía hermosa, se adentró a ella le recibió Claudia, la señora que se encarga de tener en orden la vivienda, de tan solo 47 años que, con gusto, cuida de esa casa como si fuese suya, le tiene tanto respeto al señor Vélez que le trata como su hijo.

- Que bueno que pise este suelo tan limpio, ¿Sabe? Es algo aburrido pasear por estos pasillos todos limpios - le decía mientras caminaba a la cocina.

- Muy pronto me mudaré a esta casa, Claudia, pronto... Y querrás que nadie este aquí - le "advirtió" causando en la señora felicidad, sabía lo que significaba aquello.

- ¿Se casará, señor? - pregunto con un vaso de agua en la mano, se lo extendió a Christopher y este lo tomó.

- Gracias - bebió su bebida - Así es - suspiró.

- Algo anda mal ¿Verdad? - cuestionó esa mirada crítica y el suspiró le informó que no se encontraba bien.

- La verdad si, si solo supiera - suspiró, negaba con la cabeza al recordar al pelinegro negarse ante tal orden - Él tenía razón - susurró, miró a Claudia le regalo una sonrisa - Haré lo posible para que mi futuro esposo se la pase de maravilla, tu tranquila - le informó, seguido se encaminó a la parte de arriba, quería arreglar algunas cosas y salir a la oficina para hablar con su amigo.

...

Por otro lado Erick estaba arribando a la empresa siendo esperado por un chico de bandana, ojos color cafes y pestañas largas... Su ex-novio.

- Buenos dí... - se detuvo al ver al chico de ojos color cafes, desvío la mirada - Hola.

- Erick - susurró y se acercó, deseaba tenerlo cerca - Te he extrañado - le dijo, el recepcionista veía todo con mirada triste.

Y todo paso tan rápido que muchos dirían que solo sucedió, Joel y Erick se unieron en un abrazó para a continuación unir sus labios, lágrimas resbalan mojando sus mejillas, pero no les importaba.

- Yo también te extraño - confesó Erick al separar sus labios.

Pero nada dura para siempre, detrás de ellos con mandíbula apretada se encontraba Christopher y Richard con una sonrisa burlona.

- ¡Erick a mi oficina, de inmediato! - ordenó serio clavando su mirada en Joel, ambos se separaron Erick caminó cabizbajo al ascensor y su ex-novio miró con furia al causante de su separación, bueno separación del abrazo.

- ¿Quien te crees que eres para ordenarle tan cosa? - cuestionó acercándose.

- Su jefe, y es mejor que no te vuelva a ver cerca de la empresa, Zabdiel sácalo - ordenó y caminó hacia el ascensor, donde se encontraba Erick esperando con cabeza baja deteniendo su enojo.

Al estar en caminó al piso de la oficina y escritorio de ambos, Richard rompió el silenció que los inundaba.

- Te pasaste, los hubieras dejado - le dijo su amigo al castaño, recibiendo una mirada desaprobatoria.

- ¿Y que tal, si los llegaba ver mi madre? - le recordó enojado, miró de reojo al pelinegro notando el como respiraba con dificultad, por su enojo - Y tú, es mejor que no estés dando muestras de afecto así a cualquiera y menos cerca de la empresa, seras mi esposo - lo único que causó con ese reclamó es que Erick se enfureciera.

Respiro hondo, pero su enojo subía, cerró sus ojos deseando que llegarán rápido al piso porque por el contrarió mataría ahí mismo a su "futuro esposo" y se sentiría tan feliz por ello, pero se tenía que contener, *Solo respira* pensó.

- ¡POR TU MALDITA CULPA CORTE CON ÉL, Y CREEME QUE NO SOY FELIZ POR ELLO, ASÍ QUE ES MEJOR QUE TE GUARDES TUS COMENTARIOS FUERA DE LUGAR, PORQUE SI FUERA POR MI SEGUIRÍA CON ÉL! - le gritó después de escuchar esa burla, ya estando en la oficina del castaño, y saber, o al menos desear, que no se escuchaba nada de lo que "hablan" dentro - ¡TE ODIO TANTO! - siguió lágrimas caían de sus orbes verdosos, sintiéndose tan tonto - Me voy.

- Te quedas - ordenó demasiado tarde pues él ya había cruzado la puerta cerrándola de un portazo.

- Te pasaste - le recriminó su moreno amigo, quien lo veía desde la otra punta de la oficina, el enojo del chico lo asustó tanto que decidió tomar distancia.

- Deja eso de lado, yo solo pensé en que si mi madre lo hubiese visto me va mal a mi...

- ¿En serio piensas en ti? - pregunto alzando una ceja - Es estúpido, ¿Lo sabes?

- No me importa - rodó los ojos, llegó a su escritorio sentándose - Dejando de lado este tema, ¿Como te fue anoche? - pregunto ansioso de cambiar de tema, Richard lo veía diciendo con la mirada “¿En serio?”

- Bien - respondió cortante acercándose a la puerta que da para la otra oficina.

- ¿A donde...? - estaba por preguntar, pero la voz de su madre lo detuvo - Mami - sonrió con ternura al verla enojada en el marco de la puerta, Richard aprovechó la situación y se marchó de la oficina pensando en lo idiota que se había comportado su amigo hace minutos.

Por lo tanto con Christopher no iba nada bien, recibió reclamos y regaños por haber faltado a su fiesta de compromiso.

- ¿Sabes que fue lo peor? - pregunto Yenny con expresión dolida - ¡Gaste demasiado dinero para esa noche! - le gritó, respiro tratando de calmarse después sonrió - Tienes que traer a Erick, al menos, a una cena familiar - pidió saliendo de la oficina fue en busca del chico de ojos verdes, pero no lo encontró, este se encontraba en un cubículo del baño mal diciendo de todas las formas posibles a al señor Vélez.

- ¿Como se atreve a decirme aquello? ¡aaa, lo odio! - se quejó golpeando la puerta - perdón tu no tienes la culpa - acarició donde había golpeado, después se recargó - ¿Que puedo hacer? - le preguntó a la puerta, y lamentablemente alguien lo escuchó, Richard había ingresado al baño y había escuchado la mayoría de sus pensamientos, ya que había pensado en voz alta.

- Este chico te odia - susurró Richard mirando el cubículo ocupado por el pelinegro *Tengo que hacer algo para cambiar esta situación* pensó y sonrió *y necesito ayuda* con ese pensamiento en mente salió del baño listo para marcar el número de una persona dulce y comprensiva, necesitaba su ayuda, *Jocelyn*.

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Del odio al amor hay mas que un paso, científicamente comprobado...
Atte: Richard.
😓😉