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~ Mayo 20 ~

En la cafetería de la empresa es donde aprovechan para hablar y relajarse, tomarse unos cinco minutos de descanso después de estar pegados a computadoras, despejarse de tantas letras y degustar la comida. Otros también aprovechan para contar los chismes que se crean en el trabajo, este es el caso de un grupo de empleados lo mas alejados de los demás, cercanos a una pared, donde su tema principal era el castaño que ya conocen.

— Se rumora que Christopher Velez  esta en brazos del amor...

— Pff...¿el mismo Christopher que nosotros conocemos?

— En sí no lo conocemos, solo es nuestro jefe.

— Por eso, nuestro jefe cada que tiene oportunidad sale de fiesta o va en bar en bar, y termina con broche de oro en la cama de alguien que haya llamado su atención. ¿Como es posible que el mismo este "en brazos del amor"?

— Yo solo lo dije porque he escuchado que él ya no ha visitado su bar favorito. Y no lo digo porque he ido cada semana a ver si me lo encuentro...

— Nadie te cree.

— Al menos lo intente.

— De hecho puede ser verdad lo que ella dice. ¿No se han dado cuenta de su ausencia en la empresa cuando antes ni salía por algo de comer...? — todos los oyentes exclamaron en sorpresa. Y un curioso que pasaba por ahí se detuvo al saber de que se regía la plática.

— ¡Cierto! Ya no esta tanto tiempo aquí, ahora el que lo sustituye es el que se cree el propietario de todo lo que toca, ¿como se llama? ¿Abraham...?

— Sip. Así me llamó — las personas que hablaban se sobresaltaron pegándose todos a la pared mas cercana. Pues estaban tomándose un café o té mientras discutían del chisme del mes. Abraham sonrió por sus reacciones —. Tranquilos, solo soy el primo dueño de gran parte de esta empresa... Sigan hablando — les dirigió una mirada que expresaba que el siguiente que hablara sería expulsado hasta del país.

— Di-disculpe — hablo la joven para terminar con el incómodo juego de miradas —. En este momento volvemos al trabajo — Abraham los detuvo antes de que se pararan.

— No, no se preocupen. Supongo que están en su tiempo de comida. ¿Una hora? — todos en la mesa asintieron tomando asiento nuevamente —. Disfrutenlo — los empleados estaban por suspirar aliviados, pero el chico los encaró de nuevo para dejarlos pensando —. Por cierto, de lo que hablaban. Christopher esta enamorado, si es cierto. La preguntas es ¿de quien? Bueno yo les tengo la respuesta es de la persona que ha faltado las mismas o mas veces que él — les guiño un ojo y se dispuso a irse dejando a los empleados con la boca abierta al igual que sus ojos, sorprendidos por la afirmación y por el adelanto.

— ¿Quien sera? — empezaron a cuchichear entre ellos con el suficiente disimulo para que nadie mas se percatara de su plática, fallando en el intento.

— ¿Quien ha faltado mas que Christopher? — pensaron un poco.

— ¡Ya sé! Sebastian no se a presentado a trabajar desde... — cortaron su inspiración.

— Él tiene novia y, hasta donde sé, esta de viaje por trabajo.

— ¿Que hay de Richard? Dicen que siempre están encerrados en la oficina...

— Son amigos.

— Las relaciones amorosas también empiezan con una amistad.

— De todas formas no lo creo.

— ¿Que hay de Leslie? — todos lo miraron incrédulos —. ¿Que? Se rumorea que también a salido con chicas... — la mayoría asintió.

Ana paso por ahí vagamente para rellenar su taza, fue entonces que se hecho la mitad del chisme y algo complacida estaba por irse cuando por su mente paso la ausencia de alguien, y el hecho de que esa mañana había visto a Joel coquetear con Zabdiel, el recepcionista, le dejaba la duda, pues eso es algo que nunca había pasado. Así que se acercó para decir su idea, mas por impulso que por querer.

— ¿Y si el que tiene a Christopher enamorado es Erick...? — susurro lo suficiente alto para que todos miraran a la intrusa, sin reclamarle empezaron a recapitular haciendo girar a su ratón en una rueda oxidada de su mente.

Todos se miraron fascinados.

— ¡Es él!

[•••]

Erick revisaba su celular nuevamente dejando pasar la llamada de la insistente Ana. Ahora no quería saber nada del trabajo estaba de un lado a otro por su amiga. Pensando seriamente que la pondría de igual manera cuando él se fuera a casar...casar; sonrió embobado.

Esa sonrisa desapareció cuando sus ojos fueron a su mano, mas específico a su dedo... aún no tenía el anillo. Estaba consciente de que Christopher sentía algo por él, ¿como le había hecho? No sabía, suponía que era porque él era fantástico, lindo, brillante, guapo, amable, y con un carácter que toda persona desea...tal vez si tenía una idea del porque Christopher había caído por él. Lo que no terminaba de encajar es porque aún no tenía el anillo, algo había entre ellos y él estaba dispuesto a aceptar si esta vez lo hacia bien. Pero esa propuesta cada vez se veía mas lejos...

— ¡Erick! Te estoy preguntado algo y tu por las nubes — se quejo Jocelyn —. Por suerte Yulissa también nos pudo acompañar.

— Es un placer estar aquí — les regalo una resplandeciente sonrisa, causando que Jocelyn tuviera curiosidad.

— ¿Se puede saber porque el buen humor? — Yulissa no se iba a hacer la difícil se moría de ganas de contar lo que le había sucedido. Caminaron hacia la banca mas cercana, dejando de lado las compras que les eran necesarias.

— Resulta que volví a contactarme con un amor del pasado... — Erick se desconecto de la plática enfocándose en jugar con su teléfono. Tenía ganas de enviarle un mensaje a Christopher, pero si Jocelyn lo veía sonriendo no lo dejaría de molestar... Y no quería eso.
No es cierto, solo quería ganar la apuesta que había hecho con las chicas de no hablar con la pareja en el tiempo que pasaban juntos; eso también aplicaba en Jocelyn, y realmente quería ganar esa caja de chocolates.

.
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— Este traje me queda chico, ¿no? — preguntó Richard a su amigo.

— O tal vez es por desobedecer a tu novia...

— ¡Callate! No me ayudas con esos comentarios — Christopher reprimió una sonrisa que exigía salir —. Lo malo es que solo tengo tu opinión porque mi hermano aún no llega.

— Tendrás que estar conforme con lo que yo diga, entonces — se acomodó en el sofá fingiendo elegancia —. Esos harapos no te quedan, quitatelos.

— A la orden, capitán — se fue a regañadientes para modelar otro diseño. En eso llego otra persona con la respiración acelerada a sentarse a lado de Christopher.

— Perdón por la tardanza, el camión no pasaba y mi carro se descompuso así que corrí unos cinco minutos — explicó con la poca respiración que tenía. Miro al castaño a su lado y fruncio su ceño —. Si eres Christopher, ¿verdad? — este asintió —. Genial, porque no quería volver a pararme y decirle lo mismo a ese señor de aquel lado — se detuvo y lo miro de reojo —, no estoy diciendo que hice eso con los otros que están allá atrás, sólo diré que el de saco azul es un maleducado — Christopher soltó una gran carcajada.

— Eres igual a tu hermano, un gusto.

— Como si no nos conociéramos.

— Ya no nos habíamos visto desde hace años.

— Lo sé.

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«Un secreto no puede ser callado tanto tiempo.»

Casate Conmigo. ||Chriserick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora