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¿Como es que todo había cambiado de ir tan bien a de pronto irse todo a la mierda? Richard y Jocelyn solo se habían ido para disfrutarse el uno al otro...nadie nunca hubiera imaginado que esa era la ultima vez.

La ultima vez que los verían, la ultima vez que escucharían sus voces, si hubieran sabido aquello habrían apreciado más esos pequeños momentos, e incluso hubieran tratado de evitar que se fueran y los dejaran solos.

Pero era demasiado tarde para pensar en soluciones vacías y tontas, porque todo había pasado y, aunque doliera, tenían que pasar por ello.

 Lo sentimos, pero no pudimos hacer nada para salvarlo, llego muy débil — el doctor frente a ellos suspiro sintiendo el dolor que ambos emanaban, sin embargo, era parte del trabajo decir las malas noticias —. Los dejaré solos.

Antes de eso les anunciaron que Jocelyn había llegado sin vida, y que había muy pocas esperanzas de que el chico que la acompañara sobreviviera...muy pocas.

Christopher no tardo en derrumbarse se dejo rodear por los brazos temblorosos de la única persona que sufría lo mismo que él, y que aún así se mantuvo firme para sostenerlo.

— Él prometió no irse — sollozo en el hombro del mas bajo —, ¿porque se fue? ¿porque me dejo solo cuando prometió no hacerlo? ¿porque tengo que sufrir por alguien que rompió una promesa?

— Estoy aquí contigo, Chris — Erick consiguió hablar sin que su voz le fallara —. Nos apoyaremos y saldremos adelante, juntos — el castaño negó antes de deshacer el abrazo y mirarlo a los ojos.

Fue indescifrable su siguiente movimiento, Erick creyó con ingenuidad que Christopher se acercaría para besarlo y asegurar sus palabras.

Nunca se le paso por la cabeza que Christopher, se daría la vuelta, aún con lágrimas en los ojos, y se alejaría de él, en cámara lenta, cada vez más lejos.

¿Porque se iba?, pensó mirando la espalda del castaño alejarse cada vez más, ¿porque creía que volvería si su indiferencia le dejo en claro que no lo quería cerca?

Tal vez solo necesitaba tiempo a solas...pero Erick quería de su compañía, necesita de sus murmullos que le dijeran que todo iba a estar bien si estaban juntos, necesitaba estar abrazándolo desaparecer de la realidad aunque sea por unos minutos. Sin embargo, se quedo solo en aquel hospital esperando, probablemente, que un tonto volviera por él o que el doctor saliera y le dijera que todo era broma, su amiga se burlara de él y Richard tratara de tranquilizarla por su escandalosa risa...

Pero eso no paso.
Y nunca pasaría.

[•••]

Christopher no recordaba la última vez que había ido a una discoteca, se había olvidado de la música ensordecedora, del olor a sudor, y de las luces cegadoras.

Siempre era una opción el alcohol, aunque no la mejor, sería bienvenido a su sistema, obteniendo el permiso para que se apoderara de su razón, y que lo manejara a su antojo sin arrepentimientos, sin pensar demasiado.

Perdió la cuenta de los tragos que se tomo, y aun así no dejaba de pensar. La única distracción que tenía eran las chicas que se le acercaban a coquetearle las cuales había ignorado con éxito, pero solo una chica tan insistente se gano su atención.

— ¿Entonces ya me dirás tu nombre o tendré que seguir hablando para conseguir otra mirada? — hablo la chica, viéndola por primera vez noto que es bonita de rasgos delicados, cabello rubio y ojos cafés que reflejaban peligro, y en lo primero que pudo relacionar al ver el color de sus ojos fue en una cerveza, por lo oscuro que estos eran...también le fue inevitable compararla con cierto pelinegro.

Casate Conmigo. ||Chriserick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora