Casate Conmigo. ||Chriserick||

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~ Abril 13 ~

Christopher se había despertado temprano con una misión en mente. Bajo a preparar el desayuno, haciendo unos deliciosos panqueques, guardó algunos en el microondas y en un plato decoro tres de esos panqueques, en un pequeño bote sirvió mermelada de fresa y en otro lechera, sirvió un vaso de leche.

Ya que él haya considerado un desayuno dignó, empezó a subir las escaleras llevando consigo la comida en una bandeja. Al llegar a la puerta de la habitación de Erick dejo la bandeja en el suelo con cuidado de no derramar ni tirar nada, y toco la puerta. Al escuchar el adelante se sorprendió pensó que el ojiverde se encontraría dormido.

Se quedo pasmado cuando lo vio colocarse una playera roja, que le quedaba muy bien, observó...

— ¿Estas despierto tan temprano? — preguntó Chris tratando de quitar unos pensamientos indebidos.

— Si, no vi a la pequeña en su cuna, así que creí que...

— Claudia se la llevo a su cuarto, de hecho ya desayuno — aviso, tomando desprevenido a Erick.

— ¿Como sabes eso?

— Me la encontré antes de bajar.

— ¿Que hacías abajo tan temprano?

— No es tan temprano, ya pasan de las ocho.

— Y tu acostumbras a bajar como a las diez — contraataco...ganando, de nuevo.

— Quisiera cambiar eso, como otras cosas mas — camino hacia la cama de Erick y se sentó enfrente suyo —. ¿Que te parece si empezamos desde cero? — Erick alzo ambas cejas.

— ¿A que te refieres? — Christopher dudo en continuar, pues no sabía como.

— Sé que — respiro tranquilamente —, que yo no te di una buena primera impresión y me gustaría cambiar eso. Si tuviera el poder creeme que volvería el tiempo atrás y haría las cosas bien, pero no puedo hacerlo. Y lo que se me ocurrió para poder poner un punto y aparte, fue...hablar...contigo — tenía toda la atención de Erick, y este no sabia como reaccionar estaba confundido y desconcertado —. ¿Que dices? — Erick desvío por un momento su mirada. Rememoró el comienzo, el dolor, el odio que sintió y a la vez recordó cuando hablo con Yulissa y cuando él mismo mencionó algo sobre una oportunidad...

— Soy Erick Brian Colón. Mucho gusto — se limito a decir extendiendo su mano en dirección al castaño que con una sonrisa ladina la apretó gustoso.

— Soy Christopher Velez, el gusto es mio — se sentía feliz, había hablado con el corazón y no fue rechazado. Queriendo ocultar su sonrisa se mordía el labio inferior.

Al ver de nuevo los ojos verdes de Erick recordó que había hecho algo cuando se levanto. Se paro de la cama para acercarse a la puerta siendo seguido por una confusa mirada verdosa.

Se había animado después de darle tantas vueltas al asunto con lo que le había dicho su amigo: encuentra el momento y comete a tu presa, no lo tomes tan literal.

— ¿Que haces? — preguntó con repentina curiosidad al verlo abrir la puerta.

— La razón por la que me desperté tan temprano no fue solo para hablar contigo — respondió desde afuera de la habitación tratando de levantar la bandeja con delicadeza.

— ¿Ah, no? — se levanto de la cama mirando a la puerta. Decidiéndose en si acercarse o no.

— Nop, también hice el desayuno — aviso entrando de nuevo —. Y antes de que digas algo, si, si sé cocinar.

Erick no dijo nada solo se encontraba asombrado por el esfuerzo que Christopher mostró, primero hablar con él de manera sincera y ahora el desayuno en la cama...era la primera vez que alguien hacia eso para él, pues aunque llevaba dos años con Joel nunca le pasó...

— Gracias — murmuró, mas para sí y aun así Christopher lo escucho. El castaño sonrió dejo la bandeja en la cama y se mantuvo de pie nervioso, ahora no sabía que hacer...

— Creo que es mejor que te deje solo, provecho — y antes de cualquier reclamo él se esfumo, dejando a un Erick impresionado.

Al recuperar sus cinco sentidos se dispuso a enviarle un mensaje a su amiga preguntándole si estaba ocupada, recibiendo la respuesta de inmediato decidió llamarla.

— ¿Que  paso? ¿Todo bien con mi hija? — fue lo primero que escucho después de marcarle.

— Todo esta bien con tu hija — se escuchó un suspiro de alivio.

— ¿Porque pones las malditas letras en mayúsculas diciendo que es una emergencia cuando tienes a mi hija a tu cargo? Me mataras de un infarto...

— Espero que no. Te llamo para decirte algo inimaginable, al menos yo no me lo esperaba.

— Desembucha, amigo — se quejo Jocelyn muerta de la intriga.

— ¡Christopher me pidió iniciar de cero para enmendar su error...!

— Y obvio te hiciste el difícil — respondió la otra, son obtener respuesta continuó —. Caíste redondito, ¿cierto?. Eso yo nunca te lo enseñe — término fingiendo decepción.

— ¿Quieres que te conteste a lo primero?

— Mejor no — rió un poco —. ¿Al menos te contó sus razones?

— Si.  En pocas palabras me dijo que la había cagado y que la quería arreglar. Además, ¡me hizo el desayuno!

— ¡AHHH! — se tuvo que despegar el teléfono del oído por el repentino grito del otro lado — ¿Que pasa, porque gritas?. Pregunta rápida, ¿Christopher le ha hecho el desayuno a...?. A nadie, pero si sabe cocinar, yo le enseñe — se escuchaban dos voces de fondo, siendo Jocelyn queriendo respuestas y Richard respondiendo —. Erick, querido, vas ganando. Como siempre. ¿Porque lo dices?. Chris le llevó comida a la cama a Erick. ¿Neta? ¡Erick, Chris te esta tomando en cuenta aprovechalo! Pero no demasiado — se escucho al moreno de fondo.

— Gracias, chicos. Ahora los dejare para que sigan debatiendo, yo disfrutaré de mi desayuno.

— Yi disfritiri di mi...

— ¡Adiós! — y colgó.

Al instante recibió unos cuantos mensajes de Jocelyn molesta por haberle colgado, pero si no lo hacia la conversación iría para largo.

— ¿Asi que esto ya es serio? — miro la bandeja en la cama y sonrió —. Estoy listo. Creo.

Desde este día, las cosas cambiarían un poco...

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«Es linda la sensación que causa saber que eres el primero»