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~ Marzo 27 ~

Después de haber entrado a la oficina de Richard, Erick tenía planeado salir del despacho de Christopher, pero la curiosidad se interpuso en su camino, y antes de poder recargarse a la puerta y escuchar recordó a Ana, *No quiero ser como ella* con ese pensamiento salió del despacho para seguir con el poco trabajo que le quedaba.

Mientras tanto Richard cada vez sorprendido por el relato de su amigo castaño *Ya debo poner en práctica el plan que tiene a la bebé de por medio* pensó, para después correr a Christopher de su oficina con la intención de marcarle a Jocelyn su "compañera de travesuras".

- Aún no podemos - le contestó la chica del otro lado.

- ¿Porque no? - cuestionó Richard desanimado.

- Porque según a lo que me contó Erick, tienen una cena con la mamá de Chris el veinti algo - recordó, Richard suspiró cansado.

- Ya será después - hablaron de diferentes temas, nada referente a el plan, se despidieron así cada uno continuó su día con una sonrisa en el rostro.

[...]

Al acabar la jornada laboral, todos se retirarían de las instalaciones dejándola sola y con buena protección, pero antes de que eso ocurra debe de pasar algo...

Erick leía desde su celular una historia interesante, y algo vergonzosa, con una mueca leía cada palabra escrita esperando ¿Pero a quien?

Christopher salía de la oficina cerrándola, vio en un escritorio al pelinegro sentado concentrado en su celular con sigilo se acercó a él.

- Hola - saludó "la victima" sin levantar la mirada.

- Ashh, no es justo - se quejó Christopher como un niño cuando no le dejan hacer lo que quiere, se cruzó de brazos haciendo un puchero - ¿Como te diste cuenta que era yo? - al finalizar la pregunta Erick levantó la mirada.

- No eres tan sigiloso que digamos - se burló, agarro sus cosas para acercarse al elevador - Vamos - dijo.

- ¿Me esperaste? - cuestionó Christopher con una ceja alzada.

- No-no solo... - *¡LO ESPERÉ!* - Es algo a lo que me tengo que acostumbrar - *buena excusa* pensó mientras se adentraba al elevador, el castaño lo siguió.

- O claro.

Ellos se hundían en un silencio, al contrario de Ana, ella no puede mantener la boca cerrada.

- ¡Abraham! - grita la chica con solo verlo, este se acerca a ella le tapa la boca, y se esconde cerca de la empresa.

- No hagas ruido, quiero que sea sorpresa que estoy aquí - mintió sonriendo con sorna - Te extrañe chiquita - le beso, la chica sonrió.

- ¿Y que haces aquí? ya cerraron - le preguntó pasando sus brazos por el cuello del chico.

- Siempre tan curiosa - le dio otro beso - Venía a visitar, pero se me hizo tarde, tengo una pregunta para ti - otro beso, la chica embobada asiente - ¿Que hay de nuevo en la empresa? - pregunta, la chica castaña se pone a pensar sonriendo recuerda algo.

- Van a lanzar unos escritos con portadas magníficas - presumió, lo miró a los ojos para ver su reacción a lo siguiente - Y... - desespero había en la mirada de Abraham - ¡Christopher se casará! - terminó en un pequeño gritó, el chico quedó perplejo.

- Él se casará - repitió sin creerselo la chica asintió energética - ¿Con-con quién?

- Eso no lo se, pero rumores afirman que es alguien de la empresa - dijo Ana mirando hacia la puerta de su trabajo, en ella se podía ver a Christopher y Erick muy juntos, frunció el ceño - ¿Pero que...? - no pudo concluir su pregunta Abraham la movió para que nadie los viera.

- Necesito que averigues quien es "el afortunado" - pidió el chico mirándola fijamente, la debilidad de la chica.

[...]

~ Marzo 29 ~

El día de la cena a llegado, Erick se prepara en su departamento, "con ropa elegante" como dijo Christopher, él le escogió su atuendo para "No dar una mala impresión" Erick indignado por el comentario se negaba a acompañarlo a la cena, pero que Vélez lo rodeara con sus brazos amenazándolo con que no lo soltaría hasta que acéptase... ya sabrán cual fue su respuesta.

Christopher, listo agarrando las llaves de su coche para salir e ir por Erick con una sonrisa victoriosa, que desde la tarde no desaparece.

Por lo tanto en el departamento del pelinegro, este recibe una llamada no esperada.

- Por favor, no tengo con quien dejarla - pedía Jocelyn fingiendo desespero, ella en realidad estaba rodeada de su hija dormida y de Richard mordiéndose el labio para no gritar o hacer otro ruido.

- Pero la cena... - no encontró una excusa para negarse, aparté quiere mucho a la pequeña no sería un problema llevarla - Esta bien te espero.

- Gracias, gracias, gracias ¿Sabias que te amo? - pregunto con emoción, un Richard con el ceño fruncido intentó quitarle el teléfono.

- ¿Que fue eso? ¿todo bien? - pregunto un preocupado Erick, Jocelyn miro mal al chico moreno y se dispuso a contestar.

- La pequeña me quería quitar el celular, te extraña demasiado.

- Claro, te esperaré - la llamada finalizó y este chico arreglado se dejo caer en el sofá cerrando los ojos para esperar...

La cual no duró mucho, pues la puerta empezó a ser golpeada *¿Y si pretendo estar dormido?* pensó levantándose del sofá, camino de forma apagada hasta la puerta, al abrirla se encontró con Vélez.

- ¡Uyy que miedo! - fingió asustarse tocando su pecho, el castaño no le vio la gracia quedándose sin ninguna expresión en el rostro - Hay que amargado - continuó dejsndo un espacio para que entrará, pero Christopher no se movió - Si quieres quedarte afuera, por mi, perfecto - cerró la puerta esperando el reclamó del chico afuera.

- ¡ERICK NO MA...!

- ¡CHRISTOPHER CUIDA TU VOCABULARIO QUE MI HIJA ESTA CERCA! - interrumpió la amiga del pelinegro tapando a la pequeña entre las cobijas, Erick abrió la puerta y sonrió a su amiga.

- Hola Jocelyn.

- Hola - saludó adentrándose al departamento - Te dejo a Aaliyah cuidala como si fuera tu libro favorito y haya cobrado vida - exageró, salió del departamento y corrió al ascensor - Tendrán una noche magnífica - dijo apenas y las puertas de la caja de metal se cerraron.

- ¿La cuidarás? - pregunto mirando a la bebé en sus brazos.

- Noo, me la dejó para que ella cuidará la casa, ya sabes lo de diario - habló con claro sarcasmo, Christopher rodó los ojos y se acercó al elevador.

- Apúrate - le pidió, Erick ofendido se adentro al departamento cerrando la puerta de un portazo, solo se escucho la risa Aaliyah.

- ¡YA NO VOY! - avisó haciendo muecas para que la bebé riera, lográndolo.

- Se nos hace tarde... - susurró viendo el reloj de su muñeca.

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No seas duro con la persona que te hace el favor, algún día puede que te arrepientas.

Casate Conmigo. ||Chriserick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora