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~ Abril 21 ~

Las mañanas que habían pasado todas eran iguales, despertar y tener el desayuno en la habitación, lo aceptaba gustoso y no podría negarse le empezaba a encantar el hecho de Christopher fuera tan atento, y detallista. Aún no comprendía la verdadera razón del porque su repentino cambio si era en serio que solo quería empezar bien las cosas... ¿Pero porque?

Había hablado con Richard y este le había respondido que era una forma que utilizaba Christopher para disculparse. Ya no quiso moverle mas a ese tema y lo dejo por la paz.

Como era costumbre despertar y no ver a nadie a su lado no se preocupaba mucho, pero días atrás Chris le había dejado una nota que decía que había regresado al trabajo, así que a él le tocaría hacerse cargo de la bebé hasta que él terminara con su jornada del día.

El primer día que Christopher regreso a su oficina fue grande su sorpresa al ver a su madre sentada detrás de su escritorio leyendo algunos papeles, el castaño con disimulo le preguntó la razón del porque estaba ahí, su mamá poniéndole un poco de atención le contestó que estaba ahí desde la semana pasada, que quería ayudarlo para que el trabajo no fuese pesado cuando regresase, Chris se sintió mas relajado y se sentó en el sillón que había en la oficina y empezó a hablar con su madre sobre los detalles que empezaba a darle a Erick.

Su mamá le sonrió, ya tenía toda su atención para él, estaba orgullosa del paso que tomo su hijo, pero la conversación que tenían fue interrumpida por dos cosas: una pregunta: ¿eres feliz haciendo lo que haces... Y Erick?, y una persona, que no era tan bienvenida en esa empresa.

Abraham había llegado con su, ya conocida, sonrisa orgullosa. Sabiendo, en cada paso que daba, que estaba ahí para quedarse y que lograría su objetivo, así que empezó por volver a atormentar al castaño: lográndolo apenas cruzo la puerta. Convenció a su tía de poder quedarse en la empresa, en la oficina desocupada de un Richard ausente, mientras que el amigo de su primo no estaba. Ella pensando que era una grandiosa idea acepto sin hacerle caso a las caras de desagrado de su hijo.

Habían pasado los días y lo que mantenía de buen humor a Abraham era el mal humor de Christopher, el cual no era el mejor al pisar la empresa.

Él ya llevaba mas de dos veces que se encontraba a Joel en la recepción hablando con Zabdiel, y otras veces sentado y esperando. Al parecer Joel no tenía mucha suerte para encontrarse a Erick, porque Chris estaba seguro que venía a verlo a él, ya que a esa hora estaba en la casa, su casa, dormido. Con el solo hecho de recordar aquello levantaba su cabeza de forma triunfadora y pasaba delante de él hasta el elevador sin sentirse mal...hasta que sus pensamientos atacaban: *Erick lo amó, y aún lo ama...*.Sus hombros estaban caídos, se sentía desanimado por sus pensamientos y así es como llegaba a su oficina después de ver a Joel, para después ser molestado por Abraham.

— Hey, enano ¿ya terminaste? — de nuevo el molesto de su primo llevaba a arruinar su tarde, con un suspiro cansado dejo unos papeles de lado dirigiendo sus ojos a él.

— ¿Porque me sigues llamando "enano"? — preguntó de una manera tranquila, sin perder la calma por tener a su primo en su sillón.

— Por mas que quieras no puedes borrar el pasado — se rió, pareciendo una risa desagradable para el castaño.

— Si, claro. ¿Ocupas otra cosa? Tengo cosas que hacer — respondió mostrándole el papeleo en su escritorio, sin despegar por un momento sus ojos del contrario.

Casate Conmigo. ||Chriserick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora