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~ Septiembre 14 ~

Christopher empezó a abrir los ojos al sentir las leves caricias y algunos besos en su espalda, sonrió al recordar la noche anterior y su corazón se encargo de bombear mas sangre a sus mejillas por la atención especial que recibía.

°     °     °

El día había sido algo cansado para ambos, y por suerte ya había acabado, ahora volvían a su cuarto, solos ya que Aaliyah se durmió tiempo atrás y Claudia pidió quedarsela por esa noche, ellos se habían negado por varios minutos pero al final terminaron accediendo.

Estaban listos para dormir, pero hubiera estado mejor si tuvieran a Aaliyah entre sus brazos (como empezaban a acostumbrarse), al menos eso pensaban.

Tras arreglarse para meterse bajo las sabanas; si es que quitarse todo y dejarse el bóxer cuenta como "arreglarse para ir a dormir", entonces Christopher estaba mas que listo para cerrar los ojos y dejarse llevar por el cansancio. Pero la pregunta de Erick cambio sus planes.

— ¿Que crees que nos espera en el futuro? — aún con la luz apagada podía sentir la mirada verdosa sobre sí. Pensó en una respuesta que pueda satisfacer a Erick, pero no encontró nada.

— Ni siquiera sé si podre dormir, ¿porque crees que piense más allá?

— Cierto, olvide que tus capacidades no te lo permitían — se burlo mientras cerraba sus ojos, volvió a hablar ahora con mas seriedad, robándole el turno a Christopher —. Yo si he pensado en eso — se recorrió lo suficiente para recostarse en el pecho del castaño logrando escuchar los latidos tranquilos de su corazón para darle valor para continuar —, ya no me veo alado de otra persona que no seas tú —Chris sonrió y beso el cabello de Erick —, me es inevitable no pensar en una Aaliyah mas grande corriendo de un lado a otro, aunque suene raro también he visto a Joel y Zabdiel en nuestro futuro — suspiro al sentir los dedos de Christopher en su cabello —. ¿Sabes que me gustaría más?

— ¿Que?

— Viajar —el pelinegro beso el pecho del castaño —, es un sueño que tenía con...con Jocelyn.

— ¿Y donde te gustaría ir? — cuestionó acercándolo mas a él, mientras hacía cuentas y arreglaba sus pensamientos para recordar con exactitud los lugares que su pareja diría.

— ¡Brasil! — exclamo contento elevando su mirada para toparse con los ojos contrarios viéndolo con cariño —, Argentina, España...

Mmm... — achicó sus ojos sin desviarlos mientras "pensaba" —. Me parece que ahora tengo planes para el futuro, señor Colón.

— ¿En serio? — pregunto entusiasmado.

— Soy todo menos mentiroso, cariño — beso la frente de Erick haciéndolo sonreír aun mas grande, si es que eso era posible —. Creó que sería buena idea disfrutar mientras se pueda, ¿que opinas?

— Me subo al barco, señor Velez — contesto para acto seguido subirse al regazo de Christopher.

— Es bueno saberlo, señor Colón, porque no tenía intención de dejarlo atrás — lo acerco para rozar su nariz con la contraria —. Nunca más.

Compartieron miradas enternecidas, besos cariñosos, caricias inocentes...hasta que el calor subió y el deseo gano. Se necesitaban y en la oscuridad de la habitación completaron aquel acto en una silenciosa promesa.

°     °     °

Se giro en su lugar previniendo no alejar a su chico, quien lo sorprendió con una sonrisa en sus hermosos labios.

— Buenos días, pequeño — saludo con su voz ronca mañanera, logrando que la sonrisa de Erick se ensanchara mas.

— Buenos días, Chris — se acercó a él para recargar su cabeza en su hombro y cerrar sus ojos, dejándose llevar por la calma que el castaño le provocaba.

— ¿No crees que será mejor que bajemos a desayunar? — quiso saber sin intención de moverse, colando sus manos a la cintura del menor.

— Probablemente, pero puedo aguantar — se sentía completo, protegido, feliz en los brazos de Christopher. Se sentía como siempre quiso, comprendía que había encontrado a ese alguien que anhelo encontrar como en las películas.

Y no se equivocaba su completo se encontraba ahí con él, en la misma cama sintiendo exactamente lo mismo que él. Hay pocas veces que las personas logran encontrar a su pareja y ellos habían tenido la suerte de ser uno de esos pocos, aunque su inicio no fuera el mejor él estaba satisfecho con el resultado.

Casi se cumplía el mes desde aquella tormenta que los tomó por sorpresa, por suerte aquellos estragos, que aun seguían presentes, ahora eran remplazados por muestras de apoyo incondicional, de cariño y tradiciones que empezaban a crecer.

La flor marchita empezaba a florecer de un color deslumbrante,  cualquier persona estaría celoso del brillo que empezaban a emanar la pequeña, y nueva, familia. Porque a pesar de que la cicatriz había curado siempre quedaría aquella marquita que marcaba la diferencia.

En esos días de reparación de daños tomaron la decisión de hacer oficial aquella familia y no, no se trata de haberse casado, para ello aún faltaba un poco, se trataba del papeleo a llenar para que Aaliyah fuera su hija oficial sin cambiar nada. Al crecer, habían tomado la decisión de que, le contarían lo sucedido, y por parte de Christopher solo aceptaría un "Tío Chris" a la hora de que ella lo llamara, nunca le robaría el lugar a su amigo, actuaria como un padre pero no aceptaría el nombre como tal, pensaba que no era justo. Todo lo contrario a lo que pensaba Erick, que pensaba consentir a la niña en todo lo que pidiera, él se proclamaría como el "papá favorito".

Al tomar la decisión final no fue nada difícil solo vasto con una pregunta:

Beso con delicadeza los labios antes de volver a preguntar:

— ¿Estas seguro?

— Como nunca en mi vida lo estaré — le mostró su sonrisa asegurándole que no mentía

Ahora solo tenían que lidiar con un par de visitas para asegurar que era un lugar apto para la bebé, algo con lo cual no había problema pues se consideraban una pareja con una casa dentro del rango de lo normal, aparte de que tenían todas las de ganar a su favor ya que sus amigos habían dejado en su testamento que si pasaba algo ellos serían los responsables de la nena.

El sonido de la puerta logro traerlos al tiempo actual, ambos ya se encontraban en el comedor, Erick comía su desayuno lanzándole de vez en cuando miradas a Christopher, quien se encargaba de alimentar a la pequeña, la tenía en el regazo haciendo caras cada que acercaba la cuchara a la boca de Aaliyah, era divertido verlo.

Claudia fue la que atendió la puerta, llevándose una desagradable primera impresión por la impotencia de las dos personas tras la puerta, quienes exigían ver a Erick, y quienes entraron a la fuerza al no recibir lo que querían como respuesta.

Caminaron hasta invadir el pacifico ambiente del comedor.

— Al fin te encontramos, muchachito — uno de los dos en la mesa se tensó al escuchar la conocida voz, ¿como no conocerla si la había escuchado toda su infancia y parte de su adolescencia?

Erick volteo lentamente encontrándose con las personas que no esperaba encontrarse ese día, o al menos no uno cercano.

— ¿Que hacen aquí?



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«Cada caída te da la oportunidad de levantarte»

Casate Conmigo. ||Chriserick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora