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~ Septiembre 21 ~

Hay personas con las que hay conexión. Con un solo minuto saben que se puede conversar de cualquier tema y aun así tener de que hablar.

Otras veces es todo lo contrario. Aunque se intente no hay, no se percibe las ganas de querer sacar un tema, de querer escuchar la voz del contrario, y menos esperar una respuesta.

Y que decir de aquellas personas a las que desde el primer momento que hablan, juzgándote, sin siquiera conocerte. Una verdadera desgracia si esa persona es cercana a un ser querido tuyo.

Hay personas que se obligan a fraternizar con otra, para hacer felices a sus amigos, parejas, padres, etc.

Pero si desde el primer momento hay pique, todo lo que sigue sera peor. Es como si el pequeño empuje del principio se convierte en una desastrosa pelea, donde el ganador es el que sobreviva.

Por esa razón es que un simple comentario no bienvenido puede causar una silenciosa guerra de miradas. Entre nada mas y nadie menos que Christopher y su suegra. Su querida suegra que, él podía describir como bruja sin corazón (porque si, en su mente hay brujas que si tienen corazón).

Desde la primera cena donde, cabe recalcar, Christopher se esforzó para darles una bienvenida apropiada a sus suegros, esperando que la comida fuese de su agrado, o al menos aceptable.

Pero claro no todo es como uno imagina.

Al primer bocado el comentario sarcástico de la madre de Erick no se hizo esperar, un comentario que le calo en lo más profundo dañando a su paso su ego.
Y después del primer disparo, las otras balas no se tardaron en aparecer.

Por desgracia del castaño, sus suegros se quedarían en su casa. Pensando que solo se quedarían por esa noche acepto sin rechistar.

¡Oh! Pero que sorpresa se llevó cuando el padre de Erick les comento que se quedarían por unos días mas, su prometido feliz por la noticia les ofreció el cuarto con gusto... Aunque Christopher no se puede quejar, después de ese imprevisto, Erick se encargó de compensarlo.
Y debe de admitir que le encanto tal recompensa, que hasta pensó en decirles a sus suegros que podrían quedarse un año entero si eso querían, para conseguir otro premio de consolación de su atractiva pareja...
Ufff, aun no olvida esa noche.

Una semana después...

Y ese suceso los trae directamente al que están viviendo en ese momento. Una comida inundada de un silencio incómodo por el reciente comentario del castaño...

— ¿Y cuando planean irse? — soltó sin pensarlo mucho después de recibir la crítica, para nada buena, de su comida favorita (arroz, su especialidad, y pollo a la naranja), que por su puesto la bruja...perdón, Daysi no podía guardarse para ella.

— ¿Ya tan rápido nos corres, Christopher? — soltó Daysi alzando una ceja, tomando la oportunidad de alejar su plato con la comida agridulce que hizo su yerno —. Erick nos comento que tenías buenos modales, al parecer también nos mintió en eso — el castaño solo pudo asfixiar el tenedor en su mano mientras le regalaba una sonrisa forzada.

— Perdón si lo tomó como una ofensa, pero sólo tenía curiosidad — dijo mirando su plato deseando tener mas comida en este para no contestar, aunque él haya iniciado el intento de tener una plática.

— Para nada, querido. Y contestando a tu pregunta, créeme que serán los primero al saber el día, la hora y en el vuelo en que nos iremos, querido — el castaño no soportaba su descaro, así que antes de que pudiera contestarle con algo de sarcasmo disfrazado de "buena onda", Erick intervino.

Casate Conmigo. ||Chriserick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora