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~ Julio 19 ~

La pareja casada se encontraba acostada en el sillón, Jocelyn recargando su cabeza en el pecho de Richard, y él acariciaba la espalda de ella, mientras veían una película.

Por otro lado; la otra pareja se encargaba de Aaliyah entre reclamos y quejas de ambos.

— Te dije que no aceptaras, sabía que íbamos a perder — exclamo Christopher, lanzo una pelota a la niña y esta la aventó a Erick.

— Yo que iba a saber que Richard era muy bueno jugando — Erick le entrego un peluche a la pequeña —. Yo solo sabía que Jocelyn era mala.

— Debiste de confiar en mi.

— Chicos, no nos dejan escuchar la película — dijo Richard tratando de ocultar una sonrisa entre los cabellos de Jocelyn.

— ¡Tu callate! — le grito Christopher lanzándole una pelota, la cual le pego en la cabeza.

— ¡Oh! Vamos, sean buenos perdedores — volteo a verlos.

— No me quejo por eso, sino porque Erick...

— ¿Vas a empezar? — el nombrado se cruzo de brazos.

— ¡Fue tu culpa! — lo apuntó.

— ¿Que malo tiene cuidar de Aaliyah? Es una bebé muy linda — quiso saber Richard, solo quería disfrutar de la película que se reproducía pero las melodiosas voces de sus amigos no lo dejan.

— Si, pero en este momento podríamos estar en su lugar — apunto Christopher haciendo un puchero.

— Pero no lo están así que par de llorones, cuiden a mi hija — habló por primera vez Jocelyn.

— Además, ¿ustedes que hacen aquí? ¿No deberían estar en su luna de miel? — Richard suplicaba con la mirada para que no concluyera con la pregunta...muy tarde.

— Se supone — se quito de su cómoda posición para encarar a Richard —. Pero alguien se equivoco de mes a la hora de hacer las reservaciones.

— Ya te pedí perdón — la miro con dulzura, sabiendo de sobra que eso no ayudaría.

— Eso no soluciona nada — le reclamo —. En este momento podríamos estar disfrutando del sol en los Cabos, pero no, mi querido esposo se apendejo bien bonito.

— Así me amas — se acercó para besarla, pero ella se alejo.

— ¡No me cambies el tema! — Christopher y Erick compartieron miradas. No tuvieron que decir nada para tomar a Aaliyah en brazos y salir de ahí antes de que algo saliera mal.

Llegaron a la cocina encontrándose con Yulissa y Claudia platicando.

— Hola, queridos — saludo Claudia con una cálida sonrisa.

— Salieron antes de que explotará la bomba, ¿eh? — comento Yulissa con burla.

— Si, no puedo creer que nosotros lo causamos...

— ¿Porque no? Cuando se lo proponen pueden ser los reyes del fastidio.

— Buen punto — Christopher coloco a Aaliyah en la mesa, mientras él tomaba asiento en la silla.

— ¿Quieren pastel de chocolate?

— ¡Yo si! — exclamo Christopher como niño chiquito.

— ¿Y que tienen planeado hacer? — quiso saber Yulissa recargando su cabeza en su mano.

— No sé... — Erick se encogió de hombros —. Jugar con Aaliyah, y...

— Que aburrido suena — fingió bostezar la pelirroja, después una sonrisa maliciosa hizo acto de presencia —. Yo tengo una idea, la cual no quise poner en práctica porque estaría sola pero ahora que tengo a compinches será mas divertido.

— ¿Que tienes en mente? — pregunto Christopher sin dejar de comer el pastel que, con gusto, Claudia le sirvió.

— ¿Tienen dardos?

[•••]

Nunca imaginaron estar afuera de la casa con los globos sobrantes de la boda, ansiosos por explotarlos y no de una manera "normal", sino una distinta y divertida.

Yulissa era la primera en lanzar haciendo explotar un globo a su paso.

A falta de dardos, ingenio. 

Yulissa se las ingenio para encontrar algo en la enorme casa para que los ayudara a jugar, encontrando pasadores de cabello y sin pensarlo dos veces fue lo agarro para divertirse, y hasta ahora no los había decepcionado.

Cada que un globo explotaba Aaliyah se asustaba, y después reía, cosa que hacia reír a sus cuidadores.

Por otro lado, en la sala, no sabían que su manera de explotar globos era una distinta, si fuera así hubieran ido por su pequeña y le gritarían un poco a los dos torpes que dicen cuidar de ella.

La pareja disfrutaba de su momento entre besos, caricias, pláticas, risas...la tarde de películas no podía ser mejor.

— ¡Ay! ¡Christopher! — se quejo Yulissa acariciando su brazo.

— ¿Quien te manda a ponerte a lado de los globos? — se defendió cruzándose de brazos.

— ¿Quien iba a pensar que tu eras malo en puntería?

— No lo es, creeme — Erick le guiño un ojo, la pelirroja hizo una mueca digna de fotografiar.

— Gracias por la imagen, Erick — agito su cabeza un par de veces para borrar aquella imagen subida de tono.

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«Aveces te puedes divertir con cosas que creías insignificantes»

Casate Conmigo. ||Chriserick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora