- 14 -

1.6K 138 8
                                    

~ Abril 6 ~

En aquella gran casa que muy pronto será habitada por tres personitas, se encontraba Claudia hablando con la chica de cabello corto pelirrojo, su hija.

- Ya te dije que no te puedo aceptar si el señor Vélez no lo permite, perdoname Yulissa, pero aunque quiera que te quedes no lo puedo desobedecer.

- Casi no nos vemos y ahora me rechazas por el hecho de que "el señor Vélez" no sabe de mí - suspiró y rodó los ojos, una idea cruzó por su mente - Sabes, hoy volveré a ir a su oficina y pediré su deseado permiso, hasta pronto Claudia.

- Soy tu madre - dijo y su voz se apagó, vió alejarse a su hija, al perderla de vista cerró la puerta del hogar.

[…]

En el despacho de Richard se encontraban Erick y Christopher, él primero lo único que hacía era oír al segundo y verlo caminar de un lugar a otro.

- ¿Como nos mudaremos tan rápido a la casa? ¿Tienen alguna opinión? - se detuvo y miró a ambos.

- Existen dos maneras de joderse la vida - comentó Richard de forma filosófica, haciendo brillar los ojos de Christopher - una es hacerse el idiota, y la otra es serlo.

- Uuu - se escuchó la burla por parte de Erick - Esa estuvo buena, gracias Richard por callarlo, ahora, me voy - salió de la oficina con una sonrisa burlesca.

- Ya se fue mi amor - comentó con sarcasmo - Habla.

- Mi consejo, debo de aclarar que es para que me dejes seguir con mi trabajo, es que solo Erick se llevé una maleta con cosas necesarias y tú ya tienes algo de ropa allá, tampoco se van a quedar ahí por un año - se detuvo para mirar coqueto a su amigo - ¿o sí? - alzó una ceja.

- Si tuviera una almohada cerca, ya te la hubiera lanzado - confesó levantándose - gracias por tu ayuda, adiós amigo mío, divierte con... tú ya sabes - le guiñó un ojos antes de salir, Richard lo detuvo, Christopher se adentró de nuevo a su oficina y con una "pausada dramática" entretuvo al castaño, algo le decía que debía hacerlo, y no se equivocaba.

- Idiota - soltó Richard negando con la cabeza y una sonrisa, no miró a su amigo sabía que le estaba fulminando con la mirada - ahora si, te puedes retirar gracias por tu tiempo - el castaño salió rodando los ojos.

Christopher sin meditarlo dos veces se dirigió al escritorio de Erick, pero este no se encontraba, así que decidió preguntarle a Ana sobre el paradero del ojiverde.

- Lo vi bajar en el ascensor, pero no lo he visto... - el ascensor hizo un ruido conocido por ambos, al abrirse las puertas el ojiverde se asomaba con una caja de chocolates en mano - Ya subió - sonrió forzadamente hacía Velez, antes de voltear con Erick y preguntarle - ¿Quien te dio esa caja? - Erick levantó la mirada de la caja y la sonrisa que adornaba su rostro se desvaneció al ver a Christopher.

- Amm la compre - se limitó a decir, Ana asintió no tan segura y siguió con su trabajo, él intentó caminar hacia su escritorio, pero Christopher lo detuvo.

- Acompáñame - pidió, caminó al ascensor y ambos desaparecieron en el al cerrar sus puertas - ¿Quien te dio esos chocolates? - cuestionó, los minutos antes de llegar al primer piso fueron en silencio, al abrirse las puertas la pregunta del castaño quedó respondida - Ya me enteré - susurró y caminó con rapidez hacía afuera de la empresa, atrás suyo con mirada baja estaba Erick.

Casate Conmigo. ||Chriserick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora