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~ Agosto 18 ~

La ausencia de sus amigos no se notaria si no fuera por Aaliyah, ella se encargaba personalmente de recalcarles que ellos estaban de viaje y que les tocaba a ellos cuidarla, claro que lo hacían con gusto, solo que cuando la cosa se empezaba a calentar ella empezaba a llorar, pareciera como si tuviera un radar que no le falla en lo mas mínimo.

Esa mañana les ocurrió lo mismo. Y aún así le tuvieron que agradecer Aaliyah por que se les estaba haciendo tarde para el trabajo. Apenas y alcanzaron a desayunar, en un tiempo récord convencieron a Yulissa de que cuidará a la pequeña y ya estaban llegando a la empresa.

Ya era costumbre mirarse antes y después de bajar del auto, pero esta vez había algo distinto, tenían energía de sobra y eso era mal augurio, solo para ellos.

Después de haber compartido miradas por un largo rato, sus miradas cambiaron a una divertida significando "peligro".

Christopher empezó a correr dejando a Erick confundido, pero no se quedó atrás y corrió para poder entrar por otra puerta a la empresa, varios empleados, que también estaban llegando, los veían raros, y a ninguno le importo en lo absoluto.

Estaban compitiendo, sin saberlo realmente, en carreras para saber quién llegaba primero al piso de la oficina de Christopher, él se entretuvo con unas personas que necesitaban consultar algo importante dándole a Erick tiempo para tomar la delantera, corrió por las escaleras que tenía mas cerca, pues el elevador no bajaba, hasta que al fin llegó al piso con una sonrisa adornando su rostro, se dispuso a esperar pacientemente afuera del despacho de su jefe, mientras recuperaba el aliento.

— ¿Que hiciste? — preguntó Paola alzando una ceja.

— Gané — presumió.

Pasaron los minutos y Christopher no se veía ni sus luces, por lo que Erick decidió tomar asiento en su escritorio para adelantar un poco el trabajo y después burlarse del castaño con toda la libertad del mundo.

[•••]

Christopher había llegado a su oficina con apuro, pues tenía un asunto importante que arreglar, y una junta de improvisto a la cual asistir. Apenas y le dirigió una mirada a Erick antes de desaparecer de nuevo entre las puertas metálicas del elevador. Erick solo esperaba con ansias ver abrir esas puertas mostrando detrás de ellas a Christopher, pero eso no ocurría.

Esas ansias desaparecieron con el tiempo que paso, que mejor decidió dedicarse a terminar su trabajo.

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Erick estaba tan concentrado en revisar las hojas que le faltaban antes de irse a almorzar que no se percato del joven escritor que con sigilo se acercaba a él.

— ¿Scusami? — hablo una voz desconocida para el ojiverde, quien alzo la mirada encontrándose con un par de ojos grisáceos con tonos azules, muy hermoso tenía que admitir.

— ¿En que puedo servirle?

— In molte cose...

— ¿Que?

— Oh, perdón por mi indiscrezione.

— Si, si — Erick no tenía que fingir entenderle, porque el encanto del principio se esfumo por creer haberle entendido —. ¿Que busca?

— Cierto — el chico de acento raro, y ojos adictivos, se puso serio —. Estoy aquí perché si dice che questo è il miglior editoriale... — el chico sentado se quedo perplejo, apenas entendía el inglés como para que llegara ese extraño y le mostrará que había otros idiomas en el mundo.

Casate Conmigo. ||Chriserick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora