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~ Abril 11 ~

— ¡Tía! Hola. ¿Sabes algo de Christopher? Es que no lo he visto  y eso que ya llevó rato aquí — Yenny dejo de hacer lo que hacía para ver a Abraham.

— Si, esta en su casa, probablemente — contestó antes de volver a lo suyo, el chico asintió sin estar complacido por la respuesta.

— ¿Y cuando lo podríamos visitar?

— Tenia planeado ir...en unos días — contestó sin levantar la mirada del suéter que tejía.

— ¡Genial! ¿Yo podría acompañarte?

— Claro, cariño.

— Por cierto, que hermoso te esta quedando — fue lo ultimo que dijo antes de girarse e irse. Su expresión de enojo era visible para cualquiera que lo viera ¿porque no podía conocer al maldito que se casará con su primo para acabar con él?

Abraham tenía aquello que algunos les llaman envidia. ¿Y como no? Cuando la empresa, en la que él también formaba parte, solo se la heredaron a su insoportable e irresponsable primo. Y que con una sola condición, que él estaba pasando por alto, podría tener el puesto que se merecía. Solo por la vanidad y altanería de tenerlo todo...

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— ¿Cuando fue que Aaliyah aprendió a rodar? — preguntó un cansando Christopher después de haber atrapado a la pequeña por décima vez, pues estaba en el patio de la casa dejaban a la bebé en el pasto y esta no se quedaba quieta en el lugar donde la dejaban sentada, obviamente Erick y Christopher estaban con ella.

Una chica de cabello rojo los veía a lo lejos con una sonrisa burlesca, se acercó con sigilo para burlarse un poco del castaño.

— ¿No crees que le moleste un poco, solo un poquito el pasto? Deberías de ponerle pantalones — dijo casualmente —. Solo opinó — se fue dejando al par pensativos.

— ¿Por eso será que tiene las piernas rojitas? — preguntó Christopher confundido empezando a entrar en pánico imaginado lo que le haría Jocelyn si se llegase a enterar. Empezó a regular su respiración al sentir el contacto de la mano de Erick en su rodilla, mirándolo esperando que él fuera su salvación.

— Vayamos adentro a ponerle un pantalón a esta pequeña antes de que pase algo más, Jocelyn no se enterará si no regresa antes del viaje.

— ¿Como sabes que estaba pensando en eso? — alzo una ceja mientras ayudaba a Erick a levantarse, él cargaba a la niña y empezaban a caminar hacia la casa.

— Tu mirada me lo dijo. No sabes ocultar el pánico que le tienes a mi dulce amiga.

— Si, claro, dulce... — repitió con claro sarcasmo, Erick soltó una pequeña risa.

— Si le llegas a decirle eso, ve despidiéndote de ver un mañana — dijo adelantándose dejando que el miedo se apoderara de él, de nuevo.

— Que bueno que Aaliyah no sacó su carácter — la nombrada ladeó un poco su cabeza y empezó a soltar dulces carcajadas.

— Se esta riendo de lo ingenuo que eres — se burlo el ojiverde.

[•••]

Por otro lado, Jocelyn estaba demasiado nerviosa, con manos sudadas y respiración irregular, y Richard se encargaba de tranquilizarla. Estaban a la esquina de la casa de los padres de la chica, porque por cada paso que daban retrocedían el doble.

Habían llegado a New York sanos y a salvo, pero el verdadero reto era visitar, hablar con los padres de Jocelyn. Pues si esta tenía un carácter que asustaba a Christopher... Olvidense del carácter de sus padres, ya saben: de tal palo, tal astilla...

Casate Conmigo. ||Chriserick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora