Casate Conmigo. ||Chriserick||

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~ Abril 23 ~

— ¿Vieron que casi no hicimos nada para que ese par se acercará?

— Lo que mas me sorprende es el cambio de Chris —Yenny apunto a Claudia en un intento de querer detener la platica, para que ella pudiera mencionar algo, dejo a un lado el Yogur que comía y hablo.

— Lo que ustedes no saben es que si hubo alguien quien ayudo...

— ¿Quien? —preguntaron madre e hija al unísono.

— Richard.

— ¿Richard?

— ¡Ahh! Ese jovencito es un amor de persona — dijo Claudia mientras asentía.

— ¿Pero quien es? No he escuchado su nombre.

— Es el mejor amigo de Christopher. De hecho hoy estamos aquí por él y su, muy probable, novia — contestó Yenny antes de volver su atención al Yogur.

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Erick aún estaba en la oficina del castaño, ambos concentrados en acabar lo mas pronto posible, o al menos adelantar algo. La plática no podía faltar haciendo un ambiente agradable entre ambos.

— ¿Ya tienes preparada la cena?

— ¿Porque tendría que tener preparada una? — preguntó Chris sin desviar sus ojos del trabajo —. Estoy junto a ti, y no me he movido.

— No seas idiota. Me refiero a que si le pediste a Claudia que preparará algo.

— ¿Debí de hacerlo porque...? — Erick dejo de hacer lo que hacia para ver a Christopher.

— Nuestros amigos nos dijeron que tendría una sorpresa al llegar — contestó como si fuese lo mas obvio del mundo —, lo menos que podríamos hacer era recibirlos con una cena sorpresa...

Chris pareció meditarlo un poco sin mirarlo, hasta que al final accedió, lo miro y marcó un número.

— ¿Hola?

— Hola, Claudia, ¿estas ocupada?

— Para ti nunca, querido. ¿Para que soy buena?

— Que bueno que preguntas. Resulta que Erick se le dio por sorprender gente y quiere hacerle algo a nuestros amigos que llegan hoy, ¿si estas enterada?

— Si, su mamá me contó algo.

— Que bueno...espera, ¿mamá esta ahí?

— Si.

— Okay. Regresando al tema, ¿podrías hacer una deliciosa cena? Así como tu solo puedes hacerlo.

— Sin alagar, querido — Chris soltó una pequeña sonrisa y colgó.

— ¿Contento?

— Lo estaría si yo no te lo hubiese tenido que pedir — se cruzo de brazos, "indignado". Chris se levantó de su asiento y se acercó a él con sigilo, tal cual haría un gato persiguiendo a un ratón.

— No me hagas berrinches — pidió estando ya enfrente de él.

— Y si los hago, ¿que? — reto con la mirada, alzo una ceja.

— Bueno ya estarías jugando con fuego — se agachó poniendo sus manos a cada costado de la silla que ocupaba el ojiverde.

— Y si lo que quiero es quemarme — su tono desafiante no tenía intención de irse.