Casate Conmigo. ||Chriserick||

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~ Junio 20 ~

Sentía un peso mas sobre él, y al abrir de poco en poco sus ojos se encontró con el rostro pícaro de un pelinegro, Erick se encontraba sobre él.

— Y decías que tu eras el que se despertaba primero, yo ya llevo mas de una hora — Christopher seguía embobado por la posición de Erick. Pues sus manos estaban al costado de su cabeza, sosteniéndose para verlo a la cara, sus piernas a cada lado sus piernas y...pues...rozaban...

— ¿Hace cuanto estas así? — paso saliva con dificultad.

— ¿Porque? ¿Problemas en el paraíso? — se acercó a besarlo y al separarse hizo una mueca —. ¡Uh! Aliento matutino no siempre es el mejor, mas bien nunca.

— Tu fuiste el que se acercó – tocó su nariz y sonrió por los bizcos que hizo Erick —. Ahora levantate, no quieres saber de lo que soy capaz si sigues en esa posición — el ojiverde alzo una ceja.

— ¿Quien lo dice? — sus ojos expresaban algo pero Christopher no logró descifrarlo, mejor hizo un movimiento causando en Erick una ráfaga de sensación que anhelaba sentir... Las manos de Christopher acariciaban su espalda baja, colándose una mano traviesa a su trasero...fue suficiente para que Erick se quitara de aquella posición, no por el manoseo (de hecho lo estaba disfrutando), sino porque la puerta fue cerrada...y si mal no recuerda la puerta ya estaba cerrada.

— Te salvo la campana — dijo Christopher recargándose con su brazo izquierdo para verlo, se acercó y depósito un corto beso antes de encerrarse en el baño y solucionar su problema.

[°°°]

— ¿Chris? — Richard paso una mano enfrente de su amigo, que lo estaba ignorando olímpicamente mientras le relataba lo que había sucedido esa noche que él los corrió de su casa. Se sentó indignado y cruzado de brazos empezó a divagar —. Entonces pasamos por una puerta y ya estábamos en un lago, al acercarnos una calabaza mágica salió a la superficie y nos dijo que eramos los elegidos que si la cuidábamos nos podría dar a cambio deseos, los que sean. Entonces Jocelyn fue la primera que habló y pidió un jodido, gran y muy buen novio para su amigo, si ese que te tiene como baboso, ¿Erick? — los ojos de Christopher parecieron salir de una ensoñación posándose en Richard quien sonrió con burla...luego esa sonrisa cambio a una nostálgica.

— ¿Que paso? — pregunto desubicado, no estaba consciente de cuando llegó a la oficina, o la razón por la cual su amigo estaba sentado del otro lado del escritorio. Él se había perdido en el recuerdo, en lo sucedido esa mañana y una sonrisa apareció la cual intento ocultar con su taza de chocolate.

— No, ¿que te pasa a ti? — Chris lo miro confundido dejando sobre el escritorio la taza, Richard prosiguió —. No he podido hablar contigo un día entero porque te tenía secuestrado Erick — bufó —, y cuando te tengo para mi, cuando tengo tiempo para contarte mis cosas tu pareces mas desaparecido que ayer — se quejo mirándolo con rencor.

— Perdón...

— Y no solo eso — puso sus codos en el escritorio acercándose a Christopher —. Ayer no note nada nuevo en el dedo de Erick, pero lo que sobresalió fueron esos chupetones que tenían ambos, ¿para que te deje esa noche si no ibas a hacer lo que te habías propuesto?.

— Espera — cerro un momento sus ojos tratando de alejar cualquier pensamiento ajeno a la conversación, abrió sus ojos y se enfocó en su amigo, quien lo miraba en espera de respuestas —. ¿Puedes repetirlo? — le mostró su mejor sonrisa, Richard rodó los ojos.