13: Los recuerdos de los años pasados.

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-Oye oye papi, ¿vamos a ver lo que hay en tu caja o lo dejaremos para mañana?

-Lo veremos ahora, a menos que te sientas cansádo y quieras explorarla mañana cuando regrese del trabajo.

A medida que se acercaba a la cama de Hajime con el jarabe entre las manos notó que el niño hacía pucheros mientras le miraba con cara de corderito degollado:
-¿Vas a ir a trabajar?

-Claro que debo ir a trabajar. Si no voy me despedirán y no podremos seguir viviéndo los dos solos. ¿Acaso te gustaría empezar a vivir con los abuelos y el tío Hideo?

-La verdad no, no me gustaría. Quiero mucho al abuelito pero es muy estricto y no nos dejará dormirnos tarde los viernes- concluyó mientras se limpiaba la nariz con un pañuelo blanco -¿al menos le pedirás a Temari que venga a cuidarme si es que puede?

Arata asintió mientras hacía equilibrio para servir el jarabe en una cuchara y evitar que cayera sobre el cobertor de la cama:
-Claro que vendrá a cuidarte, alguien debe darte las medicinas mientras no estoy. Ahora Hajime, tómate toda la medicina y no dejes nada de nada.

El niño obedeció las órdenes de su padre y bebió las dos cucharadas de jarabe que le correspondían. Se limpió la boca con la manga de su pijama y sonrió hacia el adulto frente a él cuando ya había hecho lo pedido: -¿Podemos ver que hay en la caja ahora?

-Por supuesto, la abriremos de inmediato- Arata dejó la medicina en la mesita de noche para tomar la caja que fue llenándo y llenándo con el pasar de los años. Con cuidado la puso a un lado de la cama y comenzó a sacar algunas de sus antiguas pertenencias -ahora acércate Hajime, te contaré un poco sobre los días universitarios de tu padre y de todas las cosas que compró y nunca usó.

Este último se arrastró por sobre la cama hasta quedar a un lado de su papá, dejándo todas las mantas revueltas en el transcurso:
-Mira esto, pero que antiguo es- Arata tomó una roñosa carpeta azul que sacudió antes de mostrar a su hijo -esto es del día en que me inscribí a la universidad. Por cosas del destino conseguí una beca, así que no tuvimos que pagar matrícula ni nada de eso. Tu abuelita estaba muy feliz por mi, me decía que yo podía hacer lo que quisiera aún así todo el mundo me dijera que no.

Hajime tomó entre sus manos la carpeta, hojeó los papeles tratándo de buscar algo de su interés hasta que parecieron aburrirle:
-Papi, ¿qué es una beca?

-Es un beneficio. Te ayudan a pagar tus mensualidades para que sea más fácil obtener tu profesión, pero es algo un poco complejo de entender para alguien de tu edad.

-Ah- el pequeño desvió su mirada hacia la caja y tomó un par de libretas que estaban guardadas a presión contra otras cosas-¿acaso estos son tus dibujos?

-Si, pero debo revisárlos antes. Hay algunos que son horribles.

-Estoy seguro que dibujabas muy bien desde que eras chiquito- Hajime volvió a sacar cosas desde el interior de la caja sin siquiera tener permiso -mira papi, aquí hay una cámara.

Efectivamente su hijo había encontrado aquella vieja cámara que perteneció en un principio a su abuelo materno, después a su madre y finalmente a él:
-Antes veamos si está cosa aún funciona- advirtió al momento en que intentaba encender el empolvado aparato -aún con todos estos años guardada sigue funcionándo. Echaré un vistazo a las fotografías antes de mostrártelas.

Recordaba que en algún minuto le facilitó aquella cámara a casi todos sus amigos, así que prefirió ahorrárse posibles malos ratos y dejar las fotografías más apropiadas para su hijo, que en realidad eran todas:
-No hay nada malo por aquí- se acercó un poco más al pequeño con tal de que pudiese ver las capturas -mira, esta de aquí la tomó un amigo mío el día que hubo una pequeña festividad que organizaron los del comité de alumnos. Llevé la cámara para fotografíar un poco y se nos acabó la batería en diez minutos.

Biológicamente imposible [NejixOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora