20: ¿Solución?

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Kurenai llegó con la ayuda cuando ya era demasiado tarde: el padre de su alumno ya no estaba, uno de sus colegas lloraba desconsolado mientras que otro se cubría la nariz con un trapo completamente ensangrentado. Eso sin contar que el niño desaparecido no apareció, lo cual la hizo sentir como una pésima profesional por lo que también se echó a llorar haciéndole compañía al maestro de biología. Todo ese alboroto había causado un enorme disgusto entre los tutores y padres de los estudiantes, sin embargo a uno de los superiores le disgustó más que nada que en ese alboroto se vieran involucrados varios de los maestros que trabajaban en ese mismo lugar.

Y ahí estaban los tres: Neji, Shino y Lee frente al escritorio del señor Iruka Umino, esperándo una reprimenda y de seguro un castigo por todo ese ruido que hubo algunos minutos atrás:
-Puedo explicárlo todo- dijo Neji sin que nadie le pidiera alguna respuesta -tuve una muy buena razón para haber hecho todo lo que hice.

-Entonces explícame el por qué de ese comportamiento de degenerado promedio- solicitó tranquilamente el hombre tras el mesón -hay otras maneras de hablárle a un niño en lugar de hacerle regalos anónimos.

-Yūhi no quiso ayudárme, y estos dos tampoco...

-Podrías haberme pedido ayuda a mi- lo interrumpió Iruka -hubiese creído o no tus razones no te habría negado la ayuda para que aclararas tus dudas, pero eso de tomar medidas tú mismo fue muy peligroso: el padre del niño al que querías acercárte creyó que un pervertido lo estaba acosándo, y gracias a ello Kurenai terminó pensándo lo mismo- negó con la cabeza al momento en que le extendía un poco de papel sanitario -creo que explicar algo a estas alturas ya es inútil por lo menos en lo que respecta al asunto de ese niño, pero hay otros asuntos de los que si espero los tres tengan explicaciones creíbles.

Ante eso Shino y Lee permanecieron en silencio a diferencia de Neji, quien además de arrebatárle el papel que su superior le ofrecía de las manos, se atrevió a cuestionarlo:
-¿Y qué asuntos serían? Le está restándo importancia a mi situación porque no conoce ningún detalle. Si tan solo me dejaran explicar un...

Otra vez Iruka le negó la oportunidad de hablar al alzar su mano. No podía creer que existiera alguien tan testarudo como ese hombre ahí presente:
-En las dos o tres últimas semanas ha existido un notorio desequilibrio horario respecto a algunas clases. A veces he visto alumnos caminándo por el patio cuando no les corresponde el descanso, otros están solos en las salas esperándo a que aparezca el maestro encargado y curiosamente hoy pasé por fuera de un aula donde en lugar de estar en clases los estudiantes veían una película- trataba de no lucir tan furioso, pero aún así lo que buscaba era intimidárlos para que hablaran -lo terrible es que todo eso ha ocurrido justamente en sus clases. ¿Tienen como justificar sus constantes inasistencias, además de la ausencia de calificaciones en los libros de clases?

Estaban fritos: Shino volvió a llorar de impotencia mientras Lee daba y daba excusas totalmente estúpidas e incongruentes. Supuso que mentir les complicaría aún más la existencia a los tres, así que aún con el pañuelo ensangrentado dentro de la nariz Neji decidió hacerle frente a la verdad:
-No estuvimos presentes en nuestras clases porque ocupábamos el tiempo tratándo de acercárnos a ese niño, que para que lo sepa es mi hijo. Nunca encontré el momento correcto para hablárle a él porque estos dos siempre me decían que lo que hacía estaba mal...

-¿Pero de todas maneras te acompañaron?- Umino se dirigió a los otros dos -¿aunque sabían que lo que Neji hacía era una locura lo acompañaron?

-Neji es mi amigo de toda la vida. Darle la espalda sería una actitud muy fea haga la locura que haga.

La respuesta de Lee no ayudaba en absolutamente nada y Shino llorándo a mares tirado en el piso dejaba mucho que desear:
-Debo admitir que jamás esperé algo como eso por parte de profesionales como ustedes. Me han decepcionado considerablemente- expresó Iruka, observándo apenado el pequeño montaje frente a él -en estos últimos meses muchos egresados han venido buscándo trabajo y sería una suerte para ellos encontrar sus puestos vacantes- antes de dar su ultimátum, el hombre echó un vistazo al reloj que tenía en su muñeca -tienen quince minutos para ir al mercado de la esquina y conseguir una caja cada uno. Tienen la tarde para sacar todas sus pertenencias de aquí y se les dará un breve plazo para que entreguen las calificaciones pendientes. Los tres están despedidos.

Biológicamente imposible [NejixOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora