29: Acuerdo sellado.

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~Años después~

-Creo que eso es todo lo que debes saber por ahora. El resto no es tan importante: solo regresé a la ciudad, logré independizárme y hácerme responsable yo mismo de mi... - una repentina ráfaga de viento interrumpió el relato de Arata, obligándolo a cubrirse el rostro con un brazo -no puedo creer como empezó a hacer tanto frío de repente. ¡Hajime, Hajime ven aquí!

Ante aquel llamado el niño se levantó del césped y con pasitos rápidos avanzó hasta donde estaban sus padres, mientras el viento sacudía su ropa y desordenaba su cabello peinado:
-Que... ¿qué pasa papi?

-Toma, ponte esto- Arata había llevado consigo algo para abrigar al pequeño en caso de que tuviera que resguardárlo del frío como en ese momento -estuviste enfermo hace poco y no quiero que tengas una recaída. Oye- acarició con cuidado lo que llevaba consigo -que lindas flores has recogido.

-Gracias, son para papá- Hajime bajó la vista, sosteniéndo entre sus manos el pequeño ramillete que había hecho -¿se las puedo regalar?

-Pero por supuesto que puedes- dejó unas palmaditas sobre el hombro del infante en clara señal de apoyo -anda, estoy seguro de que le van a encantar.

Después de que Arata le acomodara bien su chaqueta favorita, Hajime se acercó lentamente a Neji y temblándo, extendió las flores que había recolectado para él:
-Toma papá, son para ti.

Papá. Lo había llamado papá durante toda la tarde y recién a esas alturas del día comenzaba a tomárle verdadero peso a esa palabra. Aquel niño era más de lo que creía: no era el sobrino de algún colega suyo o un molesto pariente lejano que lo visitaba una vez por año. Aquella criatura era nada más ni nada menos que su hijo, su propio hijo con quien compartía su sangre y uno que otro rasgo que dejaría en clara evidencia su parentesco en un futuro.

Con cuidado puso su mano sobre la mejilla del niño, quien correspondió al contácto con una sonrisa que pudo haber alegrado hasta el peor de sus días. Su piel era muy suave y su cabello tan sedoso que con el mínimo movimiento se agitaba:
-Hajime- él recién mencionado alzó la vista, aún sonriéndole -¿cómo te sientes ahora?

-Nervioso, muy nervioso- contestó muy rápido -¿tú también estás nervioso, papá?

Neji asintió, aún manteniéndo el contacto visual con la criatura:
-Yo también lo estoy, y mucho- se inclinó un tanto hacia Hajime para así poder besárlo con dulzura en la frente -pero aún así, voy a decirte algo que espero recuerdes toda tu vida.

-¿Qué cosa?- preguntó casi en un suspiro el más pequeño.

-Sé que apenas nos estamos conociéndo, que me viste muy pocas veces en la escuela y que recién hoy nuestro encuentro es oficial. No sabes mucho de mi ni yo de ti, pero estoy más que dispuesto a recuperar el tiempo perdido para conocérnos mejor, darte todo lo que mereces y también para ser el padre que te mereces.

La sonrisa de Hajime se hizo aún más amplia, incluso se le escaparon unas cuantas risitas gracias a la emoción mezcladas con los nervios que sentía en ese instante:
-¿También te vas a casar con papi?

-¿Pero de qué hablas?

-Cuando las personas se aman se casan y tienen bebés. Supongo que ustedes no hicieron las cosas en orden así que lo que les falta es...

-Hajime, hijo- Arata le interrumpió, agachándose a su lado para poder estar a su altura -hay cosas que nosotros no podemos explicárte ahora porque no vas a entendérlas. La historia entre Neji y yo es complicadísima, por eso es mejor que hablemos contigo cuando ya estés más grande y así entiendas bien porque yo no quiero estar con Neji y porque él no quiere estar conmigo.

Biológicamente imposible [NejixOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora