26: Oscuro secreto.

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-Arata, vas a ser padre.

Aquella extraña declaración lo tomó desprevenido y en el momento menos indicado. Tanto así que acabó escupiéndole jugo de naranja en el rostro a sus padres, a su tío y al sujeto gritón que había entrado a la habitación sin permiso la noche anterior:
-¡Pero eso es imposible!- exclamó mientras se limpiaba la boca con la manga de su pijama -no he estado con ninguna chica desde hace uno o dos años. Es ridículo si pensamos que...

-No hemos hablado de ninguna chica, jovencito- intervino el médico invitado -quien en realidad era un técnico de laboratorio- mientras secaba su rostro al igual como hacía el resto -en realidad estamos hablándo de ti.

-Pequeño, lo que ocurre es...- Katsuro dejó de hablar al sentir un fuerte apretón sobre su brazo. Volteó, encontrándose con el rostro demacrado -tanto por el hecho de madrugar como por el angustiante llanto liberado- de su hermano mayor -¿Hitoshi?

-Deja que yo se lo diga, porfavor- dijo el hombre con la vista puesta sobre las sábanas -todo esto es mi culpa, deja que yo me haga responsable.

-¡¿Pero de qué están hablándo?!- exclamó el más joven, casi arrojándo la bandeja con su desayuno al suelo gracias a la desesperación -¡¿podrían explicárme a que demonios se refieren con que voy a ser padre?!

-Podrían dejárnos a solas a los dos, porfavor.

Su madre fue la primera en retirárse del cuarto, en completo silencio y haciéndo resonar intencionalmente sus tacones. Pese al semblante tranquilo de su rostro se notaba furiosa, como si tuviera ganas de aventar a alguien por la ventana del piso más alto de ese recinto:
-Padre, ¿qué es lo que pasa?

-Estaremos afuera, ¿si?- el médico familiar dio algunas palmaditas sobre la espalda de su pariente en clara señal de apoyo antes de retirárse junto al técnico -entraré si es que fuera necesario.

Despacio, la puerta de la habitación se cerró al momento en que estos dos desaparecieron de su campo visual. Tal como pidió Hitoshi, ambos quedaron a solas acompañados únicamente por el leve ruido de la televisión encendida:
-¿Qué es lo que están ocultándome?- soltó Arata de una sola vez -y por favor haz el esfuerzo de decirlo en un idioma en que te pueda entender.

Frente a él, su padre presionaba los dientes con rabia, intentándo evitar que sus sollozos se escaparan de su garganta y lo dejaran como un hombre débil ante su hijo:
-Tu abuelo...él tenía una anomalía desconocida...

-¡No tengo tiempo para tus historias! ¡Dime qué es lo que está pasándo conmigo de una vez!

-Si no comienzo desde ahí nada tendría sentido.

-¡Entonces deberías habérme contádo eso hace mucho!- colérico, el jovencito acabó por lanzar todo su desayuno al suelo de un solo manotazo -¡imagina estuviera muerto y todo gracias a ti por no hablar en el momento preciso!

Hitoshi se cubrió la boca con la mano de su brazo sano, intentándo así reprimir su llanto. No podía creer que hace dos o tres días él gritaba sin piedad a ese muchacho y ahora ese muchacho lo estaba gritándo a él:
-Arata, porfavor cálmate y escúchame. Tal vez no pude ayudarte esta vez, pero para la próxima estarás totalmente consciente de la situación y...

-¡¿Y qué situación es esa?!- el recién mencionado se alzó sobre la cama totalmente enfurecido -¡habla de una maldita vez porfavor! ¡Si voy a morir en tres días dímelo para ir y disfrutarlos lo más que pueda!

La discusión se iba sulfurándo más y más a cada segundo. Hitoshi no sabía que hacer, no sabía como contárle de forma breve todo lo que debió contárle cuando tenía doce años:
-Mi hermano mayor y yo heredamos una extraña condición biológica de nuestro padre. Aún recuerdo el día en que nos reunió a los dos con él y nos dijo que no había posibilidad de curárse, que aprender a lidiar con aquella anomalía era la única solución. No era algo que afectaría nuestras vidas directamente, solo debíamos tener cuidado o como hice yo, guardar total silencio respecto al asunto.

Biológicamente imposible [NejixOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora