31: Las cosas mejorarán para nosotros.

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-Buen día, muchacho- saludó amablemente la recepcionista al verlo llegar al despacho -toma, debes marcar esta tarjeta cada vez que entres o salgas de aquí. El reloj está justo ahí.

Neji recibió la tarjeta que le ofrecía aquella mujer y la observó detalladamente por un par de segundos: era antigua, su nombre estaba escrito en la parte superior y el reloj donde debía dejarla lucía como una antigüedad sacada de alguna película a blanco y negro. Le agradeció a aquella secretaria y como ella misma le indicó marcó el dichoso trozo de cartón para después dejarlo a un lado, listo para marcar su salida al descanso.

Avanzó en silencio a través de los pequeños cubículos donde suponía los profesionales atendían a sus clientes. No lo negaba, estaba nervioso de enfrentárse a nuevos colegas tanto como cuando era pequeño y asistió por primera vez a la escuela. Sumido en sus pensamientos había llegado hasta las afueras de la gran oficina de su jefe, y aunque era un hombre alto se sentía pequeño ante esas majestuosas puertas color caoba. Con sus nudillos golpeó, sin embargo nadie respondió a su llamado al menos desde dentro de la oficina:
-Con que ya estás aquí- una mano pesada se posó amistosamente sobre su hombro -eres astuto Neji, llegándo minutos antes que tu jefe. Eso me gusta.

-Solo estoy siéndo puntual, señor. Ni piense que estoy tratándo de desafiárlo o algo por el estilo.

No solo le agradaba que llegara antes que él, sino también el respeto con él que se dirigía a su persona y el aspecto impecable con el que siempre solía presentárse. No había tenido un buen asistente desde que su propia hija trabajó junto a él, pero Kana ya se había desligado completamente de su persona y creía que nunca encontraría a alguien que estuviera al nivel de ella. Estaba equivocado, muy equivocado:
-No es que me desafíes ni nada de eso, pero me agrada la idea de imaginar que en algún momento intentaras superárme. Si tan solo te hubieras dedicado a las leyes como yo, probablemente este despacho podría ser tuyo en unos varios años más- puso las llaves en la cerradura y las giró, acción que le permitió empujar la puerta -adelante muchacho. Te diré donde guardar tus cosas y esperaremos a que lleguen los otros chicos. No puedo ponerte a trabajar sin presentárte con ellos.

-Disculpe- Neji dio unos cuantos pasos hacia atrás. No se esperaba aquel movimiento repentino -¿acaso dijo que va a presentárme?

~~~

-¡¿Chikara?!- exclamó al verla tan tranquila a las afueras de su trabajo cuando apenas algunos locales estaban abiertos -¡¿qué haces aquí y a estás horas?!

Al escuchar su nombre, la mujer volteó sobre si misma y le sonrió a su amigo mientras, este corría agitado hacía ella sobre la escala mecánica:
-Hola, solo vine a ver como estabas...

-¡¿Cómo supiste que trabajo aquí?! Hay tantas librerías en este centro comercial y justamente...

-Shino me dio la dirección- respondió la mujer, tranquila ante la repentina interrupción -además me contó que ayer vino y se encontró contigo mientras le hacía compañía a alguien. Alguien de quien justamente vengo a hablar contigo.

Arata resopló exhausto al mismo tiempo que ella acariciaba cariñosamente una de sus mejillas:
-¿Shino también te contó sobre eso?

-Si, él me contó sobre lo ocurrido. Lamenta mucho haber abierto la boca y enpezar a decir cosas que no debía, si no se ha disculpado contigo es porque aún se siente muy deprimido por haber perdido su preciado trabajo- Chikara trazó pequeños círculos con el pulgar sobre su piel pálida -tengo entendido que tuviste un altercado de magnitudes con... bueno, tú sabes perfectamente con quien. Jamás se me cruzó por la mente que ese sujeto sería compañero de trabajo de Shino y menos que lo involucraría en un problema de esta índole, pero lo que aún no puedo entender es lo pequeño que puede ser el mundo para que se reencontrara tan rápido contigo.

Biológicamente imposible [NejixOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora