36: Besos sabor al pasado.

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El día había comenzado normalmente como casi todos los días: saludos amables por parte de sus compañeros, café caliente y halagos por hacer trabajo extra que no tenía por qué hacer. Todo iba de maravilla, al menos hasta que lo vio entrar a través de la puerta transparente para después apoyárse con arrogancia sobre el escritorio de la secretaria:
-No... esto no es posible.

-¿Qué no es posible?- la mujer a la que le entregaba las carpetas correspondientes le miró con preocupación -Neji, de repente te pusiste muy pálido, ¿qué está pasándo?

-Nada nada, solo que... - intentó evitar mirar hacia la entrada, pero ya había sido visualizado por la visita y no podía hacer algo para solucionárlo -oh no, demonios...

-¡Ah, con que ahí estás!- Sasuke lo reconoció y siguió adentrándose al lugar sin siquiera tener autorización por parte de la secretaria, quien rápidamente tomó el teléfono mientras se ponía en pie -tranquilo Neji, solo vengo a entregárte algo que olvidáste allá en mi casa.

¿Pero de qué demonios estaba diciéndo? ¿Qué era eso que según él había olvidado? Tal vez eran más calcetines y calzoncillos, pero si era así, tenía que sacárlo de ese lugar con tal de hacer menos dolorosa la posible humillación a la que estaba apunto de sometérse:
-Sasuke no, aquí no porfavor. ¿Acaso no ves que estoy trabajándo y que todos nos están mirándo?

-Poco me importa eso. Creí que seguías con tu rutina en la escuela, pero llegó a mis oídos que cambiáste y estabas trabajándo por este sector. ¿Sabes que no puedes meterte en asuntos de leyes cuando solo eres un escritor frustrado con mucho tiempo libre?

-Suficiente Sasuke, si quieres discutir podemos ir y discutir todo lo que quieras, pero tendrá que ser afuera.

-Yo no vine a discutir, solo vine a regresárte algo- el varón de cabello negro observó a sus alrededores, como si así desafiara a todos los hombres y mujeres que le observaban confundidos desde sus cubículos -es un lugar muy bonito, muy limpio y elegante, perfecto para alguien como tú.

-Muchas gracias, yo mismo me encargué de hacer las remodelaciones- una voz grave y prepotente opacó de una sola vez todos los comentarios malintencionados del recién aparecido -Neji, ¿podrías decirme quién es este joven?

Hyūga volteó y se encontró con su jefe. El mayor parecía realmente irritado y se notaba en lo nerviosos que ahora lucían todos los trabajadores:
-Es un conocido mío, señor...

-Soy su prometido, aunque más bien preferiría decir ex-prometido- Sasuke quitó la argolla dorada de su dedo y la dejó sobre el escritorio que estaba más a su alcance -de eso te habías olvidado. Ahora llévaselo a la perra de Arata, tal vez a ella le guste la joyería de segunda mano.

-Oye oye, ten cuidado con las palabras que usas y mucho más si yo estoy presente- Hitoshi hizo a Neji a un lado y avanzó intimidante hasta enfrentárse a Sasuke -y mucho menos trates de esa manera a alguno de mis hijos. Si aún no te he roto los dientes es porque mis trabajadores están presentes y les debo respeto, pero estoy en todo mi derecho de sacárte de aquí por las buenas o por las malas, así que te pido que porfavor que salgas por donde mismo viniste o me veré obligado a acudir a la fuerza pública.

Uchiha alzó la vista, mostrándose sereno, tal y como si no le importara en absoluto aquella advertencia:
-No le tengo miedo, ni a usted ni a sus palabras ridículas.

-Pues deberías- se atrevió a contraatacar, aún frente a todo ese público -no solo tengo a la justicia de mi parte, también tengo buenos, buenos amigos que pueden ser muy, muy malos cuando quieren. Agradece que aún no conozco tu nombre, o si no ya estarías en completo peligro- al finalizar, se llevó las manos a los bolsillos de su chaqueta, observándole con una extraña mueca de tranquilidad en el rostro -ahora tú decides: sales por las buenas o te saco por las malas.

Biológicamente imposible [NejixOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora