25: Nunca estuvo enfermo.

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Arata tenía una familia muy grande para su gusto: dos tíos por parte de su madre y tres tíos más por parte de su padre, eso sin contar a sus respectivos primos. Uno de los hermanos de su padre era médico y siempre solía estar más que disponible cada vez que a alguno de sus parientes se les presentaban urgencias de último minuto, y aquella urgencia tan peculiar de la que le comentó uno de sus hermanos mayores tampoco fue una excepción a su enorme voluntad:
-Puede ser que el pequeño presente resistencia a la insulina. Es muy común que se manifieste a través de crisis nerviosas como la que este chico presentó el día de ayer.

-¿Y eso a qué se debe?- Hitoshi se cruzó de brazos indignado a un lado de su hermano, como si quisiera intervenir de alguna manera en la revisión. Había estado observándo todo el chequeo que se le realizó a su hijo muy de cerca, llegándo  a incomodar al médico en su trabajo -¿mala alimentación? ¿Exceso de alcohol o es culpa del tabaco?

-Casi siempre es hereditario, así que te sugiero dejes de amedrentar de esta manera a tu hijo porque todo esto podría ser hasta tu culpa.

Enfadado, Hitoshi resopló mientras le evadía la vista a su hermano:
-Sabes que no es momento de bromas ridículas.

-No estoy bromeando. Jamás bromearía con la salud de un pariente- sentenció el médico mientras acariciaba la frente del joven paciente -mañana deben venir a primera hora del día. El pequeño debe estar en ayuno...

-Oh no, yo no voy a esperar más de dos días por unos simples resultados. Katsuro, quiero saber ahora mismo que es lo que pasa con este mocoso. Si debo comprar la medicina más cara lo haré, pero no en dos semanas más mientras tenga que soportar la horrible actitud que ha adoptado esta pequeña cucaracha.

Pese a que su hermano le llevaba por unos pocos años, Katsuro enfrentó con valentía a Hitoshi. La diferencia de edad entre ellos no era tan abrumadora, así que perfectamente ese pequeño enfrentamiento podía acabar en una conversación cargada de odio retenido o en una pelea de niños donde se golpearían hasta con el escritorio:
-Es tu propio hijo, ¿cómo puedes llamárlo así?

-Tú mismo lo dijiste, es mi hijo. Puedo tratárlo como me plazca.

Aún enfurecido y lleno de coraje gracias al intercambio de palabras, Katsuro no tuvo más opción que resignárse a los crudos insultos de su hermano. En el fondo de su persona lo lamentaba por la esposa de este y por sus hijos, pero por sobretodo lo lamentaba por ese muchacho que aún estándo enfermo tenía que soportar la crueldad de ese hombre:
-Podría hospitalizárlo- sugirió mientras se encogía de hombros -el ayuno comenzaría en unas dos horas más y las muestras correspondientes las tomaríamos antes de la medianoche. Los resultados te los entregaría mañana por la tarde sin faltas. Es lo único que puedo hacer por ti, hermano.

El recién mecionado se tomó un par de segundos para pensar si internar a su hijo era lo correcto. Se acercó a su esposa y juntos discutieron fervientemente hasta que concluyeron que la solución sugerida por aquel pariente era lo más apropiado:
-Entonces si Arata se quedará hospitalizado seguramente necesitará algo para la estadía- preguntó Narumi, demasiado angustiada. El hecho de separárse de alguno de sus hijos -aunque fuera por dos días- la acongojaba considerablemente -¿hay algo en especial que debamos traer para él?

Antes de contestar, Katsuro fingió que se esforzaba mucho en pensar mientras rascaba su barbilla exageradamente:
-Pues...además de ropa limpia y todas esas cosas relacionadas con la higiene personal creo que podrías traer algo para que se mantenga entretenido, a excepción de aparatos electrónicos. Pero te sugiero que en lugar de buscar cosas para tu hijo consigas un nuevo cerebro a tu marido. Creo que le hace mucha falta uno, sobretodo en situaciones como esta.

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Esa noche Katsuro haría un turno extra para resguardar a su joven sobrino. El hospital no era un lugar inseguro ni tampoco aparecían fantasmas por las noches, pero no iba a quedárse tranquilo si solo Arata y otras dos personas más estaban internadas y además en cuartos diferentes. Eso sin contar que toda la vibra de esa situación familiar le daba algo de mala espina.

Biológicamente imposible [NejixOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora