Aquel sábado Arata se levantó temprano pese a que logró conseguir el día libre. Se había propuesto acabar con todos los quehaceres de la casa antes de tiempo, así descansaría al menos un poco para partir en una pieza a la reunión en casa de Chikara.
Terminaba de barrer la sala de estar cuando su teléfono comenzó a vibrar desde la mesa del comedor. Supuso que su amiga le estaría enviando mensaje tras mensaje tal y como hizo durante todos esos días, pero al tomar el equipo y ver en la pantalla notó que era una llamada de Choji, uno de sus compañeros de trabajo:
-Aló buen día, Arata al habla.-Buen día señor suertudo- saludó el chico desde la otra línea -¿qué tal te va con tu día libre?
-Pues no es la gran cosa- respondió mientras jugueteaba con la escoba de aquí para allá -como te dije ayer ordenaré un poco y luego buscaré un regalo para ir a esa reunión de la que te estuve hablándo. ¿Qué tal ustedes por allá?
Antes de recibir respuesta escuchó el crujido de varios papeles seguido de lo que pareció ser un gran mordisco:
-Nadie ha venido ni siquiera por un trocito de papel. El señor Sarutobi dijo que cerrará antes y a mi y a Ino nos dejó comprar algo para el desayuno- ahora parecía que su compañero se estaba chupándo los dedos -a todo esto, Ino está preguntándo por tu hijo.-Dile que ya está completamente recuperado- Arata avanzó por el pasillo hasta llegar a la habitación de su hijo. Ahí abrió la puerta y vio a Hajime apenas despertándo mientras se restregaba los ojos -aún no está del todo despierto así que no creo que pueda hablar con ella ahora.
-Dile que todos extrañamos que nos visite por las tardes, y que Ino estará muy ansiosa esperándolo.
-Claro, se lo diré cuando esté bien despierto- alzó su mano en señal de saludo hacia su hijo, quien correspondió de la misma manera mientras abrazaba a uno de sus queridos animales de felpa.
-Bueno bueno, te dejo para que continúes con tus labores y puedas ir tranquilo a tu fiestecita, y recuerda que tienes que almorzar aunque no quieras. Te puedes descompensar en el camino y no te olvides de...
-Lo sé Choji, lo sé. Yo llevaré el postre- sonrió pese a que sabía que su compañero no podría verlo -nos vemos el lunes amigo. Saluda a todos de mi parte y que sigan disfrutándo su desayuno.
-Y tú disfruta de tu reunión de no sé que cosa. Nos vemos Arata, que estén bien.
Los dos cortaron la llamada casi al mismo tiempo. Guardó el teléfono en su bolsillo y entró al cuarto de Hajime, quien continuaba envuelto entre las mantas de su cama recostado encima de su peluche favorito:
-Buen día hijito- el mayor se recostó a su lado y como pudo lo besó en la frente -¿cómo te sientes hoy?-Muy bien papi- el niño sonrió con los ojitos cerrados para después sentárse sobre la cama con el cabello hecho un desastre -¿vamos a ir o no donde la señorita Chikara?
-Oh, veo que sigues muy emocionado con eso- Arata se levantó y tomó al pequeño entre sus brazos -claro que iremos, pero como será más tarde ahora desayunaremos, descansaremos el resto de la tarde y después nos arreglaremos para ir muy presentables.
Ambos salieron de la habitación con dirección al comedor. Al llegar ayudó al niño a sentárse sobre su silla mientras colocaba una servilleta sobre su regazo:
-¿Van a ir más personas además de nosotros?-¿Cómo que más personas?
-Tú me contáste que cuando estabas en la universidad tenías muchos amigos que también eran amigos de la señorita Chikara- explicó -¿acaso se reunirán todos esta noche?
Eso sonaba como algo que Chikara habría hecho en sus días de universidad, pero considerándo lo madura que lucía con el paso de los años veía imposible algún tipo de plan donde se vieran involucrados todos sus viejos amigos:
-No lo creo- contestó al tiempo que tomaba asiento a un lado de la criatura -aunque si fuese así, ten por seguro que esa reunión no acabará en otra cosa que no sea un desastre.
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Biológicamente imposible [NejixOc]
FanficY va de lo mejor a cumplir con sus labores cuando encuentra algo que pertenecía a un niño. A un niño idéntico a él. Y ahí fue donde recordó aquel desliz del pasado que de seguro sacudiría sin piedad el tranquilo presente en el que vivía. ¿Qué iba a...