41: Quiebres: parte 1.

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-Así que... ¿es una cita?

-No Hajime, no es una cita- respondió Neji, arreglándo su corbata mientras se miraba en el espejo -es una reunión con los amigos de Arata, nada más.

Recostado boca abajo sobre su cama, el pequeño bufó, molesto:
-¿Y cuándo tendrán una cita los dos, y a solas?

Poco a poco se daba cuenta de lo obstinado que podía llegar a ser su pequeño hijo. Por su parte intentaba verle la parte positiva a eso: ya de mayor y cuando deseara algo con todas sus ganas, lo conseguiría a como diera lugar:
-Creo que esos asuntos no te conciernen a ti.

-¿Qué es eso?

-¿Qué cosa?

-Con... concuer... conciernen- acabó por pronunciar el pequeño mientras rodaba sobre la cama -¿qué es eso?

Neji se sentó junto a él, dispuesto a responder cuando fue interrumpido por quien se suponía cuidaría a su hijo esa noche:
-Con permiso- Hinata permaneció bajo el tintel de la puerta, tomándo ciertas precauciones en aquel hogar -disculpa primo, pero creo que ya están un poco atrasados- comentó la dulce mujer mientras observaba la hora en su teléfono -Arata te ha esperado por casi cuarenta minutos.

-Demonios, eso si es mucho- se inclinó un poco para dejar rápidamente un beso sobre la frente de Hajime en señal de despedida -¿te portarás bien con tu tía?

-Si papá, muy bien.

-Buen niño- con su mano, acarició el cabello color platino del pequeño antes de levantárse y dirigirse a Hinata -de verdad lo lamento, el tiempo se pasó muy rápido...

-Tranquilo, te está esperándo allá en el comedor. Estuvimos hablándo un poco, así que el tiempo también se nos pasó volándo- con cuidado la chica puso entre sus manos las llaves de su auto, el cual les facilitaría por la noche -estoy segura que llegarán a tiempo si toman un atajo.

Neji observó las llaves que tenía sobre la palma de su mano, guardándolas en el bolsillo interno de su chaqueta segundos después:
-Te agradezco que vinieras a cuidar de él. Realmente es bueno saber que contamos contigo en estas circunstancias.

-Siempre estaré dispuesta si se trata de pasar tiempo con este pequeño- Hinata sonrió hacia el niñito, alzándo frente a ella una caja rectangular que llevaba bajo el brazo -¿te gustan los juegos de mesa, Hajime?

-Si tía Hinata, me gustan mucho.

-Entonces nosotros ya nos retiramos- de la misma manera en que hizo con Hajime, besó la frente de la mujer para despedirse -que se diviertan mucho.

-Adiós papá, que ustedes también se diviertan en su cita.

No pudo evitar fruncir un poco el ceño ante la insistencia de la criatura:
-Ya te dije que no es una cita.

-De todas formas estarán juntos y se sentarán el uno al lado del otro, ¿no es así? Y seguramente papi empezará a tocárte las piernas como hace cuando están viéndo televisión.

A sus espaldas sintió como Hinata se retiraba en completo silencio, seguramente un poco avergonzada por la deshinibida revelación.
No podía creer que además de obstinado, aquel muchachito resultó ser un magnífico observador.

~~~

Habían logrado estacionárse a una distancia considerablemente lejana del lugar donde concordaron reunirse con los amigos de su acompañante, quien caminaba tranquilo y muy cerca suyo:
-¿Tú crees que han escogido una mesa en el segundo piso?

-Tal vez si, tal vez no. Puede ser que nos estén esperándo para decidir eso.

Se detuvieron cuando llegaron a la entrada de aquel restorán. Las luces brillantes de la fachada contrastándo con la oscuridad de la calle les provocaba una extraña y mutua sensación:
-¿Irás conmigo?

Biológicamente imposible [NejixOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora