44: Un hombre furioso.

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Al momento en que Neji dejó de besárlo, sintió que sus rodillas le fallarían, caería a la piscina y se ahogaría ahí mismo frente a los muchos invitados presentes. Muchos de sus parientes -incluido su padre- los habían visto en esa situación y aunque no le molestaba que lo hubieran hecho, se sintió como todo un exhibicionista:
-Me gustas mucho, Arata- susurró, enrredándo sus dedos en su cabello -me encantas, me descontrolas. Te quiero para mi, solo para mi.

Por alguna razón, esas palabras suaves le hicieron sentir una fuerte punzada en la parte inferior de su cuerpo. Estaba malinterpretándolo todo, su mente se estaba nublándo y justamente en el lugar menos indicado:
-Neji, creo que tú estás muy cerca...

-¡Oye oye, pensé que estabas muerto! ¿Ya no saludas o qué?

Aún juntos y muy cerca, los dos miraron a un lado, encontrándose con un extraño sujeto tan bien vestido, que parecía que iba a ser parte de un desfile de alta costura después de la fiesta:
-¡Akira!- exclamó Arata al ver a aquel pariente suyo -¡hombre, creí que no habías venido!

-Duh, obviamente creíste eso. Estás muy ocupado aquí comiéndote vivo con este individuo como para ir a saludárme- el excéntrico hombre hizo a un lado la boquilla que sostenía su cigarrillo para acercárse y saludar a Arata con un beso en cada mejilla, gesto que repitió con Neji, sin importárle la resistencia que este impuso -vaya vaya, tu macho es muy rudo. Apuesto a que también debe serlo en...

-¡¿Por qué me besáste?!- exclamó Hyūga, apuntándo al extraño recién llegado -¡me ha besado! ¡Él no debió hacer eso!

Aún en su lugar, el tal Akira rodó los ojos mientras se cruzaba de brazos, sosteniéndo con delicadeza su boquilla:
-Ugh, pero que quisquilloso eres. En muchas partes de Europa de las cuales no puedo acordárme, nos saludábamos así y no precisamente porque nos amáramos. Así que para que sepas no intento seducirte, solo quiero ser amable contigo, pedazo de...

-¡Akira!- Arata se puso frente a él y lo sacudió por los hombros, haciéndolo callar de inmediato -¡Akira, que bueno verte de nuevo, primito querido!

-Pero... ¿pero por qué estás gritándo? Mejor cálmate y vamos a hablar que tengo mucho que contárte de...

-Disculpa, pero él estaba conmigo- Neji tomó por la cintura a su pareja y lo acercó a su persona, apegándo su espalda contra su pecho y aprisionándolo con fuerza entre sus brazos -conversábamos de algo importante e inoportunamente, apareciste tú.

-Oh claro- frente a ellos, Akira les sonrió de manera pícara, dejándo caer las cenizas de su cigarrillo sobre un cenicero que llevaba en una de sus manos -conversándo algo importante. Tu lengua estaba dentro de su boca, y eso que hay menores de edad presentes. Lo único que te faltaba hacer era apretárle el trasero y metérle los dedos aquí mismo.

Él mismo rió con todas sus ganas de lo que acababa de decir, mientras los otros dos se mostraban muy incómodos gracias a sus palabras:
-Oye Akira, ¿por qué no te tiras a la piscina a ver si porfin te ahogas?

-Oh oh, pero que gracioso que eres, primito mío. Sigues igual de desagradable que la última vez- dijo mientras empezaba a jalárlo por la manga de su chaqueta -vamos, tengo muchas cosas geniales que contárte de mis últimos viajes, y traje unos lindos recuerdos para ti y tu bebecito- ladeó su cabeza y pestañeó un par de veces, intentándo lucir tierno y convincente frente a Neji -¿me prestas a tu maridito unos minutos, porfavor? Yo no me cojo a mis parientes, así que va a estar a salvo.

No le cabía duda alguna: aquel individuo le parecía terriblemente grotesco. Con su costosa ropa comprada en el extranjero y su elegante boquilla dorada podía lucir perfectamente como alguien de la alta sociedad, pero al abrir la boca toda esa elegante fachada se iba a la basura:
-Eres un...

Biológicamente imposible [NejixOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora