Tarareo una canción que no recuerdo como se llama. La puerta de mi casillero de cierra causando ruido a pesar que no logra cerrarse de todo por la mochila que esta entre el casillero y la puerta.
-Hola, preciosa - teniendo el brazo estirado con el que había cerrado la puerta.
Dios que te hice para que se me apareciera el Diablo.
-Muévete, Chase- me cruzo de brazos.
-Que cálida bienvenida le das a tu novio- comenta.
Rio sin gracia.
- ¡Ja! Ya quisieras.
- ¿Quieres que te haga recordar quien quería a quién?- se acerca a mi peligrosamente tomando mi cintura, lo aparto de un empujón.
-Púdrete- digo antes de estrellarle la puerta del casillero en la cara, tomo la mochila antes de correr.
Escucho sus pasos detrás de mí, corro como si esto dependiera mi vida...corrección mi vida depende de esto.
Salgo del edifico y sigo corriendo por el campus, tengo más probabilidad de salir viva.
—Cuidado— escucho una chica grita, volteo para ver que pasa pero solo hace que reduzca mi velocidad, rodean por atrás mi cintura con un brazo de teniéndome.
—Chase que suerte por poco le da a la chica— alaga la pelirroja que se acerca.
—si que suerte— dice con una sonrisa y me mira de reojo.
—oye tu nariz.
Ocupo su desconcierto para zafarme y correr de nuevo, no sé si aún está detrás de mí pero prefiero no averiguarlo porque no correré la misma suerte que hace unos segundos para poder escapar.
Entro al edifico E y abro una puerta de un salón para ocultarme.
Trato de regularizar mi respiración.
— ¿Se le ofrece algo señorita?— alzo la mirada y me doy cuenta que el salón no está vacío y quien me hablo es un profesor.
- Ups, salón equivocado- las risas de los alumnos no tardan en hacerse presente. Al ver que en el pasillo no se encuentra Chase salgo tranquilamente.
Debo de no estar tanto tiempo fuera de clases, cada vez que estoy afuera algo sucede.
Mi cabeza comienza a palpitar trayendo consigo un dolor insoportable, mis piernas flaquean trato de sostenerme con los casilleros, mi vista se distorsiona, con dificultad me dirijo hacia la enfermería y antes de poder llegar a la camilla, mis piernas no soportan más y caigo pero no alcanzo a tocar el suelo, alguien me sostiene pero no distingo de quien se trata sin importarme de que tal vez se trate de Chase dejo que la obscuridad me envuelva.
-Lizy...Lizy...-escucho como una voz lejana me llama, trató de abrir mis ojos pero al parecer la luz del sol me segaba lo único que me dejaba ver el follaje de un arbol-Elizabeth-vuelve a llamarme, ahora con más claridad, toda aquella visión se desvanece dejando ver una luz blanca y una cabeza de alguien.
Con lentitud abro los ojos y los cierro de inmediato al percatarme de la luz. De nuevo abro los ojos, ya un poco más acostumbrada.
- ¿Cómo te sientes? -escucho como alguien me dice a mi lado pero no alzo la vista.
-Como si una demoledora hubiera pasado sobre mí.
-Toma, te sentirás mejor-deja sobre mi palma una pastilla de color rosa opaco y en la otra mano me da un vaso de agua. Me la tomo sin vacilar.
- ¿Qué me paso? -alzo la vista encontrándome a una mujer joven de unos treinta tantos, de cabello rubio-castaño, trae puesto una bata blanca. Al parecer es la enfermera.
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No Confies En Nadie
Mystery / ThrillerElizabeth Mayer es una chica con una vida ¿normal? ese no es su caso ni siquiera ella es normal, hay algo que la hace diferente, algo que ni siquiera ella sabe. Ella fue adoptada a los 6 años pero sus recuerdos mas atrás de eso son borrosos y confus...