68. El gato y el ratón

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Choco contra la puerta mientras bajo corriendo por ellas. Veo el androide del otro lado corriendo por el pavimento. Me impulso, cruzo del otro lado del barandal y luego salto hacia la farola que tengo aun lado, resbalo con agilidad sin lastimarme las manos y salto al pavimento corriendo detrás del androide.

Al llegar a un callejón. El androide da dos saltos sobre los muros esquinados y llega al techo. Hago lo mismo. Me falta fuerza y practica para llegar al techo y quedo agarrada al borde del techo y con mis pies pegados a la pared me impulso hacia arriba.

Busco con la mirada hacia donde ha ido el robot y me sorprendo que ya está del otro lado, en otro edificio.

Mientras corro para no perder de vista el androide, unos tubos obstaculizan mi camino. Salto para atrapar el tubo de en medio y me deslizo entre los barrotes, pasando al otro lado con agilidad y velocidad. Sigo con mi vista el androide que sigue del otro lado. El androide salta al siguiente edifico que es un poco más bajo y para mi suerte más cerca. Cuando veo la oportunidad, corro hacia el otro lado, doy un gran brindo para llegar al siguiente edificio. Aterrizo mal y resbalo por el techo, alcanzo a dar un vuelta para amortiguar mi caída, aunque de todos modos logro golpearme, en el momento que doy la vuelta, golpeo mi brazo con el pavimento con brusquedad y del salto mi pierna queda adolorida.

Entre cojeando y corriendo sigo al androide que se voltea y con una mano me señala el dispositivo, lo deja caer al suelo y lo pisa.

El robot se prepara para pelear y yo hago crujir mis nudillos lista para atacar. Se acerca a mí para golpearme pero yo lo esquivo rápido. Mientras me lanza golpes, los esquivo o los detengo.

Mi respiración cada vez se va haciendo más agitada y el sudor empapa mi cuerpo pero no me detengo en seguir dando batalla contra él. El androide logra bloquear mis golpes, me empuja y barre mis pies logrando que caiga de espaldas. Se lanza hacia mí, alzo mis pies empujando su abdomen y llevándolo hacia arriba. Me levanto de un salto comienzo a correr hacia el otro lado, él me sigue. La pared la tengo casi enfrente de mí, subo por ella alzo mis pies saltando sobre el androide que por poco me atrapa. Ruedo sobre el suelo regresando hacia las piezas del dispositivo.

Me encuentro con varios andamios y trepadores obstruyendo mi camino, donde hace un momento no había nada ahí. Siento una mano en mi hombro que me hace dar media vuelta tan rápido que no alcanzo a prevenir su golpe, su cabeza de metal se estrella con fuerza con la mía.

Puntos negros aparecen en mi visón y me desequilibro. Esta por darme una patada cuando logro escapularme debajo de los tubos de los andamios y de unos trepadores.

La cabeza me sigue dando vueltas y me pulsa con dolor. Intento concentrarme y veo que el androide ya está subiendo y escala con agilidad sobre encima de mi.

Alejo todo dolor y me concentro en salir lo más pronto de aquí. Me arrastro por el suelo hasta poder levantarme. El androide cae cerca de mí saliendo de la nada y él ya no se detiene en pasar por los tubos, y comienza a doblarlos como si estos fueran de plastilina.

Me alejo trepando por los tubos y deslizándome en medio de ellos. Escucho como cada vez se acerca más.

Trepo por los tubos para llegar a la parte de arriba de los trepadores y poder pasar más rápido entre todo. Siento como una mano me detiene y me jala hacia abajo con fuerza. Caigo en el pasillo pero no tengo suerte en no golpearme con nada y siento un dolor en la parte baja de mi espalda. Apenas tengo tiempo de notar el dolor cuando me levanto y corro mientras el robot sigue detrás de mí. Alcanzo uno de los tubos me impulso, doy una perfecta vuelta dándole un buen golpe en la cara que lo lleva al otro lado.

Veo uno de los tubos que se ha roto y se lo clavo en la pierna. Pateo uno de los trepadores que está a punto de caerse y estos se caen encima del robot.

No Confies En NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora